miércoles, 21 de marzo de 2018

Honzuki no Gekokujou 66


Paraíso Prohibido

La habitación donde el sacerdote con túnica gris me trae no es el tipo de habitación que usarían para ayudar a personas pobres. No, esta habitación es para alojamiento. Además, basándome en cuán limpia está y cuánto cuidado ha sido puesto en el diseño interior, si tuviese que compararla con una sala de espera en las puertas de entrada, definitivamente me recordaría más a una habitación reservada para los ricos, los mercaderes y aquellos llevando cartas de recomendación de la nobleza.
Me pregunto ¿si es por este vestido...?

Considerando la cantidad de tela que es usada en una prenda de vestir y cuan colorida y lujosamente ha sido bordada y, es posible aproximadamente adivinar cuánto dinero gana la familia de su portador. Comparado con mi ropa habitual, este vestido es inusualmente esponjoso y con volantes. El bordado no está limitado a los dobladillos, y han sido cosidas pequeñas flores como encaje en él. Es extravagante. Mi horquilla también es un diseño personalizado, así que a primera vista, supongo que probablemente parezca lo suficientemente rica como para estar al nivel de Freida.
Pero... No necesito señalar expresamente que en realidad soy de una familia pobre, ¿no? El sacerdote es quien arbitrariamente decidió esto, y si cambia de opinión, entonces no tengo idea, qué tipo de tratamiento realmente obtendría. ¿No siempre me están diciendo que no sea tan ingenuamente honesta sobre todo?
“Perdóname.”
Mientras estaba frunciendo mi ceño, pensando para mí, el sacerdote con túnica gris me sienta suavemente sobre un sofá. Siento que estoy a punto de caerme, así que alcanzo el respaldo del sofá para estabilizarme. En ese momento, el sacerdote retira suavemente mi horquilla y, con movimientos cuidadosos, también remueve mis zapatos.
¡¿Uh?!
Estoy sorprendida por cuan espontánea y naturalmente recibo este tratamiento. Esto me recuerda que en la Casa de Freida, Yutte intervenía constantemente para ayudar con casi todo. Este sacerdote está claramente acostumbrado a cuidar a las personas. Mis ojos se ensanchan y me olvido por completo de incluso tratar de declinar cortésmente mientras él se pone de pie, prepara una cama y me lleva como una princesa hacia ella.
“... Ah, um, ¡Yo estoy realmente bien!”
“No es bueno mentir ante los dioses. Estás en un templo, ¿sabes?”
Aunque no es una mentira...
Él me acuesta en la cama y a continuación, cortésmente, me cubre con la manta. Luego, coloca mi horquilla al lado de la cama y acomoda mis zapatos al pie de la cama. En lugar de un sacerdote, este hombre parece ser un asistente personal increíblemente hábil. Esto me está haciendo bastante incómoda.
“Descansa aquí,” él dice. “Vendré a verle más tarde.”
“…Está bien.”
El sacerdote deja la habitación y cierra la puerta detrás de él con un chasquido. Es cierto que realmente no puedo mover mi cuerpo en este momento desde que no tengo fuerzas para ello, así que esperaré aquí por ahora, para recuperar mis fuerzas.
Sin duda, mi familia querrá saber por qué colapsé, pero no puedo decirles que es porque me estaba riendo demasiado. Lutz, que había estado tan preocupado, definitivamente va a enojarse si escucha eso. Tan pronto como pienso eso, la imagen de Lutz haciendo la pose Glico cruza por mi mente, así que comienzo nuevamente a reír.
Luego de permanecer allí ociosamente durante un tiempo, mi fuerza regresa. Aprieto y abro mi puño para asegurarme de eso.
Ahora bien, ¿qué hago? Ciertamente ‘necesito ir a recoger algunas flores’.
<*Eufemismo femenino japonés, para decir, ir al baño.>
Hay un orinal justo al lado de la cama, pero ya que no sé dónde conseguir agua, limpiar mi desorden posterior podría ser problemático. El tipo de personas que suelen quedarse en esta habitación probablemente traigan sirvientes consigo para no tener que lidiar con esto por sí mismas, pero yo no tengo nada como eso. Tampoco hay forma en que pueda preguntarle a ese sacerdote, a quien acabo de conocer, que limpie esto después. Por lo menos, quiero encontrar a alguien para preguntarle dónde puedo conseguir un poco de agua, y luego encontrar la manera de ocuparme de mi propio asunto.
