Órdenes de
Materiales y Herramientas
Después de
que dejamos la habitación de Benno, Lutz y yo somos sacados de la tienda por
Mark y hacia un almacén cerca de la puerta sur. Parece que las puertas del sur son
donde trabajan una gran cantidad de artesanos, así que hay muchos almacenes en
esta parte de la ciudad. Además, hay mucho más pozos de agua por aquí que en
los distritos residenciales, dado que los artesanos probablemente utilizan
mucha agua en su trabajo.
El almacén
al cual Mark nos lleva tiene un pozo justo al lado de él. No es un espacio
particularmente grande; A primera vista, parece tener unos tres por tres y
medio de ancho*. Tal parece que fue utilizado originalmente por los
trabajadores para almacenar las materias primas dentro, con estantes de madera
rugosa clavados en las paredes. El interior ha sido burdamente barrido, así que
aunque aún se encuentra un poco polvoriento no parece que nosotros necesitaremos
hacer una limpieza a fondo. Mientras miro a su alrededor, noto que tanto una
olla como una bolsa llena de algo ya han sido dejados en un rincón.
<*6 tatamis, esta medida es una aproximación>
“Cuando los
artículos que usted ha ordenado lleguen a la tienda, enviaremos a un empleado
para traerlos hasta aquí. Ayer trajeron la olla y la ceniza que ordenaron;
Están en la esquina de allí. Este día, la gran bañera y la pesada piedra
llegarán. Por favor estén en este lugar cuando lleguen.”
Cuando miro
la olla negra que Mark está señalando, mi corazón se llena de gratitud por la
ayuda de Benno. Una olla, algo que tanto Lutz como yo nunca podríamos haber
conseguido por nuestra cuenta, está aquí.
“¡¡Whoa, una
olla!!” Exclamo. “¡Lutz! ¿Puedes llevar esto?”
“Sí, si es
de este tamaño. Podría también sujetarla a mi espalda, en su lugar.”
“¡Bueno,
vamos a medirla! Tenemos que averiguar cuán grande será la vaporera.”
Tengo un
conjunto de materiales ordenados, que tomé prestados de la tienda de Benno, en
mi bolsa de mano. Mientras me apresuro a sacar la cinta métrica, Lutz casualmente
quita esta de mis manos.
“... Claro,
vamos a medir, pero vamos a calmarnos un poco primero. Si te entusiasmas
demasiado, te enfermarás de nuevo.”
“Urgh...”
Mark sonríe
irónicamente mientras él mira nuestro intercambio.
“Si no hay
problemas con este almacén, entonces voy a regresar a la tienda hoy. Mañana por
la mañana, planeo ir a la maderera, así que por favor asegúrese de haber
terminado de medir y ordenar todo lo que ustedes necesitaran para entonces.
...Hmm, saldré de la tienda a la tercera campana, así que creo que debería
llegar a la plaza central un poco después.”
“¡Sí,
entendido!”, Digo. “Muchas gracias por todo hasta ahora.”
A
continuación, él saca un juego de cadenas y una llave, con expresión seria en
su rostro.
“Voy a
dejar esta llave contigo por ahora. Esta es la clave de este almacén. Cuando
cierre aquí, por favor asegúrese de que no olvidarse de esto. Entonces, después
de que usted haya cerrado este lugar, usted necesita traer esta llave de regreso
a la tienda. Lutz, está bien si lo haces tú solo. ¿Todo está bien?”
“Sí” respondo.
Después de
entregar la pesada llave a Lutz, Mark gira suavemente sobre su talón, luego
sale del almacén.
“Lutz,
¿vamos a empezar?”
Este
almacén no parece haber sido utilizado muy recientemente, así que no tiene ni
sillas ni cajas sobre las cuales podamos sentarnos. No es el tipo de lugar en
el cual realmente puedes tomar un descanso.
“¿Qué tal
si nosotros traemos las cosas que ya tenemos? El marco que hicimos, el bambú, los
clavos...”
“Sí, eso
suena bien. Las cosas que definitivamente tenemos que hacer hoy son calcular el
tamaño de la vaporera, y luego el tamaño de la madera que vamos a usar, ¿cierto?
Quiero repasar lo que he conseguido con los pedidos hasta ahora para cerciorarme
de que no he olvidado pedir más madera que podríamos necesitar... después de
eso, ¿podríamos empezar a hacer tiras de bambú?”
