Capítulo 166. Rumina y La Esperanza.
[Honestamente estoy
sorprendido de hayas podido notarlo.]
(¿Haya qué?)
[El hecho de que
ella es una Tigre Negro en particular. Quiero decir, esta es la primera vez que
escuchas sobre el hecho de que los miembros de la Tribu Gato Negro pueden
evolucionar, ¿cierto?]
(Dado, desde la
misma tribu. Puedo decirlo simplemente mirando.)
Ah, cierto, recuerdo que ella dijo hace un momento atrás
que los hombres-bestia pueden diferenciar entre evolucionado y no evolucionado.
Supongo que el hecho de que ambas sean miembros de la Tribu Gato Negro
solamente profundiza su comprensión del estado de Rumina.
[Prepararé un asiento para ti. Haz uso de este.]
[Está bien.]
Rumina, la Maestra de la Mazmorra, se desvió de su
camino para proporcionarle una silla a Fran. Parece que ella no es una mala
persona a pesar de que fue extremadamente intimidante.
Fran se movió de su posición anterior y se sentó en la
silla que Rumina había preparado para ella. Saben, esta es la primera vez que
la veo escuchar a alguien que no sea yo con tanta seriedad. Ella está actuando
de la misma forma que alguien al conocer a algún tipo de celebridad o héroe el
cual siempre había admirado.
De hecho, sus ojos casi parecen brillar cada vez que
mira en dirección a Rumina. Del mismo modo, sus orejas y cola continuaron
moviéndose inquietamente. Simplemente puedo saberlo por la forma en que actúa intentando
ser normal. La persona que tiene en frente de ella posee la llave que le podría
permitir realizar sus deseos, o al menos lo más cercano a eso.
[Ese lobo tuyo... No, olvídalo. Hagamos caso omiso de
mi mención del tema y sigamos adelante.]
[On.]
Urushi estaba sentado en la alfombra con sus
extremidades extendidas, no debido a que él se hubiese apegado a Rumina, sino
porque entendió que debía escucharla porque ella estaba por encima de él, y por
lo tanto no debía ofenderle. Sí, es un buen chico.
[¿Creo que dijiste que viniste en nombre de Aurel?]
[Esto.]
[¿Oh…? Así que eso es lo que él pretendía.]
Rumina asintió en reconocimiento después de tomar el
colgante de las manos de Fran y mirarlo.
[Parece ser genuino.]
Jugueteó con algo en el centro del colgante y lo abrió
para revelar un pequeño trozo de papel. Parece que el papel era en realidad lo
que nos habían encargado entregar.
Rumina desplegó la hoja de papel, la carta, y miró su
contenido con una expresión pensativa.
[¡Nn!]
[¡On!]
Una cantidad increíble de sed de sangre se escapó del
cuerpo de Rumina. Fue por un pequeño instante, pero la fuerza pura de eso había
provocado que Fran saltara y Urushi gruñera mientras irguiendo su cuerpo.
[Discúlpenme. Simplemente recordé una desagradable
memoria]
Rumina sonrió usando una suave y refrescante sonrisa.
La sed de sangre que surgió de su cuerpo no está por ninguna parte, aunque no
es como si aquello hubiese sido dirigido hacia nosotros en primer lugar.
Whew, me tenía nervioso. Parece que lo mismo había
sucedido con Fran, desde que ella consiguió volver a sentarse.
[Le proporcione ese niño Aurel mi reconocimiento.]
Rumina le devolvió el colgante de Aurel a Fran.
[¿Colgante?]
[Ya no lo necesito. Regrésaselo a Aurel.]
Resultó que a ella realmente no le importaba el
colgante en sí.
[Entiendo.]
Espera, ¿ella acaba de llamar a Aurel un niño? Juro
que ese tipo como mínimo tiene 70 años. ¿Qué demonios? Pero si Rumina parece
que se encuentra alrededor de los 30.
[Rumina, ¿parece joven?]
[¡Hahaha! Eres bastante valiente. Creo que esta es la
primera vez que alguien pregunta mi edad desde que me convertí en la maestro de
este mazmorra.]
Las palabras de Rumina no tenían la más mínima señal
de enojo. De hecho, en cambio, ella miró a Fran con una expresión amable y maternal.
Parece que ella está actuando un poco más relajada de lo que habitualmente
haría debido a que ambas son de la misma tribu. De la misma manera, Fran
continua actuando respetuosamente incluso a pesar de haber vuelto a su habitual
forma cortante de hablar. Supongo que eso es lo que significa ser de la misma
tribu; la relación que comparten es simplemente especial.
[Dejé de llevar la cuenta desde que me convertí en la
Maestra de esta Mazmorra, pero creo que debería tener por lo menos quinientos
años de edad.]
Según Rumina, ella dejó de envejecer en el momento en
que se convirtió en maestra de esta mazmorra. Al parecer, únicamente podría
morir si el núcleo de la mazmorra fuese destruido o alguien consiguiese
asesinarla directamente.
[Es posible para los Maestros de Mazmorras modificar
sus apariciones a través del uso de magia, sin embargo yo misma elegí permanecer
como era el día en que por primera vez cambié.]