Lentamente me incorporo y agito experimentalmente mis brazos y piernas. Tal parece que estoy mejor, al menos, hasta el punto en que no me voy a desmayar repentinamente otra vez. Utilizo mi horquilla, a la izquierda de mi cama, para arreglar mi cabello. En la Casa de Freida, había una campana al lado de la cama para llamar a alguien, pero no hay ninguna aquí.
Este es un estado de emergencia. Vamos a buscar a alguien
No tengo idea, cuánto tiempo me llevará realmente encontrar a alguien, así que prefiero comenzar con esto antes de que las cosas se pongan realmente desesperadas. Bajo de la cama, me pongo mis zapatos y salgo de la habitación.
Incluso a pesar de que las paredes se encuentran ocasionalmente decoradas con pilares, esculturas y relieves, los pasillos que se extienden delante de mí están principalmente hechos de piedra blanca. El golpeteo de mis zapatos contra la piedra resuena en las lisas paredes, pero no puedo oír los pasos de ninguna persona, tampoco veo ningún otro rastro de presencia humana. Por ahora, comenzaré a regresar al lugar donde se estaba celebrando la ceremonia de bautismo.
... ¿Hm? ¿Tomé un giro equivocado en alguna parte?
A pesar de cuan blanco es el templo, estoy comenzando a ver salpicaduras de color por aquí y allá. Las esculturas y las estatuas se han vuelto gradualmente más refinadas y elegantes, hasta el punto en el cual estoy segura de que no me estoy imaginando cuan extravagantes se han vuelto. Creo que me he acercado a donde la nobleza va y viene.
La sangre instantáneamente se drena de mi rostro. Si un noble me ve, me interrogarán, y las cosas se pondrán realmente, realmente difíciles para mí.
No está bien. ¡Necesito dar media vuelta, ahora mismo!
Giro sobre mis talones, entonces, casi temblando de miedo, retrocedo rápidamente por donde vine. Quiero salir de esta zona de nobles tan rápido como pueda. Para asegurarme de no perderme en mi camino de regreso, intento encontrar hitos reconocibles mientras camino.
He visto ese tallado antes, ¿cierto? Y recuerdo esa tela allí, también...
Mientras busco un giro que me lleve de regreso a la habitación, escucho el sonido de los pasos de otra persona acercándose. Si ya hubiese logrado salir de la zona de los nobles, podría estar completamente encantada con esto, pero justo ahora no quiero que me vean. Necesito esconderme. Si es un sacerdote, entonces probablemente esté bien, pero tengo mucho miedo de que sea un noble. Miro frenéticamente alrededor, pero no hay ningún lugar donde pueda esconderme en este pasillo. Me destaco claramente, seré descubierta de inmediato.
“¡¿Quién está ahí?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!”
La estricta voz proviene de una sacerdotisa, su cabello se encuentra muy bien arreglado. Su apariencia es muy ordenada y formal, pero por alguna razón también da la impresión de ser una sexy secretaria privada. Las túnicas sacerdotales que usa son del mismo color gris que las del sacerdote que me había llevado hasta la habitación, aunque su diseño es diferente. Ya sea porque los sacerdotes y sacerdotisas se visten de manera diferente en este lugar o debido a que existen túnicas ceremoniales especiales, no lo sé. Ahora que lo pienso, no había sacerdotisas en la ceremonia, ¿cierto?
Respiro aliviada de que esta mujer no sea una noble, y luego inmediatamente le pido disculpas por entrar en la zona de los nobles.
“Lo siento mucho, señora. Mi nombre es Maine. Colapsé en medio de la ceremonia de bautismo y me prestaron una habitación para descansar. No tengo un ayudante conmigo, y no había ninguna campana para llamar a alguien, así que fui a ver si podía encontrar a alguien. Desafortunadamente me perdí, y cuando me di cuenta, me encontré aquí...”