“Si vamos a
cortar y raspar el bambú de esa manera, necesitaremos algunas herramientas para
eso también.”
Anoto una
lista de las cosas que necesitamos hacer hoy en mi pizarra, luego la apoyo
contra la pared del almacén. De esta manera, creo que así no olvidaremos nada.
Lutz y yo comenzamos
a regresar a casa para recoger nuestras cosas y traerlas al almacén. No estoy
completamente familiarizada con la parte de la ciudad en la que estamos, así
que estoy muy perdida, pero Lutz parece saber exactamente dónde estamos
mientras él casualmente nos guía a través de estrechos y retorcidos callejones.
Este almacén se supone que está cerca de la puerta sur y de mi casa, pero
¿dónde estamos? Cuando esa pregunta rebota en mi cabeza, damos vuelta en una
esquina y llegamos a casa. Está muy cerca, para mi alivio, ya que será fácil
para mi resistencia.
“Está bien”
le digo, “Subiré a buscar todo en una canasta y lo traeré aquí.”
“Lo tengo.”
Todo lo que
tengo en mi casa son los clavos. Desde que la familia de Lutz trabaja en las
industrias de la construcción y la carpintería, es muy probable que si
hubiéramos dejado la bolsa de clavos en ese lugar, probablemente alguien en su
familia hubiese pensado que era su propia bolsa y nos la hubiese quitado. Del
mismo modo, si dejamos el marco o el bambú que habíamos recogido en mi casa,
probablemente la confundirían con leña nuevamente y la quemarían, así que
dejamos estos en la casa de Lutz.
Puse la
bolsa de clavos y mi cuchillo dentro de la cesta. Como una reflexión posterior,
tomo un trapo para el polvo y una escoba, también. Ya que no tenemos nada que
usar como una silla, al menos, quiero barrer una parte del piso y dejar un paño
para así tener un lugar para sentarnos.
Cuando
regreso a la planta baja, Lutz ya está esperándome, con todo tipo de cosas de
madera sobresaliendo de su canasta.
“Lutz, ¿qué
es eso?”
“Oh, es
algo que Ralph estropeó el otro día. Pensé que podríamos usarlo como una silla
por ahora.”
“Heh heh,
yo también traje algunas cosas para que podamos sentarnos.”
Regresamos
al almacén, ponemos la bolsa de clavos en un estante y colocamos el bambú en
una esquina. Saqué la cinta métrica, y ambos medimos las dimensiones de la olla
y decidimos el tamaño de la vaporera que usaremos, luego anoté en mi pizarra el
tamaño de la madera que vamos a estar humeando.
“¿Esta
mirada bien?”
“Sí.”
Hay una
gran cantidad de madera que necesitamos requerir en la maderera. Necesitamos
los componentes para la vaporera, el palo pesado que usaremos para batir las
fibras extraídas, el tablero grande y plano que necesitaremos para la camilla para
el papel, otro tablero plano, pero relativamente delgado, nosotros podemos
pegar el papel para secarlo, el bambú que necesitamos para hacer tiras de
bambú, y, por supuesto, la madera que vamos a necesitar para hacer el papel
real.
Mientras vuelvo
a comprobar para asegurarme de que tengo todo escrito en el formulario de
pedido, empiezo a preguntarme qué tipo de características queremos en nuestra
madera. ¿Queremos una madera dura o blanda, una madera vieja o una joven?
“Muy bien”,
Lutz dice, “Vamos a hacer las tiras de bambú.”
“Por
supuesto. ¿Puedes hacerlas lo suficientemente pequeñas?”
“Hmm, la
última vez todavía eran bastante grandes. Me pregunto ¿cómo podemos hacerlas
más delgadas?”
Bajo la
dirección de Lutz, comenzamos a trabajar en la fabricación de las tiras de
bambú. Es relativamente sencillo hacer los cortes con golpes simples y
potentes, pero emparejarlos hasta algo más delgado parece que es un proceso
mucho más lento y arduo.
“Déjame
intentar, también. Si es un trabajo fino, creo que puedo hacerlo.”
Saqué mi
propio cuchillo, elijo un delgado pedazo de bambú, e intento cortarlo. A mitad
de camino, sin embargo, repentinamente se parte en dos. No tiene suficiente
longitud para que podamos utilizarla sin que esta se tambalee.
