Pizarra:
¡Adquirida!
La parte
más importante de la preparación para el invierno es el acopio de alimentos. A
diferencia de Japón, no hay supermercados por aquí los cuales permanezcan
abiertos todo el año. El clima invernal cierra los mercados de la ciudad, y no
hay muchos vegetales que realmente puedas recolectar en el exterior. Así que,
si no quieres morir de hambre, adquirir suficiente comida por adelantado es
indispensable.
Y, por
tanto, aquí estoy, sentada en un carro de segunda mano en medio de una enorme
pila de cajas. Esta mañana me desperté rudamente, en oscuridad, mucho antes de
que el amanecer comenzara a romper.
“Ahora, bien,”
mi padre alegremente dijo, “¡hoy iremos a la aldea agrícola! ¿Están todos
listos?”
No hay
excusa para hacerlo.
Froté mis
ojos por el sueño, preguntándome sobre qué demonios él está hablando. Le fruncí
el ceño, pero tanto mi madre como Tory están radiantemente felices. ¿Qué debo
hacer? Todo lo que puedo hacer es seguir la conversación.
“Pensado en
ello, Maine” mi madre dijo, moviendo sus manos. “Tú estabas enferma cuando
hablábamos sobre esto antes, así que podrías no haber oído sobre esto.”
Mi padre y
Tory asintieron en consentimiento. Una vez más, me habían dejado fuera de una
discusión familiar. Esto no me divierte en absoluto. Intenté mirarles de manera
malhumorada, pero ellos ya habían comenzado a moverse rápidamente mientras se
preparaban para marcharse.
“¡De cualquier
modo, asegúrate de que abrigarte bien Maine!” ella dijo mientras recogía
algunas cajas.” ¡Estabas realmente enferma el año pasado!”
No hay
forma de que ellos me permitan cuidar de mí misma todo el día, así que no tuve
más remedio que seguirle silenciosamente mientras ella se abría paso bajando
las escaleras.
... Sin
embargo, ¿por qué vamos a una aldea agrícola, de todos modos?
Había
esperado caminar con mi propia fuerza para trabajar en la construcción de algo
más de fuerza, pero mi padre, frustrado por lo lenta que era, me recogió y me
puso en el carro. Ahora, estoy montada entre una variedad de barriles, botellas
vacías, pilas de tela, paquetes de cuerda, bolsas de sal, y todas las demás
cosas que parece que necesitamos en orden de ir a visitar una aldea agrícola.
…¿Hmm? Tal
vez, desde que estoy en este carro, ¿soy el equipaje más inútil en este viaje?
No tengo
mucho espacio aquí arriba, así que me hago lo más pequeña que puedo y me acomodo.
En el frente, mi padre está atado al carro, tirando hacia adelante mientras mi
madre y Tory lo empujan desde atrás. Se está volviendo realmente obvio que sólo
soy un peso extra en este viaje, lo cual es un poco deprimente.
“Hey, Mami”,
le digo, “¿Por qué vamos a una aldea?”
“No hay muchos
lugares donde podemos ir en la ciudad a ahumar nuestra carne, ¿sabes?”, ella
dice. “Así que, vamos a la aldea más cercano y pedimos prestada una de sus
chozas para ahumar.”
“¿Ahumar
carne? Oh sí, fuimos a comprar un montón de carne el otro día.”
Ya la hemos
salado, guardado en salmuera, e hicimos todo tipo de cosas para conservar esa
carne, ¿pero incluso aún hay más cosas que hacer? ¿Este proceso es un poco
demasiado molesto? ¿Está bien la carne todavía?
Como cuento
los días desde que compramos la carne con mis dedos, me vuelvo más y más
ansiosa. Mi madre me mira, sorprendida.
“¿De qué
estás hablando? Hoy es el día de sacrificios de cerdos, ¿sabes? Vamos a comprar
dos cerdos, luego ayudaremos a todos distribuyendo el trabajo y a continuación compartiremos
los resultados.”
“¿Uh?”
Mis oídos
instantáneamente rechazan las palabras de mi madre. En la fracción de un
segundo que toma a los sonidos llegar a mi cerebro, un escalofrío comienza a
correr por mi columna vertebral.