La mujer me mira, mirándome de pies a cabeza, luego suspira resignada. Ella toca su mejilla, inhalando un largo y cansado aliento, pero no quita sus ojos de mí.
“Estoy en el medio de algunos asuntos, pero luego te mostraré el salón de adoración donde se llevará a cabo la ceremonia de bautismo. ¿Te importa esperar un poco?”
“Sí, señora, muchas gracias.”
La sacerdotisa, con sus ojos ligeramente estrechos, se pone en marcha, el crujido de sus pasos enérgicos resuena por los pasillos. La sigo a medio correr, intentando mantener su ritmo. Si tenemos que ir a un lugar demasiado lejos, probablemente voy a desmayarme.
“Espera aquí, por favor. Necesito terminar mi asunto en este lugar.”
Sin embargo, gracias al hecho de que esta sacerdotisa únicamente necesitaba ir a otra habitación, me las arreglé favorablemente para no colapsar en el camino.
“Hah, haahhh...”
Asiento, aspirando aire intentando recuperar mi aliento. La sacerdotisa me mira con su ceño ligeramente preocupado, luego empuja la puerta para abrirla con un crujido. Puse mi mano en la pared para mantener el equilibrio, luego miré a través de la puerta por la cual la sacerdotisa había pasado casualmente. Cuando observo lo que hay adentro, mi respiración se detiene por completo.
“¡¿...?! ¿Eso... es... una biblioteca?”
No es una habitación particularmente grande, pero las paredes se encuentran cubiertas por estantes. Con una mirada rápida, lo que puedo ver en su interior son en su mayoría montones de pergaminos y tablas de madera, pero hay algunos estantes escondidos detrás de armarios fijamente cerrados, y puedo imaginar fácilmente que allí se guardan los libros más valiosos.
En el centro de la habitación, hay dos largos escritorios uno frente otro, sus superficies están inclinadas hacia arriba en diagonal, para así facilitar la lectura. La longitud me recuerda a los largos y conectados escritorios en los salones de conferencias de mi universidad. Ellos parecen suficientemente largos como para que cinco personas puedan sentarse lado a lado en ellos.
Además, a un lado de los escritorios a intervalos irregulares hay seis cadenas gruesas y resistentes. Los extremos de cada una de ellas están sujetos a seis libros masivos, los cuales están alineados sobre los escritorios.
“... Es una ‘biblioteca encadenada’...”
Visitar bibliotecas históricas en países extranjeros había sido uno de mis sueños cuando era Urano. Claro, este es un universo alternativo y no un país extranjero, y esta es la biblioteca de un templo, pero aun así, ¿puedo contarlo como un sueño hecho realidad? Una biblioteca extranjera, estanterías cerradas, libros encadenados a mesas, libros en los que puedes sentir la historia de la biblioteca, sin importar lo que leas... esto es algo que nunca hubiese podido ver prácticamente en ese entonces.
La mano que puse en mi pecho para calmarme se estremece. Mi corazón late como una alarma, y ​​puedo sentir cuán poderosamente la sangre corre por mis venas. Las cosas que tanto tiempo he deseado han quedado plasmada milagrosamente frente a mis ojos... ojos de los cuales lágrimas de alegría caen, uno tras otra.
“Yo...nunca había visto esto antes...”
Esta es mi primera biblioteca encadenada, pero, lo que es más importante, esta es la primera vez desde que llegué a este mundo que he visto suficientes libros en un solo lugar como para que una habitación sea llamada biblioteca. No es tan grande como una habitación, pero para mí, después de haber vivido una vida sin haber encontrado un solo libro, esto es un verdadero tesoro de felicidad.
Tal vez esta biblioteca sea un paraíso hecho por los dioses mismos. ¡Mi dios está aquí para mí!
“¡Rezamos a los dioses! ¡Damos gracias a los dioses!”
Cuando estás en Roma, has como los romanos. Profundamente conmovida al encontrar esta biblioteca, no, esta biblioteca encadenada, hago la pose Glico, luego me dejo caer en un dogeza, elevando mi agradecimiento al cielo. Estoy un poco tambaleante cuando lo hago, pero espero que tanto mis emociones como mi gratitud hayan sido transmitidas adecuadamente.