“Esto es
realmente difícil”, le digo.
“Sí,
realmente lo es”, Lutz dice.
Miro hacia
las pocas tiras que hemos finalizado, luego al marco que tenemos que llenar,
juzgando cuánto necesitaremos para llenarlo.
Realmente
quiero dejar este trabajo a las personas que realmente puedan hacerlo. Los dos
no tenemos tiempo ni habilidad.
Mientras nosotros
seguimos trabajando, una llamada viene desde afuera. “¡He traído sus
mercancías!”
Un empleado
de la tienda de Benno ha llegado, llevando una tina grande y una piedra para el
peso la cual es lo suficientemente ligera para que Lutz sea capaz de levantarla.
Tengo que ponerlos en la esquina, al lado de la olla.
“Maine,” Lutz
dice, “Nuestra entrega llego, así que vamos a terminar por hoy.”
Mientras el
empleado de Benno sale para regresar la tienda, Lutz comienza a ordenar sus
herramientas. Sin embargo, desde que es sólo alrededor del mediodía, aun pienso
que tengo un montón de resistencia para seguir trabajando.
“Puedo
seguir, ¿sabes?”
“... Mañana
parece bastante difícil, así que deberías descansar un poco hoy. Hey, ¿no
dijiste que necesitabas cocinar hoy?”
“Oh, es
cierto.”
Mi turno
para cocinar vino mientras estaba atascada en mi cama, así que Tory me cubrió.
Así que hoy es mi turno.
“Además,” él
continúa, “desde que iré a la maderera mañana, tengo que asegurarme de que
todas mis cosas estén hechas primero.”
“¿Tus
cosas?”
“Necesito asegurarme
de conseguir hacer mi parte de las tareas de mañana hoy. Así que, Maine, vete a
casa. Iré corriendo a regresar la llave a la tienda después de hacerlo.”
“Lo tengo.”
Asiento con
mi cabeza en acuerdo, dolorosamente consciente de cuánto soy una carga, a
continuación, comienzo a poner todo en orden.
◇◆◇
Al día
siguiente, poco después de sonar la tercera campana, nos encontramos con Mark
en la plaza central, luego nos dirigimos hacia la maderera. Parece que la
tienda de Benno está más ocupada entre cuando es abierta justo antes de la
segunda campana y cuando los comerciantes comienzan a calmarse alrededor de la
tercera campana.
Desde que
Lutz está aquí con nosotros hoy, no he colapsado en el camino, y hemos llegado
a la maderera a salvo. Los troncos están dispuestos en pilas por aquí o inclinados
contra las paredes, una escena no completamente diferente a algo que he visto
en Japón. Sin embargo, puesto que todo lo que usualmente se hace a través de
máquinas en su lugar se encuentra hecho a mano, hay un gran número de tipos
bastante musculosos vagando alrededor del lugar, gritándose el uno al otro mientras
arrastran la madera y reducen su tamaño. Es una escena bastante animada. Casi
excesivamente animada, hasta el punto que estoy un poco asustada.
“Ahh,” Mark
dice, “Capataz, ha pasado un tiempo.”
“¡Oh! Mark,
¿huh? Ese chico Benno está haciéndolo muy bien, ¿no es así?”
“Ah, sí. Él
lo está haciendo muy bien. Para los negocios de hoy, sin embargo, estos dos están
buscando algo de madera...”
El capataz porta
un bigote erizado, salpicado de gris y una calva brillante. Él sale para
saludar a Mark, quien le habla acerca de nuestra búsqueda.
“La pequeña
niña y el chico, ¿huh? ¿Qué tipo de madera necesitan?”
Sus
músculos fornidos no coinciden en absoluto con su edad. Mientras él me miraba
fijamente, mi aliento atravesó mi garganta con un chillido.
“Umm, estoy
buscando madera para así poder hacer un vaporera...”
“¿Huuuh?
¿Qué clase de madera es esa?”
Él repite
su pregunta, con una expresión dudosa en su cara, dejándome ante una pérdida
total debido a sus palabras. Estoy bastante segura de que Lutz y Mark entienden
a lo que me he estado refiriendo cuando hablo acerca de vaporera, pero me
pregunto ¿si el capataz realmente no sabe sobre ellas? O, quizás, ¿tengo que
decirle realmente los tipos específicos de madera que necesito?