“¡¿D... D-d-d...
día de sacrificio de cerdos?!”
“Es un día
en el cual nos reunimos con nuestros vecinos, para matar y trozar unos cuantos cerdos, salar y ahumar
la carne, y hacer cosas como tocino, estofado y salchichas. Maine... oh, es
verdad, el año pasado te quedaste en el carro porque tenías mucha febril.”
Si es
posible, también me gustaría tener fiebre este año. Si puedo hacer eso,
entonces al menos podría ser capaz de proteger mis ojos de tan sombría exhibición.
“Mami, ¿no
compramos un montón de carne en el mercado el otro día...?”
“No hay modo
de que esa cantidad de carne dure todo el invierno, ¿sabes? Compramos eso para
complementar la carne que vamos a obtener del sacrificio de cerdos hoy, ya sabes
que esta no será suficiente por sí misma, ¿verdad?”
Pensé que
habíamos comprado una enorme cantidad de carne, pero ni siquiera había
considerado la posibilidad de que aquello que compramos era sólo para
complementar nuestras reservas. No tengo ni idea sobre qué cantidad de carne es
verdaderamente necesaria cuando uno se prepara para el invierno.
Parece que
no puede salvarme de ser arrastrada al día de sacrificio de cerdos, por lo que
una ola de depresión inunda mi corazón. En cambio, Tory lleva su más grande sonrisa
mientras empuja el carro hacia adelante.
“¡Va a ser
divertido!”, dice. “Vamos a ayudar, y luego vamos a comer salchichas recién
hechas. Esta es tu primera vez ayudando, pero cuando quedas atrapada por el
ruido y la emoción debido a lo que todo el mundo está haciendo, ¡se siente un
poco como un mini festival! ¡Estoy emocionada de que estés ayudando este año!”
“¿Todos?”
Pregunto, inclinando mi cabeza hacia un lado en confusión.
Mi madre me
mira, como si me preguntara por qué estoy haciendo preguntas tan obvias. “El
resto de los vecinos, ¿verdad? Matar un cerdo es una gran tarea, así que no es
fácil hacerlo con menos de diez adultos, ¿sabes?”
Whoa, los
vecinos, huh...
Hay muchos
puntos en los recuerdos de Maine que son realmente vagos, así que no hay duda
de que habrá muchas personas en ese lugar que me conozca incluso a pesar de que
no tengo idea acerca de quiénes son. Mucho más problemático, sin embargo, es lo
que hemos venido a hacer hoy: matar y trozar a un cerdo. Sólo recordar el
espeluznante espectáculo del mercado el otro día envía escalofríos por mi
columna vertebral.
“... No
quiero ir,” les digo.
“¿Qué estás
diciendo?” mi madre pregunta. “Si no vamos, no vamos a tener salchichas o
tocino para el invierno, ¿sabes?”
Parece que
no tengo permitido quejarme, desde que no tenemos suficiente comida para el
invierno. Si no vamos, moriremos de hambre, por lo que no importa cuánto me
queje, aun así estaré obligada a cooperar.
A medida
que mi estado de ánimo se vuelve cada vez más sombrío, nuestro carro llega a la
puerta sur de las murallas de la ciudad.
“Buenos
días”, un soldado dice, uno de los subordinados de mi padre, que se encuentra
de guardia en la puerta. “¿Oh? Señor, ¿usted llega tarde? Todos los demás ya
han dejado las puertas hace mucho tiempo.”
“Si, lo
se…”
De alguna
manera, parece que nuestros vecinos ya han partido hace bastante tiempo.
“Que tenga
un buen día, señor.”
El guardia de
joven aspecto me sonríe y agita su mano mientras pasamos, yo también agito mi
mano en respuesta. Ser amable es importante.
Esta es mi
primera vez saliendo de la ciudad desde que me convertí en Maine, así que
cuando el carro retumba en el corto túnel, pasando la puerta, jadeo repentinamente
asombrada. Para ser honesta, ni siquiera había pensado que los ambientes dentro
y fuera de las murallas de la ciudad pudieran ser tan diferentes.
“Whoa...”