Rápidamente froto mi rostro y mis manos sobre mi ropa, revisando una y otra vez para asegurarme de que no estén ni un poco sucias. Después de verificar que mis manos no tienen manchas, doy media vuelta para seguir a la sacerdotisa, y con paso triunfal, entro en este glorioso paraíso.
“¿Perdón por mi intrusiónMPH?”
Mi rostro choca con algo, como si hubiese entrado por una puerta corredera que aún no se había abierto. Puesto que me había golpeado con tanta fuerza, las estrellas bailan ante mis ojos.
“Owww...”
Me siento en el suelo, frotándome la cabeza con una mano. Con mi otra mano, extiendo la mano hacia la puerta. Después de cierto punto, no puedo mover mi mano más allá. Parece que realmente hay algún tipo de muro invisible allí. Intento golpearlo un par de veces, pero no hay señales de que este se abra.
“¿Huh? ¿P…Por qué?”
La sacerdotisa había entrado normalmente sin problemas. No tengo idea de por qué solo me rechazan de esta manera. El mundo frente a mis ojos se vuelve un poco más oscuro, y comienzo a golpear la pared invisible. No se mueve ni una pulgada.
El paraíso está ante mis ojos, pero no puedo entrar. Puedo ver tantos libros frente a mí, pero no puedo tocarlos. ¿Está bien que exista una tortura tan cruel? ¿Llegar tan lejos y luego ser rechazada? ¡Dioses idiotas! ¡Devuélveme mi gratitud!
“¡Nooo, déjenme entrar! ¡Déjenme entrar también!”
Los libros son tan valiosos que, prácticamente, solo la nobleza tiene acceso a ellos. El templo utilizó una herramienta mágica para calmar a los niños durante la ceremonia de bautismo, así que no es irracional pensar que hay algún truco que proteja estos preciosos libros. Lo sé, pero esto es demasiado. Capturada por esta desesperación de poder ver, pero incapaz de entrar, me derrumbo en una pila indigna, incapaz incluso de limpiar las lágrimas brotando de mi rostro.
“Solo quiero leer...”
La sacerdotisa, termina su asunto, sale de la habitación llevando un fajo de papeles que parecen ser una especie de documentos. Ella me mira mientras me siento en el suelo, apoyada sobre la pared invisible, llorando y mirando hacia atrás.
“¿Qué estás… haciendo…?"
“¡¡Waaaaaah!! ¿Por qué? ¿Por qué no puedo entrar?”
Presiono mis puños débilmente contra la pared invisible, la sacerdotisa mira hacia atrás, hacia la sala de la biblioteca. “Ah”, ella dice.
“Hay libros muy valiosos, por lo que solo las personas autorizadas por el templo pueden ingresar.”
Sus palabras me dan un repentino destello de esperanza. Si solo las personas autorizadas por el templo pueden ingresar, entonces debería obtener esa autorización. Los dioses no me han abandonado aun. Rápidamente froto las lágrimas y los mocos de mi cara, luego impuso mi mano hacia arriba en el aire.
“¡Pregunta! ¿Cómo podría ser autorizada por el templo?”
“... La forma más sencilla sería convertirse en una hermana en formación, ¿no?”
Tal parece que las sacerdotisas aprendices se llaman hermanas en entrenamiento. En ese caso, desde que esta mujer ha crecido, ella debería ser una hermana.
“¡Entonces, me convertiré en una hermana en entrenamiento! ¿Cómo puedo hacelor?”
“Necesitarías hablar con el sacerdote principal o el maestro del templo. Ahora bien, vamos al salón de adoración.”
Ella parece pensar que la conversación termino, pero sacudo mi cabeza vigorosamente.
“¿Dónde podría estar el maestro del templo?”
“Su parte en la ceremonia de bautismo ya ha terminado, así que probablemente estará en sus aposentos, pero... ¿quieres ir ahora?”
Está claro que ella está intentando alejarme, pero no pienso dejar esta valiosa fuente de información.
“¡Sí, señora! ¡No puedo ir a casa hasta que lo haga!”
“... Vamos a preguntarle al maestro del templo, entonces.”