“Ummm,
necesito algo que mantenga su forma incluso cuando hay mucho vapor de agua...
ah, no, cuando hay mucho vapor; Una madera dura y seca. ¿Podrías decirme qué
tipo de madera usted tiene?”
“¿Hoh? Una
madera dura y seca, hm. Creo que tengo una idea de lo que podría necesitar.”
El capataz
se inclina, y luego lista los nombres de tres tipos diferentes de madera.
“Tenemos
zwan, turaka y pedithry. ¿Cuál será?”
“¿Cuál va a
ser?, Preguntas... Lutz, ¿sabes?”
Incluso a
pesar de que él hizo una lista con algunos posibles candidatos, no tengo idea
de lo que estas son. Miro por sobre mi hombro a Lutz para pedir ayuda.
“¿Hmm? Zwan
es el más fácil de trabajar, ¿cierto?”
“Bueno entonces,”
Mark dijo, “Vamos a ir con zwan, entonces. Has decidido los tamaños que necesitas,
¿verdad?”
“¡Sí!”
Digo, sacando los formularios de pedido de mi bolso. Mark los revisa,
comprobando que no hay errores.
“Hmm”, él dice,
“no hay problemas aquí. Así que, capataz, por favor, corte zwan con las
dimensiones enumeradas aquí, y luego entregue estas en la tienda.”
“¡Estas
bien!”
Él mira el
formulario, y a continuación se lo entrega a un tipo corpulento cercano.
“Um”, le
digo, “También necesito una tabla gruesa y un soporte para ponerla, además una
madera que no se deformará cuando se encuentre húmeda.”
“Puedo
venderles la madera, pero si la quieres unir a un soporte vas a necesitar hacerlo
por ti misma o encontrar un fabricante de muebles. ¿Quieres esto en zwan,
también?”
“Sí, por
favor”, le digo inclinado mi cabeza vigorosamente, entregándole el formulario
de orden para obtener una tabla gruesa. Él suspira cuando mira este por encima,
a continuación saco otro formulario para
entregárselo.
“Esto
seguro es mucho”, él dice.
“Todavía
tengo más”, le respondo. “Esto es para dos tablas, que necesitan ser capaces de
ser mojadas, y también necesitan ser delgadas.”
“¿Qué tan
delgadas?”, él dice, frunciendo su ceño. “Si cortas madera demasiado delgada, esta
comenzará a doblarse cuando pongas algo de peso sobre ella, ¿sabes?”
Yo tarareo
sin sentido, cavando a través de mis recuerdos. Cuando la imagen de la tabla en
la cual vamos a pegar el papel destella en mi mente, junto mis manos por la inspiración,
y luego saca mi pizarra desde mi bolsa. El lápiz de pizarra golpea en contra de
la superficie mientras dibujo un diagrama.
“Ummm, va a
estar fijada en un marco y reforzada en la parte posterior de esta manera, así
que algo suficientemente grueso para no doblarse cuando eso sucede. Estoy
preocupada por el peso; Sé que no voy a ser capaz de levantarla, pero si Lutz
no puede...”
“Sería un
fracaso como hombre si no pudiera levantar algo así de grande”, Lutz interrumpe.
No hay forma
de que Lutz pueda incluso empezar a compararse con ese musculoso capataz. Un poco
ansiosa, me giro para encararlo, pero antes de que pueda abrir mi boca ya llevaba
un desagradable ceño.
“Soy un hombre”,
él dice, “así que todo estará bien.”
Si Lutz
habla demasiado ahora, él terminará pagando por ello más tarde, pero si digo
algo ahora, sólo voy a herir su orgullo como hombre, así que lo dejo pasar.
“A
continuación” digo, “Necesitaremos un madero cuadrado de madera dura, como un palo,
o la varilla que usas cuando estás golpeando ropa. Esto también tiene que tener
un tamaño y peso que Lutz pueda cargar y manipular.”
“Sin
embargo, esto suena completamente diferente a una varilla de lavandería, ¿Qué estarás
golpeando?”
Esas fueron
las dos cosas que vinieron a mi mente cuando pensaba en cosas que usas para
golpear otras cosas, pero parece que ya que un palo es un arma y una varilla de
lavandería es algo que las madres utilizan para golpear las cosas que lavan,
los materiales deben ser muy diferente.