En primer
lugar, no hay casas. Las calles dentro de la ciudad están siempre tan llenas de
personas y son claustrofóbicas, pero este camino se expande en una amplia
carretera cuando sale de las puertas. En la distancia, puedo ver una aldea, con
unas diez o quince edificaciones que lucen como puntos en el horizonte.
Además, el
aire es fantástico. Al salir, el olor acumulado con la inmundicia humana se
disipa en la nada, dejando sólo aire dulce y limpio en su lugar. No hay paredes
aquí para atrapar aquel asqueroso aire.
En todas las
partes hacia donde observo es verde, desde el verde claro de los ondulados campos
en frente de mí hasta el verde oscuro de los altos árboles del bosque en la
distancia. Todo es extraordinariamente tranquilo.
“Maine,
cierra la boca antes de que te muerdas la lengua”, mi padre me advierte.
“¡¿Eh?!”
Inmediatamente
después de que mi padre me dio esa advertencia, el carro se sacude fuertemente
hacia un lado, a continuación comienza a rebotar y sacudirse aún peor de cómo
lo estaba hace un momento. Hemos dejado atrás los caminos adoquinados de la
ciudad, y el camino por delante está lleno de tierra sin pavimentar. El
equipaje se sacude como si pudiese salir del carro, pero, afortunadamente, las
cuerdas atadas a su alrededor lo mantienen en su lugar. Yo, sin embargo, no
tengo tal seguridad.
En un día
soleado, harías ruido sobre dura y desigual arcilla. En un día lluvioso, tendrías
que trabajar duro a través del barro mohoso y empapado. ¡Estos caminos son los
peores! ¡Viertan un poco de asfalto!
Incapaces
de escapar a través de mi boca fuertemente cerrada, mis objeciones rebotan en
mi cabeza salvajemente. Me aferro, desesperadamente, a un lado del carro,
tratando de no caer.
“Ya casi
llegamos”, mi padre dice.
Quince
minutos después de que dejamos las puertas de la ciudad, hemos arribado a la entrada
de la aldea agrícola. La aldea es bulliciosa, con un sinnúmero de personas
moviéndose por sus alrededores.
Sacrificar
y trozar los cerdos es principalmente un trabajo de hombre. Sostener un cerdo
de cien kilos, retenerlo, y levantarlo, todo eso requiere una gran cantidad de
fuerza. Mientras tanto, las mujeres se encargan de arreglar las chozas ara ahumar,
obtener enormes cantidades de agua lista para hervir, asegurar que todas las
herramientas y la sal están listas, y hacer cualquier otra de las tareas de la preparación
general.
Tal parece
que la matanza había comenzado justo antes de que finalmente arribáramos. Por
supuesto, si no estás aquí para ayudar, no consigues nada de carne.
“¡Oh, no!”
mi padre exclamó ¡ya han empezado!”
“No es
bueno”, mi madre dice. “¡Tory, date prisa!”
“¡Sí!”
Los tres salieron
del carro y a continuación sacaron delantales hechos con algún tipo de material
grueso y pesado que lucía como si estuviese cubierto de cera. Mi madre y Tory
corren hacia las chozas para ahumar, donde ya se habían reunido unas cuantas
mujeres, poniéndose sus delantales mientras corrían. Mi padre ata su delantal
con seguridad, coge la lanza que él utiliza para trabajar desde la parte
trasera del carro y a continuación se dirige rápidamente hacia la plaza de la
aldea.
¡¡Eso fue
rápido!!
En un abrir
y cerrar de ojos, mi familia me abandonó antes de que tuviese tiempo de
reaccionar. Podría seguir siendo capaz de correr detrás de mi madre, pero no
tengo la menor idea de lo que se supone que debo hacer en una multitud tan
grande, así que es natural que me sienta preocupada con esa idea. Desde que es
un evento anual, tal parece que todo el mundo ya sabe lo que necesitan hacer debido
a un conocimiento común. Denme el manual de instrucciones, por favor...
Dado que simplemente
me metería en el camino si intentara ayudar, me quedaré aquí y vigilaré el
carro hasta que alguien me llame. Me siento entre los restos del equipaje
abandonado, mirando hacia el espacio, convenciéndome de que lo que estoy
haciendo es una tarea importante.