No sé si es porque entiende mi profunda convicción o si es porque está juzgando cómo tratarme basándose en mi ropa, pero ella suspira resignada y a continuación me lleva a la habitación del maestro del templo.
Parece que conseguí perderme por completo dentro del templo, porque las cámaras del maestro del templo están realmente cerca. Me quedo afuera de una magnífica puerta de madera mientras la sacerdotisa consigue permiso para entrar. Mirando a mi alrededor, veo todo tipo de adornos y pinturas de aspecto costoso. Los superiores de esta religión deben ser bastante ricos.
“Padre Bösewanz, hay una solicitante para volverse en una hermana en entrenamiento aquí para verle...”
“¿Una solicitante?”
A través del espacio dejado en la puerta, puedo escuchar al maestro del templo y a la sacerdotisa conversar. La tensión surge en mí al darme cuenta de que esto va a ser una entrevista de trabajo. Asegurándome de estar escondida detrás de la puerta, compruebo rápidamente para asegurarme de que mi apariencia esté en orden. La única mancha en mi vestido que se había mojado por las lágrimas y los mocos se secó, aunque está algo rígida.
“Sí, una niña que vino aquí para la ceremonia de bautismo de hoy.”
“Hmm, tal vez debería conocerla.”
“Por favor entra,” la sacerdotisa me dice.
Intento ingresar a la sala rápida y profesionalmente, pero la puerta es mucho más pesada de lo que pensé que sería. Sin otra elección, pongo mi peso detrás de ella, empujando la puerta para abrirla con todas mis fuerzas y entonces me deslizo a través del espacio tan pronto como es este lo suficientemente grande.
“Disculpe mi intrusión,” le digo.
La cámara del maestro del templo se parece mucho a la habitación de Freida. En el centro de la habitación, cerca de la puerta, hay una especie de área de recepción, con una mesa y algunas sillas en el centro. En la pared más alejada de la habitación hay una cama con un grueso dosel, y en la esquina opuesta hay un lugar para realizar trabajos. El espacio de trabajo posee un grueso escritorio y dos estanterías. Dentro de un estante de exhibición se encuentran algunas estatuas de dioses de treinta centímetros de altura, las escrituras que vi hace un tiempo durante la ceremonia y velas dispuestas simétricamente para que las escrituras estén en el centro.
El maestro del templo y la sacerdotisa están en ese espacio de trabajo, así que me acerco a ellos, pensando cuidadosamente en mi postura. Me está mirando con una mirada casi dolorosamente dura a medida que me acerco. Tomo una lenta respiración y preparo toda mi determinación. Es una entrevista de trabajo. La entrevista de trabajo que decidirá si puedo ingresar o no a esa biblioteca.
“¿Tu nombre?”
“Maine, señor,” le digo. Juntos mis manos en frente de mi pecho. “Si es posible, me gustaría ser una hermana en entrenamiento aquí. Apreciaría mucho su consideración.”
El maestro del templo me da una sonrisa ligeramente divertida, y a continuación deja su pluma. “Bien entonces, Maine. ¿Por qué no empiezo por preguntarte por qué crees que te gustaría convertirte en una hermana en entrenamiento?”
“Porque hay una biblioteca aquí, señor.”
Los ojos del maestro del templo se ensanchan ligeramente, tal vez porque mi respuesta fue completamente inesperada.
“… ¿La biblioteca? ¿Puedes leer?”
“Sí, señor, aunque hay muchas palabras difíciles que aún no sé. Si puedo leer un libro, aprenderé más palabras. Es por esto que, mientras viva, me gustaría leer a fondo todos los libros aquí.”
El maestro del templo frota su frente, suspirando. Sus hombros caen tanto que eso casi pareció forzado, y sacude su cabeza.
“Pienso que quizás podrías estar malinterpretando algo. Un templo es donde uno reza a los dioses. Los sacerdotes y sacerdotisas aquí son siervos de los dioses.”
“Por supuesto”, le respondo. “Soy muy consciente de eso. Pero, ¿no era ese grueso libro de escrituras que nos leyó en la ceremonia de hoy un escrito sobre los dioses? Para mí, aquellas escrituras son como los dioses mismos. Deseo leer todo acerca de los dioses. Me gustaría aprender todo sobre los dioses, señor.”