“Fibras de
madera” le respondí. “Los estaremos hirviendo hasta que estén flojos, luego las
golpearemos hasta que estén suaves como algodón.”
“¿Qué estás
haciendo, otra vez?”
Cruzo mis
dedos delante de mi boca, haciendo una X. “Lo siento, pero no puedo decírtelo.”
El capataz suspira
nuevamente. “Conseguir la dureza y el peso equilibrado será importante, huh. Si
vamos a hacerlo bien, ¿en qué tipo de superficie vas a estar haciendo esto?
¿Piedra? ¿Madera? Hay más variables además de estas, ¿sí?
Toda la
sangre escapa de mi cabeza. Había olvidado completamente que necesitábamos una
especie de bloque de corte en el cual pudiéramos golpear las fibras sobre él.
“... Yo, yo
no pensé en eso. C, c, cierto, ¡necesitamos un bloque de corte para eso
también! ¿Podemos ordenarlos como un conjunto, por favor? ¡Puedo escribir la
orden ahora mismo!”
“Sí, si
quisieras hacerlo como un conjunto, podrías añadirlo al pedido aquí, pero...
¿niña, vas a escribirlo?”
“¿Sí, yo…?”
Sacudo mi
cabeza ante la realización de mi error irreflexivo. Intentando desesperadamente
recuperarme de algún modo, saco inmediatamente la cinta métrica, la tinta y la
pluma del conjunto de escritura para órdenes, a continuación añado al formulario
las dimensiones del bloque de corte, debajo de la descripción del palo mismo.
“Señor”, le
digo al capataz, “¿esto hará?”
“Sí, lo
haré. ¿Es esa tu orden completa?”
“No, lo
siguiente es... um, ¿hay un tipo de madera que tenga fibras realmente largas y
resistentes? Si es posible, nosotros estamos buscando madera con fibras
pegajosas, pero si usted no puede, está bien, siempre y cuando puedan quedar
bien unidas y podamos obtener muchos de ellos de la madera. He escuchado que la
madera de un año es lo mejor para esto; Después del segundo año las fibras se
ponen demasiado duras y quebradizas así que ellas se vuelven muy difíciles para
trabajar. Así que estamos buscando una madera joven y suave.”
Al detallar
las características de la madera que podría ser más fácil de usar para el
papel, la reacción del capataz no es muy buena. Él tira de su bigote mientras
piensa, frunciendo su ceño.
“Hmmm. La madera
joven no es muy útil, así que en realidad no tenemos algo así.”
Parece que
esta maderera no trata con árboles de un año a menos que ellos consigan una
orden especial para esto.
“Um,
entonces, si usted tiene alguna idea de qué tipo de madera podría tener esos
rasgos, ¿podría por favor al menos darnos una lista de ellas? No sabemos
exactamente qué tipo de madera vamos a usar, así podremos recoger las pequeñas
cantidades que necesitaremos para probar. Sin embargo, cuando descubramos cual
necesitamos, ¿podemos ordenarla a través de usted?”
“No puedo
decirlo hasta que sepa cuánto vas a ordenar. Si es muy poco, es difícil para mí
ganar dinero.”
“Entiendo.
...Lutz, ¿podrías averiguar los nombres de estos árboles y dónde los podemos
encontrar? No creo que pueda distinguirlos, yo misma.”
Parece que
vamos a tener que recoger nuestras materias primas después de todo, al menos al
empezar. Una vez que tengamos nuestro prototipo terminado habremos averiguado
qué tipo de madera vamos a querer usar, así que cuando nosotros iniciemos la
producción en masa podremos ordenarla.
Lutz se va
con uno de los jóvenes tipos corpulentos para aprender sobre los diferentes
tipos de madera y cómo distinguirlos. Mientras tanto, saco una tira de bambú
para mostrársela al capataz y realizar algunas preguntas.
“Ah, es verdad”,
le digo, “Necesitamos tiras de bambú como esta; ¿Tienes bambú aquí?”
“No mucho,
pero sí, tenemos”, él dice, señalando hacia uno de las muchas pilas de madera.
Allí, veo las familiares formas de los palos de bambú apilados.
“¿Usted
podría hacer estas tiras de bambú aquí?”