Sin
embargo, el terreno donde mi padre eligió dejar su equipaje está a plena vista
desde la plaza de la aldea, donde están haciendo el sacrificio. Hay una pequeña
distancia entre yo y la plaza, pero puedo oír claramente los gritos agonizantes
de uno de los cerdos y ver claramente como frenéticamente intenta escapar.
Una cuerda
ha sido atada a una estaca de madera fijada firmemente en la tierra. El otro
extremo de la cuerda ya ha sido atado alrededor de la pata posterior derecha
del cerdo. Los hombres lo persiguen por los alrededores de la estaca, intentando
desesperadamente atraparlo y someterlo. Veo el destello de un familiar cabello
rosa entre la multitud; Ralph y Lutz están indudablemente allí.
“¡Aquí
voy!”, Mi padre grita, cargando como si estuviese en un campo de batalla con su
lanza reparada. Él posiciona su lanza, luego con un grito poderoso, perfora el
cerdo con un solo y fuerte golpe. El cerdo colapsa sobre el suelo por este golpe,
convulsionándose en su agonía antes de caer finalmente.
Grito con
horror mientras toda la sangre es drenada de mi rostro, pero las personas de la
plaza empieza a animar a mi padre. Mi madre se apresura, cargando un contenedor
de metal, similar a un balde, sobre un poste de madera algo largo. Otra mujer continúa,
trayendo consigo una especie de cuenco grande.
No tengo la
menor idea de lo que van a hacer, así que me inclino hacia adelante para conseguir
una mejor vista. En el instante siguiente, la sangre repentinamente sale, y los
delantales de algunas personas son manchados brillante rojo goteando. Al
parecer, los preparativos para capturar la sangre acababan de finalizar, por lo
que mi padre había removido la lanza y causado que la sangre empezara a salir
de la herida. Por reflejo, levo y mantengo mi mano sobre mi boca y vuelvo a
caer dentro del carro.
El cerdo es
ocultado de mi vista detrás de la falda de la mujer con el cuenco, pero puedo
ver cómo ella recoge las masivas cantidades de sangre en su cuenco,
transfiriéndola al balde cada vez que consigue llenarlo. Este parece ser su
trabajo cotidiano, por la forma en que ella se mueve. Mi madre, por otra parte,
tiene su frente profundamente surcada mientras ella utiliza toda su fuerza debido
de la fuerte agitación de la sangre cuando esta es vertida en el balde.
... Mi
madre está muy asustada.
A
continuación, el cerdo fue llevado hasta un árbol especialmente preparado y
colgado, boca abajo, en una rama robusta. Toda la sangre que no había sido
completamente drenada del cuerpo comienza a gotear hacia abajo.
Ahora, es
hora de que la verdadera carnicería comience. Un hombre avanza, empuñando un
grueso y pesado cuchillo de carnicero, y corta verticalmente el vientre del
cerdo.
Eso es todo
lo que puedo recordar. Cuando me despierto, ya no estoy en la aldea, sino que en
alguna habitación hecha de piedra. A juzgar por lo que puedo ver del techo
desde donde me encuentro ahora tendida, esta no es mi casa. Parpadeo para
limpiar mis ojos, entonces repentinamente recuerdo lo que estaba viendo justo
antes de desmayarme. Me siento terrible, de repente.
Es extraño,
sin embargo. No puedo sacudir la sensación de que ya había visto algo así
antes.
¿Qué podría
haber sido? Algo donde algo fue colgado, luego trinchado...
Parece que
está en la punta de mi lengua, pero no puedo lograr la conexión. No creo que
este sea uno de los recuerdos de Maine, pienso que este es uno de los míos.
Creo que vi algo parecido a esto en Japón...
¡Oh, lo
tengo! Fui a un mercado de pescado cerca del puerto en Ibaraki, ¡Y vi que ellos
colgaban un enorme pez espada y lo rebanaban en partes! Ahora lo recuerdo
claramente.
Ahora que
pienso en ello, hay algunas similitudes entre sacrificar un cerdo y el show de
limpieza de pescado en vivo. Hay ciertas cosas que realmente únicamente puedes comer
cuando se encuentran realmente frescas, y puedo entender cómo todo el mundo
parecía encontrar tan divertido ese espectáculo de ver.