“¿Eres un fundamentalista de las escrituras?”
Un brillo agudo atraviesa los ojos del maestro del templo. No tengo ni idea de si debo decir sí o no a esa pregunta. Es un poco problemático, pero no puedo imaginar que esa sea una frase que alguno de los otros niños asistiendo a esta ceremonia de bautismo conozca. En lugar de arriesgarme a decir algo innecesario, supongo que sería mejor si le digo que no sé.
“Nunca he escuchado esas palabras antes, así que no sé lo que significan, pero no hay una pizca de duda en mi corazón: quiero leer las Escrituras y aprender sobre los dioses. Por favor, crea en la pasión con la cual el dios del fuego me ha bendecido. Realmente espero y rezo poder ser una hermana en entrenamiento, leyendo todos los libros aquí y aprender acerca de los dioses. ¿Cómo puedo convencerle de esto?”
Él luce un poco desconcertado cuando lo presiono para que responda, pero él me mira de arriba abajo, tarareando contemplativamente para sí mismo, y entonces asiente.
“Ya estoy convencido de tu pasión. Si este es realmente tu deseo, entonces ciertamente deberías convertirte en una hermana en entrenamiento.”
“¡¿Realmente?!”
“Sin embargo, si la hija de una familia como la tuya desea unirse a la iglesia, debe hacer una donación que coincida con ese nivel de pasión. ¿Conoces cuánto es eso?”
Parece que, desde que mi ropa implica que tengo mucho dinero, este hombre intentará aprovecharse de mí. “Si quieres unirte, paga,” parece estar diciendo. Ya soy plenamente consciente de que una religión como esta no puede estar exclusivamente conformada de buenos ideales. Todo lo que él está pidiendo es que, si quiero unirme, ¿cuánto dinero puedo ofrecerle cómodamente a cambio?
Ahora que pienso en ello, he oído que para comprar un solo libro, necesitas gastar varias monedas pequeñas de oro. Si tuviese acceso a esa biblioteca encadenada, tendría acceso a al menos diez de esos libros voluminosos. No tengo ninguna base para esto además de las bibliotecas de alquiler en Japón, pero en esas bibliotecas, pagas tanto como un libro para así poder leer todos los libros de esa biblioteca. Entonces, si agrega todos los documentos en las estanterías, como la capacidad de leer todo lo que yo quiera antes de morir, y después pongo en reserva el dinero que he estado ahorrando para mi familia... una moneda grande de oro no debería ser un problema.
“No sé cuál es el precio real de una donación, pero... si pienso en la cantidad de dinero que tengo disponible, podría gastar hasta una moneda grande de oro.”
“¡¿G...Grande?!,” el maestro del templo grita, expulsando saliva de su boca.
La sacerdotisa, también, tapa su boca con la mano, con ojos muy abiertos. A juzgar por sus reacciones, estoy bastante segura de que presenté una suma de dinero excesivamente alta.
“¿Huh? ¿Es demasiado? Aunque, eso es solo el máximo absoluto, así que puedo pagar menos, ¿saben?”
El maestro del templo intercambia una mirada con la sacerdotisa, a continuación aclara su garganta, como si estuviese intentando suavizar aquel arrebato. Luego, se inclina hacia adelante, mirándome seriamente.
“Ahh... bueno, aunque estoy muy feliz de que una chica como tú arda con suficiente pasión, para estar dispuesta a ir tan lejos para unirse a nuestro templo como hermana en entrenamiento, pero cuando era el tiempo para la ceremonia de bautismo, tú ya habías decidido dónde te gustaría trabajar, ¿cierto? ¿No eres un miembro de otra cosa?”
Por supuesto, si tuviese que elegir un lugar de trabajo, no sería factible convertirse en una hermana en entrenamiento. Sin embargo, había estado planeando trabajar desde mi casa, así que no tengo un lugar de trabajo al cual ir.
“Ya estoy registrada provisionalmente en el gremio de comerciantes, pero aún no tengo trabajo. Mi cuerpo es muy frágil, así que estaba planeando trabajar desde mi casa.”