“Un fino
trabajo como ese es el trabajo de un artesano. Pregúntale a un artesano.”
“Un
artesano, está bien. Muchas gracias. Um, eso es todo en mi orden para hoy.”
“Está bien”,
él dice, mirando la pila de formularios. “Cuando todo esté terminado, quieres
que lo envíen a la tienda de Benno, ¿verdad?”
Todos los formularios
que le he entregado tienen puesto el nombre de Benno. Desde que nosotros tenemos
un contrato diciendo que él proporcionará la inversión inicial de los materiales
a cambio de mi champú simple, parece que Benno es el que hace toda la orden
real. Parece que la formalidad de tener Benno comprando y recibiendo las
mercancías, y luego entregárnoslas es importante para la forma en que funciona
el contrato mágico.
“Sí, por
favor. Muchas gracias por su asistencia.”
El capataz regresa
a sus deberes. Mientras espero a que Lutz regrese, meto mi mano en mi bolsa de
mano y me siento alrededor, asegurándome de que no olvidé accidentalmente entregar
algún formulario. Todo lo que me queda es la orden para el soporte, para la
cual necesito encontrar un fabricante de muebles, y la orden para las tiras de
bambú, para la cual tengo que encontrar un artesano.
Hmmm, ¿qué
debemos hacer con el soporte para la camilla para el papel? Para ser honesta,
un soporte no parece el tipo de cosa que necesito ir hasta un fabricante de
muebles para conseguirlo.
“... Señor
Mark”, le digo, “¿Usted tiene cajas de madera en la tienda que podamos usar
para una mesa? Creo que sería un desperdicio pedirle a un fabricante de muebles
que hiciera una personalizada.
“Ah,
entiendo. Haré para encontrar alguna para ti. ¿Cuantas necesitas?”
“Vamos a
necesitar dos que tengan el mismo tamaño para que podamos poner una tabla sobre
ellas. Estaría realmente feliz si pudiésemos conseguir dos o tres más, pero el
tamaño de estas realmente no importa.”
Mark rápidamente
está de acuerdo, desde que esto será mucho más barato que pedir algo
personalizado a un fabricante de muebles. Cuando Lutz regresa, Mark dice que es
hora de separarnos por el día.
“Tal vez
deberíamos ir al taller del artesano otro día. No fui de entrar en contacto con
uno hoy, así que ¿nos separaremos aquí?”
“Muy bien,”
le digo. "Muchas gracias.”
◇◆◇
Al día
siguiente, nos dirigimos al bosque para recolectar leña. Mientras que estamos
en ello, intento averiguar si hay un tipo de árbol aquí con el cual podría
trabajar para la fabricación de papel, pero puesto que Lutz tiene la última
palabra, él tiene mucho conocimiento de esto
que yo, básicamente, simplemente le impongo toda la tarea a él . Quiero
decir, ¡cada árbol que veo luce idéntico a cualquier otro árbol para mí! Claro,
hay diferencias en el color y la textura de su corteza, pero hay muchas
variaciones diferentes, y no puedo recordar ninguna en absoluto.
Entonces,
cuando nos detenemos en la tienda para pedir prestado la llave del almacén para
que así podamos almacenar lo que hemos encontrado, Mark nos informa que él fue
capaz de ponerse en contacto con un artesano que nos podría ayudar.
Señor Mark,
eres increíble en tu trabajo. Un rápido trabajador.
Gracias a
Mark, cinco días después de nuestra visita a la maderera, podemos reunirnos con
un artesano. Como de costumbre, nos encontramos en la plaza central alrededor
de la tercera campana, luego nos dirigimos hacia nuestro destino. Parece que debido
a que este taller de artesanos recibe un gran tráfico de otros trabajadores, se
encuentra ubicado cerca de las puertas sur.
A
diferencia del capataz de la maderera, este artesano es, si tuviese que
describirlo, un hombre bastante delgado. Él tiene los músculos que necesita
para hacer su trabajo, pero el resto de su físico es la encarnación de
minimizar las cosas innecesarias. Su cabello ceniza llega hasta su espalda,
ligeramente atado en una cola de caballo para que no se interponga en su
trabajo.
“¿Cuál es
el trabajo?”
Él me
escanea de arriba abajo con sus agudos ojos, la imagen del artesano neurótico.
