Capítulo 252. Profesora Fran
Hoy es el
día después de que Fran decidiera aceptar a los tres aventureros que ella conoció
en el gremio como sus aprendices temporales.
Aún es muy
temprano, sin embargo, Fran ya los había reunido para que pudieran comenzar con
el entrenamiento del día.
[Primero, elongar.]
[¿Elongar? ¿Qué es elongar?]
Liddick reflexionó sobre la palabra que él claramente
nunca había escuchado antes, como si estuviese contemplando su significado.
[No lo sé, ¡pero pienso que probablemente sea algo
relacionado con algún tipo de súper entrenamiento!]
[¿Estás seguro? Para mí suena más como un hechizo.]
Miguel y Naria le respondieron en turno, cada uno con
sus respectivas interpretaciones del ejercicio.
Resultó que elongar no es objetivamente algo que las personas
de este mundo normalmente realicen. Ellos realizaron ejercicios de
calentamiento, sin embargo, ninguno de ellos estaba destinado a aumentar su
flexibilidad. El concepto de estiramiento, como yo lo conocía, era
completamente extraño para ellos. De hecho, Fran solo había empezado a
estirarse después de que le di instrucciones y le dije que era bueno para ella.
Y ahora, ella estaba tomando esa información y difundiéndola.
[Calentamiento antes del ejercicio.]
[Er, está bien, pero ¿hay realmente algún punto para
ello?]
Liddick comenzó a cuestionar el ejercicio antes de que
Fran pudiera demostrar o explicar.
[Nn.]
[Huh, interesante. ¿Podría explicar cuál es el punto?]
[Calentamiento. Muchos beneficios.]
[¿Muchos? ¿Podría darnos algunos ejemplos específicos?]
[¿Nn? Muchos son muchos.]
Aunque Fran conocía que el estiramiento mejoraría su
condición, no puede explicarles el por qué. Claramente Fran había olvidado toda
la teoría detrás de ello, incluso aunque yo recordé vívidamente que se lo había
explicado no mucho después de que nos conociéramos. En lo que a ella concierne,
el estiramiento es solo otro ejercicio de rutina que ella perfora en su cuerpo
con el fin de fortalecerse.
Sus tres aprendices reaccionaron inicialmente a su
explicación claramente incompleta con una mirada boquiabierta. Les tomó unos
momentos sacudir sus cabezas para liberarse de sus dudas y comenzar a seguir
sus instrucciones.
[¿R-Realmente necesitamos hacer esto?]
[¡Cállate y hazlo, idiota! Mira, incluso la misma Profesora
lo está haciendo.]
Liddick continuó haciendo preguntas, pero Miguel lo
hizo callar con un grito.
[E-Es verdad...]
Aunque el lancero aún no parecía convencido, sintió
que la lógica de los otros miembros de su grupo era sólida y creíble.
[Estoy seguro de que ella lo está haciendo por una
razón por la cual nosotros, los de menor rango, ni siquiera podemos comenzar a comprender
con nuestras cabezas.]
Sintiendo eso, Miguel adjuntó otro argumento
convincente al final de su explicación.
[S-Sí, sabes qué, probablemente tienes razón. Incluso
vale la pena el tiempo de Miss Fran, ¡así que definitivamente también lo valdrá
para nosotros!]
Al mencionar su falta de conocimiento, Liddick volvió
a evaluar su postura una vez más. Recordar sus propias faltas lo hizo mucho más
dispuesto a aceptar el ejercicio desconocido incluso a pesar de que su
propósito aún estaba envuelto en el misterio.
[Tienes razón. ¡Estoy seguro de que estos movimientos conllevarán
a algún tipo de efecto increíble!]
Al igual que Miguel, Naria también había decidido
seguir las instrucciones de Fran.
[Sí, tiene que tener algo que ver con la razón por la cual
ella es tan fuerte a pesar de que es tan joven.]
Miguel tomó la carencia de una explicación como
indicador para comenzar a teorizar por qué Fran quería que ellos se estiraran.
[¡Es verdad! Podría tener algo que ver con hacer que el
entrenamiento sea más eficiente.]
El apoyo constante que los miembros de su grupo le
estaban dando de comer finalmente hizo que Liddick saliera con una respuesta
más razonada.
[¡Eso tiene que ser!]
[Maldita sea, me gusta cómo suena eso. ¡Me está
haciendo sentir condenadamente bien!]
Naria y Miguel, ambos sin dudarlo, se aferraron a su
conclusión aparentemente lógica.