Bueno,
puedo entenderlo en teoría, pero personalmente no encuentro que es lo
divertido. Por un lado, un atún no grita angustiosamente cuando los matas, y la
sangre no escurre espesamente desde él. Urgh, realmente no me siento bien...
Cubro mi
boca y ruedo hacia un lado, causando que cayese desde lo que sea estuviese duerma
con un ruido sordo.
“Oww...”
Me levanto utilizando
mis brazos para conseguir una mejor visión de mi entorno. Parece que había sido
recostada en un pequeño banco de madera. Hay una chimenea cerca, con un fuego
crujiendo dentro, por lo que no siento frío en absoluto. Sin embargo, no veo a
nadie cerca, ni escucho voces.
...
Entonces, ¿dónde estoy?
Mientras
intento averiguar dónde exactamente me encuentro, un soldado mira dentro la
habitación, atraído por el ruido que hice cuando caí.
“¡Oh! Estás
despierta”, él dice.
“¿Sr. Otto?”
Suspiro
aliviada, al ver un rostro familiar. Si Otto se encuentra aquí, en este
edificio de piedra, entonces esta debe ser una de las salas de espera o el
cuarto de servicio nocturno en las puertas de la ciudad. Ahora que sé dónde me
encuentro, mi ansiedad comienza gradualmente a disiparse.
“Ah, ¿me
recuerdas, entonces?”, él dice, mostrando alivio claramente en su cara. Desde
que luzco como una pequeña niña, estoy seguro de que él estaba preocupado de
que comenzaría a llorar si despertaba y veía a alguien a quien no conocía, y
entonces él no sabría qué hacer.
“¡No lo
olvidé!” Este hombre, después de todo, es una de las pocas personas cultas en
este mundo, y el hombre que va a (espero) enseñarme a leer y escribir.
Doy mi
mejor saludo de imitación, golpeando mi pecho con mi puño. Otto sonríe
irónicamente, menea mi cabello en respuesta y comienza a explicar mi situación
actual.
“El corporal
te trajo aquí hace un momento atrás, él parecía realmente avergonzado. Al
parecer, has colapsado en tu carro. Él dijo que vendría a recogerte tan pronto
como haya terminado con lo que él necesita hacer en la aldea.”
No sé
cuánto tiempo toma trozar un cerdo, pero incluso después de que ha sido trozado
hay un montón de trabajo de procesamiento que hay que realizar, por lo que no
creo que sea el tipo de cosa que vaya a terminar rápidamente.
... Ahora
que pienso en ello, Tory dijo que iba a haber una cena hecha con carne
realmente fresca, ¿no es así?
Tal parece
que yo podría estar esperando aquí por bastante tiempo. Había traído los
materiales para mi papiro falso conmigo en el carro, desde que no sabía si iba
a estar esperando un rato en la aldea. Infortunadamente, no tengo nada de eso
conmigo ahora.
“¿Qué sucede,
Maine?”, Otto pregunta, “¿Estás solo porque tu mamá y tu papá no están aquí?”
“... No”,
le digo, sacudiendo mi cabeza. “¿Solo me estoy preguntando qué debo hacer
mientras espero?”
Dejé salir accidentalmente
mis verdaderas intenciones. Otto me mira un poco y luego murmura algo sobre
recordar que luzco un par de años más joven de lo que realmente soy.
“Tengo esta
cosa, Maine,” él dice, tomado algo cerca de él. ¿Qué tal si matamos algo de
tiempo con esto?
“Whoa! ¡Una
pizarra!”
Otto me entrega
la pizarra. Él debe haber conocido que definitivamente iría a través de las
puertas hoy, así que él la habría traído con él para dármela. ¡Él es culto, es
considerado, es amable, es demasiado increíble!
“Tengo que
estar de guardia en la puerta hoy”, él dice, escribiendo el nombre Maine en la
parte superior de la pizarra, “así que ¿Qué hay sobre practicar con esto?”