Me aferro reflexivamente a la pierna del pantalón de Mark.
“Me
gustaría tiras de bambú delgadas como esta”, le digo, sacando una de las que ya
hemos hecho desde mi bolsa de mano y se la entrego. “Le pregunté a la maderera
si podían hacerlo, pero el capataz dijo que debería ir a ver a un artesano...”
Él gira la
tira imprecisamente cortada en sus manos, con su boca fruncida.
“¿Necesitas
que sea ondulado de esta manera?”
“Intente
hacerla lo más recta posible...”
“Hm, si
tomo en cuenta tu falta de habilidad, está claro lo que estás buscando. Lo
tengo. ¿Estos son los ingredientes?”
El artesano
señala el bambú que Lutz tiene en una cesta en su espalda, que recuperamos del
almacén en nuestro camino aquí. Lo sacamos de la cesta y lo apilamos para él.
“¿Eso es
todo lo que necesitaa?”
“¡Um!
Espero que puedas hacer una ‘estera de
bambú’, ¿cree que pueda?”
Dibujo un
diagrama en mi pizarra, a continuación, utilizo la tira de bambú que tengo como
un apoyo cuando intento explicar lo que estoy buscando. A pesar de mi cruda
explicación, parece que el artesano de alguna manera logra capturar la imagen
de lo que estoy buscando.
“Será un real
dolor hacerlo, pero no puedo decir que no puedo hacerlo.”
“¿Realmente?
¡Asombroso!”
“Pero, no
puedo hacer que funcione si no tengo un hilo suficientemente fuerte. Consígueme
algo así antes de hacer el pedido.”
Él agita
sus manos mientras nos habla, nos está espantando. Sin embargo, no hay forma de
que me permita ser expulsada de esta manera. Después de todo, tengo
literalmente cero idea de qué tipo de hilo va a ser lo suficientemente
resistente para que funcione.
“Umm, lo
siento, pero realmente no sé qué hilo es lo suficientemente fuerte para usted.
¿Podrías ayudarme a buscarlo, por favor?”
“Estoy
libre para dirigirme al mayorista de hilos ahora mismo, así que puedo, claro.”
“¡Vamos!”
Levanto mi
puño con entusiasmo hacia el cielo. Estoy bastante feliz de que este artesano
de aspecto desagradable repentinamente dijo algo tan cooperativo.
“Oi, Maine”,
Lutz me regaña por detrás, agarrándome por la parte superior de la cabeza.
Haciendo una mueca, me doy la vuelta para mirarlo. Él me mira, sus ojos verdes
se estrechan debido a la irritación.
“No seas
tan imprudente. Tú serás la primera en pagar por eso.”
“Parece que
hoy también le gustaría ser cargada en mis brazos hoy, ¿no?”, Mark dice.
“¿Eek?”, le
digo.
No sé si él
recuerda claramente cuánto odie haber sido cargada todo el camino hasta mi casa
la última vez; Su agradable sonrisa no muestra ninguna indicación cuando él se
acerca a mí. Mientras retrocedo cautelosamente, el artesano, sonando irritado,
habla.
“¿Vamos o
no? ¡Elige!”
“Iremos,
por supuesto”, Mark dice. Maine lo dijo después de todo. ¿Cierto?”
Mark me
captura, me levanta en sus brazos y me arrastra hacia el mayorista de hilos.
Puesto que no tenemos que preocuparnos de mantener mi ritmo, hay una gran
diferencia en nuestra velocidad. Estoy sorprendida de que, incluso aunque estoy
en sus brazos, es un viaje muy suave. Dejé escapar un suspiro insatisfecho, mi
cara está cerca de su hombro.
Había
planeado seguir forjándome, pero terminé siendo una molestia de nuevo...
Puesto que
el mayorista de hilo se encuentra a lo largo de las calles de los trabajadores,
no se encuentra realmente muy lejos. Incluso así, como alguien que es
mentalmente una adulta, ser cargada en los brazos de alguien de esta manera me
hace querer huir lejos, muy lejos. Cuando llegamos al mayorista, él finalmente
me deja bajar, dejándome caminar sobre mis propios pies mientras entramos en la
tienda.
“Whoa, ¡hay
mucho hilo aquí!”
“Sí”
murmura el artesano, “porque es un mayorista. Por el hilo.”