Y sorprendentemente, a pesar de estar tan
sobre-glorificado, ellos no estaban realmente tan lejos de una respuesta
correcta. El estiramiento no tendrá el tipo de efecto milagroso que ellos
esperan, pero reduce la posibilidad de lesiones. Y por lo tanto, técnicamente posee
el potencial de permitirles entrenar de manera más eficiente.
[Estiramientos, enseñados por Maestro.]
[Su maestro, ¿su profesor?]
[Nn.]
[¿Qué tipo de persona es su maestro?]
[Asombroso. El mejor Maestro del mundo. Me hizo
fuerte.]
[¡Wow! ¡Suena realmente impresionante!]
[Maestro es el mejor.]
Liddick se detuvo para dejar que Fran hiciera un
comentario antes de continuar.
[¿Y fue él quien le enseñó a estirarse? E--]
[Ves, te lo dije ¡Esta cosa del estiramiento debe
tener algún tipo de efecto drástico!]
Sintiéndose validado, Miguel interrumpió el comentario
de Liddick con el suyo.
[¡Vamos a hacer nuestro estiramiento con todo!]
Ninguno de los otros aprendices de Fran estuvo en
desacuerdo con la sugerencia de Naria.
Todos estaban totalmente entusiasmados con ello, y
debido a eso, comenzaron tratando de forzar a sus cuerpos tan lejos como pudieran.
Afortunadamente, Fran, quien se había dado cuenta de que ellos habían malinterpretado
el propósito del ejercicio, los detuvo antes de lastimarse. Ella pacientemente
continuó instruyéndolos hasta que comenzaron a estirarse de la manera lenta
pero completa en que se suponía que debían hacerlo.
Fran realizó su trabajo como su profesora
increíblemente bien. Los tres se conmovieron por el hecho de que ella, alguien mucho
más fuerte que ellos, estaba dispuesta a instruirlos cuidadosamente. Su respeto
por ella había sido reforzado muchas veces, a pesar de que todo lo que Fran les
había enseñado a hacer fue estirarse.
[A continuación, combate de entrenamiento.]
[¿Eh?]
[¿En serio?]
[¿A-A quién tendremos que enfrentarnos?]
Naria, Miguel y Liddick reaccionaron en ese orden. La
primera dejó escapar un sonido para representar una atónita sorpresa, el
segundo proclamó su incredulidad y el tercero terminó haciendo una pregunta con
la esperanza de una respuesta favorable.
Incluso solo considerar la posibilidad de entrenar con
Fran había provocado que el color desapareciera visiblemente de las tres caras
del trío. Ellos claramente recordaron haber sido totalmente arrasados por ella
solo el otro día.
Ninguno de ellos quería pelear con ella. Todos
esperaban que ella los enfrentara entre ellos.
Una esperanza que ella aplastó sin misericordia.
[Nn. Yo, uno por uno.]
[…Bien.]
Se resignaron a su muerte, Liddick asintió y reconoció
la idea.
[Puedo dejarte ir primero si quieres.]
[No, puedes seguir adelante, Miguel.]
[Lo siento Naria, pero estoy con Miguel. Las damas
primero, ves.]
[¡Maldito seas Liddick, traidor!]
Fran estaba comenzando a cansarse de observar la
lamentable discusión del trío, por lo que levantó uno de sus brazos y señaló en
dirección a Miguel.
[Espadachín primero.]
[¿E-En serio...?]
[De prisa.]
[L-Lo tengo, Profesora.]
[Haz tu mejor.]
[No mueras por ahí, hermano.]
[O-Oh, ¡cállense! Ustedes dos me seguirán directamente
hacia el infierno en unos segundos de todos modos.]
Miguel se adelantó, su rostro teñido en un tono de
desesperanza.
[Ataca.]
[¡A-Aquí voy entonces! ¡Oraaaaaahhhh!]
Miguel vino directamente hacia Fran con su espada en
movimiento. No había ni la más mínima duda en sus movimientos; se lanzó a matar
debido a que sabía lo mucho más fuerte que ella era realmente comparada con él
Los marineros cercanos, sin embargo, no lo hicieron.
Todo lo que ellos vieron era a un gran hombre que se arrojaba brutalmente a una
niña con su gran espada en la mano. No todos ellos habían visto el desarrollo
de la batalla de ayer, por lo que la mayoría juzgaba en base a las apariencias
y asumía que Miguel era mucho más fuerte que Fran.
