Capítulo 225. Ruta Asegurada.
Nos
dirigimos a la posada en la cual se alojaba el Señor de las Bestias, a pesar
del hecho de que el sol ya había comenzado a ponerse. Nosotros realmente
queríamos acabar con esto tan pronto como fuese posible.
La razón
por la cual me sentí así fue debido a que considero al Señor de las Bestias una
persona impaciente. Había muchas posibilidades de que empacara y se marchara
porque ya no tenía ningún asunto en Ulmutt.