A pesar de su
broma, todavía estoy asombrada por el espectáculo de la enorme cantidad de hilos
que han sido reunidos aquí. En esta ciudad, los puestos en el mercado de la
ciudad no llevan nada más de lo que razonablemente ellos pueden vender a los
clientes individuales, y las tiendas en el primer piso de cada edificio a lo
largo de las calles principales poseen cantidades limitadas de mercancías en
exhibición, sólo lo suficiente para muestras, para minimizar el daño que un
ladrón o un asaltante podría causar. Es muy raro ver tanto de una mercancía aglomerada
en un espacio como este.
“¿Cuáles
son los más duros?” le pregunto.
En Japón,
el hilo que nosotros usamos para hacer esteras keta de bambú es un hilo de seda
cruda. Aquí, no sé si los gusanos de seda, y mucho menos la seda, realmente
existen, así que no sé cómo elegir un hilo lo suficientemente fuerte.
“La seda de
un spinne podría ser la más fuerte, especialmente cualquier cosecha durante su
temporada de cría en otoño. Sin embargo, es costosa, ¿sí?”
Miro a Mark
interrogativamente, y él devuelve mi mirada. Yo no soy quien realmente está a
cargo del dinero. Mark lo es, desde que se le ha confiado la última palabra en
el contenido del bolsillo de Benno.
“La seda
Spinne podría estar bien, pero no debería ser necesario ser específico en que esta
sea de otoño, ¿verdad?”
“... Sí,
tienes razón, pero ¿está bien seda Spinne?”
“Sí, está
bien.”
Al parecer
la seda spinne es un artículo muy caro. El artesano lentamente, cuidadosamente
toma un carrete de una estantería llena de los más caros, productos de la más
alta calidad. Asombrado, intercambio otra mirada con Mark.
“Sin
embargo,” él dice, “si hay quejas acerca del producto final, no perdonaré sus
errores. Confío en que termine esta tarea a la perfección.”
Mark mira
brevemente el formulario de pedido que he extraído de mi bolsa de mano, luego toma
este y mi muestra de palo de bambú al artesano con una amplia sonrisa.
“Dejo esto
en sus manos capaces.”
“…Sí.”
Dos esteras
de tamaño postal para adaptarse a los marcos de papel. Con eso, todos los
pedidos de nuestras herramientas han sido colocados con éxito, sin ningún
problema en absoluto. Dejo escapar un suspiro de alivio.
Después de
eso, termino jugando a cuidar la casa dentro del almacén por un tiempo, viendo
como los bienes que pedimos empezar a llegar. Cuando esto sucede, Lutz y yo
trabajamos para construir nuestras herramientas utilizando las partes que ya
han llegado.
Todo el
tiempo, rutinariamente nos dirigimos al bosque para hacer nuestra recolección,
y aunque nos aseguramos de ayudar en la casa lo suficiente para que no nos
regañen nuestras familias, constantemente recolectamos nuestras materias
primas.
Todavía no
sabemos si vamos a utilizar la fruta edil o los fluidos corporales de un
insecto slamo como sustituto de la savia del Aibika, así que comenzamos probando las frutas edil. Parece que en
el otoño, cuando empiezan los preparativos para el invierno, el pegajoso jugo
de las frutas edil es comúnmente extendido a lo largo de marcos de ventana, que
luego se rellenan con tela para sellar las ventanas de corrientes de aire. Como
tal, en poco tiempo, el número de frutas disponibles en el mercado de la ciudad
comenzará a disminuir, y el precio probablemente va a empezar a subir, también.
Por lo tanto, ya que parece que no seremos capaces de utilizar la fruta edil,
vamos a tener que utilizar el jugo de insecto slamo.
Además,
cuando llegó la hora de ir a comprar la fruta edil, una vez más caí por la fiebre,
así que Lutz fue a encontrarse con Mark por sí mismo. He escuchado de Lutz que
finalmente fue capaz de obtener una valiosa experiencia al trabajar con Mark,
así que me pregunté brevemente si había estado entrometiéndome demasiado.
◇◆◇
En el
momento en que todas nuestras materias primas han sido recolectadas, mi salud
se ha recuperado, y finalmente podemos comenzar a trabajar en la elaboración
del papel mismo, un mes y medio ha pasado desde nuestra primera reunión con
Benno.