En otras palabras, Rumina había vivido una larga vida
a pesar de su apariencia y había conseguido la evolución con sus propias manos.
[Rumina.]
[¿Si?]
Fran enderezó su postura sentada y miró en dirección a
Rumina. Al hacerlo, transmitió a la otra parte que ella quería hablar sobre
algo serio. Rumina pareció captar su intención, mientras le devolvía la mirada
a la joven chica-gato.
[¿La Tribu Gato Negro... puede evolucionar?]
Fran fue directamente al grano y le preguntó sobre la
única cosa que más quería saber.
Rumina tiene la respuesta de ello y se encuentra justo
delante de nosotros, pero aun así no puedo evitar preocuparme de que Fran no pueda
poner sus manos en lo que busca.
[ ... ]
Fran contuvo su respiración y apretó sus manos con
anticipación; un breve momento de silencio persistió mientras miraba
directamente a Rumina, esperando su respuesta.
[Sin duda.]
[Ya veo.]
Fran fue inundada por una gran variedad de emociones, todas
a la vez. Estas fueron tan feroces y numerosas que la hicieron incapaz de
proporcionar otra cosa que una breve respuesta. Ella no solo sintió alegría o
esperanza. También recordó todas las dificultades que ella había sufrido, todas
sus frustraciones y dolores. Y sobre todo, hubo alivio. Fran aprendió que el
camino que ella había recorrido no fue uno en vano.
Esa simple y corta frase lleva consigo todos sus
sentimientos.
[Quiero... evolucionar.]
[Si, ¿y?]
[Por favor dime qué debo hacer para evolucionar.]
Fran inmediatamente colocó ambas manos sobre la mesa y
entonces bajó su cabeza mientras esperaba la respuesta de Rumina. Es probable
que ella podría arrodillarse o incluso postrarse si hubiese estado en el suelo.
Yo también enfoqué toda mi atención en Rumina y esperé
su respuesta.
[Me encantaría instruirte sobre mi método de evolución,]
[¡Entonces!]
Fran levantó su rostro mientras su cuerpo se inclinaba
en la dirección de Rumina. Tenía su rostro enrojecido y su boca medio abierta. Estaba
claramente tan emocionada como podría llegar.
Pero las siguientes palabras de Rumina cortaron todo
eso.
[Pero aquello no está destinado a suceder... Yo no podría
transmitirte directamente mi metodología en su totalidad.]
[¿Por qué…?]
La expresión de Fran se convirtió en desesperación.
[Lo siento…]
[ ... ]
Fran cayó en su asiento como una marioneta con sus
cuerdas cortadas. Probablemente ella se habría caído si no hubiese sido por el
respaldo de su silla.
Ella está muy claramente decepcionada. La llave que le
permitiría alcanzar su objetivo había sido colgada delante de ella simplemente
para que le fuese arrebatada antes de que ella tuviera incluso alguna
posibilidad de agarrarla.
Aun así, pienso que ella hizo un buen trabajo conteniendo
su descontento.
La expresión de Rumina hizo lo mismo que la de Fran y
se oscureció. Pero a diferencia de Fran, sus ojos estaban llenos de dolor.
[Mis más sinceras disculpas. Hubiese estado dispuesta
a decirte todo si yo no fuese una Maestra de Mazmorra.]
[¿Significado…?]
[La Diosa del Caos les otorga a los Maestros de
Mazmorra una enorme cantidad de bendiciones. Se nos da la capacidad de
administrar una mazmorra y la juventud eterna, pero esas bendiciones no son
todo lo que recibimos. La diosa también nos ata con una maldición.]
Rumina nos informó que ella no puede contarnos
demasiado. Ella fue restringida en su discurso con respecto a la mazmorra y su
funcionamiento.
Ella no es capaz de transmitir ninguna información
restringida, ya sea a través del habla o la escritura.
[¿Así que la Diosa del Caos está relacionada con la
evolución de la Tribu Gato Negro?]
[En efecto. Nosotros, la Tribu Gato Negro, fuimos
encadenados por la voluntad de los dioses hace quinientos años atrás. Por lo
tanto, ahora soy la última Tigre Negro.]
[Una pregunta.]
[Muy bien. Responderé cualquier pregunta que sea capaz
de responder.]
[Tribu Gato Negro, ¿evolución imposible?]
[Sería incorrecto. Simplemente es difícil para los
miembros de nuestra tribu alcanzar la evolución.]
La respuesta de Rumina golpeó a Fran con una ola de
alivio. Parece que puede albergar esperanza mientras esta siga siendo posible.
[Bueno. Pero, ¿por qué los dioses la hicieron más difícil?]
[Eso... No puedo decírtelo, porque no sé la respuesta.]
[Entonces, ¿cómo evolucionar en el pasado?]
[Kuh... Disculpas. No puedo decírtelo tampoco.]
Rumina apretó sus dientes y bajó la mirada. Parece que
ella se siente tan frustrada como Fran. Ella quiere ayudar a su compañera de
tribu a evolucionar, pero simplemente no es posible.
[Que... si te dijera...]
[¿Nn?]
[¿Qué tipo de elección harías si te dijera que puedes
evolucionar si simplemente escoges matarme?]