Habían visto la escena de Fran enseñándoles, lo cual habían
estado observando hasta ahora, entretenida y divertida. Y esa fue precisamente
la razón por la cual el repentino cambio en la actividad les había hecho
comenzar a gritar debido al pánico.
Sin embargo, sus preocupaciones fueron innecesarias.
El trágico evento que esperaban ver simplemente nunca sucedió.
[Balanceo
muy grande.]
[¡Toryaaah!]
[Poder importante, pero no tiene sentido si no puedes
golpear.]
[¡Mierdaaaaa!]
[Movimientos más pequeños.]
[¡Haaaah!]
[Muy apresurado.]
[¡Grgghhh!]
Fran básicamente no se molestó en responder. Ella en
cambio pasó su tiempo esquivando mientras le daba consejos. Fran también lo
golpeaba ligeramente cada vez que él exponía una abertura con el fin de
mostrarle en qué necesitaba trabajar.
Ver a los dos hizo que los marineros se congelaran;
Estaban completamente estupefactos.
Sin embargo, en lo que respecta a Miguel, las cosas
iban más o menos como se esperaban. Lo único que él no tuvo en cuenta fue que
Fran en realidad no iba a tomar represalias. Se alegró de ver que continuaba
dándole instrucciones en lugar de simplemente destrozarlo.
Finalmente acabó hundiéndose en el suelo completamente
exhausto después de mantener su asalto durante aproximadamente 10 minutos.
[Nn. Último ataque, no estuvo mal.]
[¡M-Muchas gracias!]
[A continuación, lancero.]
[¡Por supuesto!]
Liddick ocupó el puesto de Miguel y comenzó un segundo
vigoroso asalto contra Fran. Él intentó estratégicamente inclinar y desviar sus
ataques de tal forma que pudieron golpearla, sin embargo, ella vio todas sus
tácticas y mantuvo una defensa impecable.
[Pensar mucho antes de atacar.]
[¡Kuh!]
[Muy fácil de leer. Más variación.]
[¡Haaah!]
[No está mal, pero es muy lento.]
Ella lo trató más o menos de la misma manera que a
Miguel. Ella esquivó todos sus ataques y ocasionalmente presionó su palma
contra su cuerpo para demostrarle que había cometido un error que podría
llevarlo a su muerte. Al final, Liddick, justo como Miguel, terminó por
desplomarse por puro agotamiento.
La última en subir fue Naria. Disparar proyectiles usando
su arco sería bastante peligroso, dado que estábamos en un barco con un montón
de personas en él, y Fran no podía ofrecer demasiados consejos relacionados con
el arco en primer lugar. Por lo tanto, en lugar de eso, ella se enfocó en
enseñarle a Naria cómo utilizar su daga.
Sus métodos permanecieron siendo los mismos, sin
embargo, se aseguró de atacar un poco más frecuentemente ya que quería que
Naria se acostumbrara más al bloqueo que cualquier otra cosa.
[Más atención a bloquear. Menos a atacar.]
[¡Lo tengo!]
[Esquiva si no puedes bloquear.]
[¡Ay!]
[Usa la daga para control. Fintas.]
Naria terminó cediendo un poco más rápido que Miguel y
Liddick. Realmente no la culpo. Estaba utilizando un arma a la que no estaba
acostumbrada, y la necesidad de bloquear los ataques de Fran la había drenado
de su energía muy rápidamente.
Sin embargo, de cualquier manera, Fran estaba
satisfecha. Ella había demostrado ser capaz de funcionar como profesora.
[Arquera, sigue practicando con la daga.]
[¡Lo tengo!]
[Espadachín, lancero, enfóquense en trabajar ofensiva
del movimiento de pies.]
Los tres asintieron después de que Fran les dio
algunos comentarios. Ella había logrado con éxito erradicar sus debilidades.
[Arquera, también puedes continuar practicando con
arco.]
Pero a pesar de ello, continuó llamándolos por sus armas
en lugar de por sus nombres, y no porque así era como quería referirse a ellos.
En cambio, es algo que debe atribuirse a uno de sus malos hábitos: olvidarse de
todo aquello en lo que ella no esté realmente interesada. En otras palabras,
aunque ella estaba interesada en tenerlos como aprendices, en realidad no había
aceptado a ninguno de ellos, los tres individuos mismos. No pude evitar
preguntarme si alguno de ellos podría hacer que ella los recordara por su
nombre antes de que el Algieba consiga llegar a su destino.