“¿Trabajar desde tu casa? ¿Una hija de comerciantes? Si te conviertes en una hermana en entrenamiento, debes que cortar todos los lazos que tengas con otras organizaciones. ¿Qué dirían tus padres si te retiraras del gremio de comerciantes y te convirtieras en una hermana en entrenamiento?”
“Tendré que hablar sobre esto con mis padres, pero...”
Me detengo. No puedo responder inmediatamente acerca del gremio de comerciantes. Probablemente necesite seguir participando si voy a seguir comprando y vendiendo cosas.
“Me pregunto ¿si puedo retirarme del gremio de comerciantes? ¿Qué pasaría con todo el dinero que he ganado hasta ahora y todos los productos que pienso desarrollar en el futuro?”
Mientras me pregunto en voz alta, tratando de ordenar mis pensamientos, el maestro del templo, al escuchar, abre sus ojos un poco, parece que tiene una pregunta que hacer.
“¿El dinero que has ganado? ¿Los productos? ¿No estás ayudando en el trabajo de tus padres?”
“No, señor.”
Esta es mi oportunidad de mostrar cuan excepcionalmente atractivo sería que yo me una al templo. Recordando la lista de cosas importantes a cubrir en una entrevista de trabajo, le explico todas las cosas que tanto he intentado hacer, y todas las formas en que he aprendido de mis experiencias. Brevemente.
“... Hm,” él dice, “si no estás registrada en el gremio para poder ayudar con el negocio de tus padres, entonces tal vez en lugar de que retires el registro, simplemente puedes unirte a nosotros. Aunque podría necesitar consultar esto con el maestro del gremio.”
Él me sonríe con admiración, como si esa fuese exactamente la respuesta que necesitaba escuchar. Si él pudiese hablar con los superiores en el gremio de comerciantes por mí, sería un gran salvavidas. Le agradezco cortésmente, confiándole las negociaciones con el maestro del gremio.
“Primero, necesito consultarle a mis padres,” le digo.
"Bueno, si tus padres objetan o si surgen otros problemas, por favor ven a hablar conmigo inmediatamente. Si lo que buscas es leer libros, por favor, ven aquí, a esta sala. No podrás ingresar a la biblioteca, pero me gustaría que pudieses leer las Escrituras que tengo aquí.”
“¡¿Realmente?! ¡Muchas gracias! ¡Oraciones a los dioses!”
En el instante en que adopto la postura Glico, puedo sentir cómo mi cuerpo comienza a inclinarse lánguidamente hacia un costado, y toda la sangre empieza a desaparecer de mi rostro.
Volví a exagerar nuevamente, ¿cierto?
Desde que Lutz no está aquí, no hay nadie que me impida sobreexcitarme o correr imprudentemente. Tal parece que yo, sin haber prestado ninguna atención a mi propio comportamiento, he presionado mi cuerpo más allá de su límite máximo, y finalmente se está rebelando al separarme de todas mis fuerzas.
“…Oh, no otra vez…”
Con un golpe tosco, caigo sobre el suelo y no puedo levantarme. Estoy muy agradecida de que esta vez aún estoy consciente, incluso si no puedo mover mi cuerpo. Mientras permanecía allí, concentré toda mi energía mental en la pizca de fiebre del Devorador, a pesar de que no hay mucho en este momento.
“¡¿Qué ocurre?! ¡¿Qué sucedió?!”
Los ojos del maestro del templo se abren ampliamente en alarma cuando él me ve colapsando quedarme quieta ante sus propios ojos. Él se levanta con la fuerza suficiente para derribar su silla. La sacerdotisa, estupefacta, me mira y entonces murmura para sí misma en voz baja.
“... Ahora que pienso en ello,” ella dice, inclinando su cabeza hacia un lado, “¿no dijo que había colapsado en medio de la ceremonia de bautismo?”
“¿Qué?”, ​​el maestro del templo dice, mirándola.
Atascada en el suelo, me disculpo con ambos.
“Lo siento, pero estoy un poco sobre-emocionada. No puedo moverme justo en este momento, pero por favor, solo dame un minuto.”