Me da un
lápiz para la pizarra y una tela, a continuación él sale de la habitación. Lo
veo salir agitando mi mano y con una sonrisa brillante, agarrando la pizarra firmemente
hacia mi pecho. Cuando él cierra la puerta detrás de él, miro la pizarra.
Probablemente
sea mejor describirla como una especie de mini-pizarra, casi del tamaño de una
hoja de papel A4. Tiene una delgada superficie de piedra oscura, rodeado por un
simple marco de madera. Tanto en la parte trasera como la frontal se puede
escribir, y en uno de los lados, unas líneas delgadas se han pintado para
ayudar en la práctica de la escritura recta.
El lápiz para
pizarra es una herramienta para escribir en la pizarra. Es frio al tacto, duro,
y parece estar hecho de algún tipo de piedra, pero me parece un pedazo largo y
delgado de tiza. Esta tela ligeramente sucia parece ser lo que voy a usar en
lugar de un borrador.
Las letras
que Otto escribió en la parte superior de la pizarra se han teñido un poco,
después de haber sostenido la pizarra contra mi camisa hace un rato.
“¡Whoa, mi
corazón está corriendo!”
Coloqué la
pizarra en la parte superior del escritorio y cogí la tiza. Tan pronto como la
agarro como si fuera un lápiz, mi corazón empieza a palpitar en mis oídos.
En primer
lugar, intento copiar las letras completamente desconocidas que Otto escribió
en la parte superior para mí. La tensión mental de escribir estos nuevos caracteres
por primera vez es casi demasiada, y mi escritura es vacilante y distorsionada.
Si esto fuese Japón, el maestro pondría tutearme y me haría comenzar de nuevo.
Sin embargo, parar ahora para borrar el tablero sería una pérdida de tiempo, y
estoy muy feliz ahora mismo por finalmente ver letras nuevamente.
Me obligo a
tomar lentas y profundas respiraciones, a continuación utilizo el paño para
limpiar suavemente el lado izquierdo de la tabla. Escribo cuidadosamente otra
línea, y esta vez es mucho mejor que antes.
Escribo mi
nombre y lo borro, lo escribo y lo borro... Cuando me canso de eso, paso a
escribir toda la poesía de haiku y tanka que puedo recordar en japonés, borrándola
y escribiéndola, y borrándola. …
Ahhh, esto
es la felicidad. Leer y escribir es una cosa tan alegre.
Puedes que estar
un incendio, pero aun así una corriente fría se abrirá camino. Mientras
esperaba durante las muchas horas que le tomó a mi familia venir a recogerme,
jugando con la pizarra durante todo el tiempo, mi débil constitución me causó que
tomara un resfriado vergonzosamente rápido, y mi fiebre regresó.
“Tu
temperatura aún no ha bajado, así que quédate en la cama”, Tory me advierte. “¡No
te levantes otra vez!”
“…Bien.”
Mis padres
están corriendo dentro y fuera de la casa, cargando en un montón de verduras y
embutiéndolos en la sala de preparación para el invierno. En la cocina, Tory ha
estado hirviendo los frutos que recogió del bosque para hacer mermelada. Por
primera vez desde que vine a este mundo, estoy oliendo cosas dulces, y la forma
en que impregna la casa me hace ligeramente más feliz.
En medio de
abastecer el alcohol y traer carne de cerdo, Tory había venido a traerme algo
de sopa para el almuerzo. Puse mi pizarra a un lado y tome la bandeja.
“Lo siento,
Tory” le digo.
“¡Lo digo
en serio!”
“¿Oh?
¿Prometes no decirle a nadie?”
“¡No hago
promesas así!”
Esto es,
ella no hace promesas. ¿Qué es una promesa, de todos modos?
Mientras la
familia se apresura, finalizando los preparativos para el próximo invierno,
estoy atascada en mi cama, garabateando en la pizarra que Otto me dio. Practico
escribir mi nombre o escribiendo cualquier frase en japonés que viene a mi
mente, y así sucesivamente.
Realmente
quiero un libro en el cual pueda grabar las cosas de forma permanente. ¡Si
estoy tan feliz de poder escribir, seré incluso aún más feliz si soy capaz de
leer un libro!
Tengo que
mejorar pronto, para así poder trabajar en hacer mi papel.