domingo, 31 de julio de 2016

Death March kara Hajimaru Isekai Kyousoukyoku Capitulo 11 SS2



SS: Manto Azul

“¡¿Qué has dicho?! ¡Somos [Pendora] ¿sabes?! Trae rápidamente el mejor licor que tengas.”
“¡S-sí, inmediatamente!”
Los huéspedes cercanos fruncen el ceño ante los violentos jóvenes.
Ellos parecen estar bajo Pendragón quienes han hecho su nombre en la Ciudad Laberinto.
Ellos han derrotaron a un Maestro del Piso y realizaron un desfile el otro día, así que no hay nadie en el bar que no los conozca.
Sin embargo, según el rumor, Chevalier Pendragon debería ser una respetable persona que ha establecido un orfanato y alimenta a los pobres.
Puede ser que personas como estas se reúnen cuando una organización se vuelve demasiado grande.
“¡Oy! ¡La bonito nee-chan por allí! Ven aquí y viértenos licor.”
“¿Qué? ¿Está intentando de que yo vierta su licor?”
El joven borracho extiende sus manos hacia el espléndido par de colinas de la belleza, pero él está siendo detenido por un escudo de luz el cual aparece delante de la mujer.
“Uo, oow.... ¡Qué diablos estás haciendo!”
[Nosotros somos quienes deberíamos protestar. No puedo pasar por alto tu acto criminal de hace un momento ¿sabes?]
Una misteriosa voz retumbante de un hombre proviene de la mujer.
Por supuesto, no parece que haya un niño escondido.
“Mou, por favor, no siga adelante sola.”
“¡Exactamente! Usted es la hija del Barón, así que por favor utilice el carruaje al menos.”
Después de escuchar lo que las chicas que parecen ser sus asistentes están diciendo, los hombres que estaban clamando hace un momento huyen por la puerta trasera.
Este es un país con una larga historia de dominio imperial, seguramente serás juzgado culpable y convertido en un esclavo criminal si eres insubordinado ante los nobles.

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“Yo, nee-chan, ¿qué hay de jugar conmigo? ¡Somos de [Pendora] ¿sabes?!”
“No, libérame. ¡No me toques!”
Los hombres que huyeron llaman a una chica normal en una parte de los barrios bajos lejos del bar de hace un momento.
Ellos fuertemente enganchan y levantan las manos de la chica mientras la empujan a la pared, no luce como ellos la estuviese recogiendo en absoluto.
Hay un par de peatones en este camino, pero sin embargo, no hay muchas personas que están dispuestas a enfrentar a exploradores armados.
Ellos sólo pueden llamar a los guardias y el cuerpo de vigilantes como máximo.
Sin embargo, tal parece que no hay escasez de personas valientes.
“¡Ustedes! ¡Liberen sus manos!”
“¿Qué? Una niña conejo ¿huh? ¡Somos [Pendora] ¿sabes?! ¡Lárgate si no quieres un mundo de dolor!”
“¿Pendora dijo?”
La pequeña chica rabbitkin quien lleva puesto un ordenado vestido de una sola pieza deja de moverse después de escuchar que los hombres dijeron, [Pendora].
Los hombres parecen pensar que ella está desalentada, ellos siguen hablando de manera abusiva.
“¡Es correcto! ¡Te arrojaremos a los monstruos en el laberinto si eres demasiado ruidosa!”
“Ni siquiera pienses en llamar a los guardias ¿de acuerdo? Un Explorador de Mithril-sama está detrás de nosotros.”
“¡Vete de inmediato si has entendido! Incluso si eres una mujer, no tenemos ninguna asunto con tu olor bestial.”
Los hombres que tienen sus deseos de conquista estimulados al ver los hombros temblorosos de la niña ríen y se burlan vulgarmente.
Sin embargo, en el momento siguiente, uno de los hombres cae con burbujas en su boca.
La chica rabbitkin ha desaparecido antes de que ellos se dieran cuenta.
El hombre que inmoviliza la chica del barrio bajo libera sus manos en pánico y mira en desconfianza a sus alrededores.
La chica rabbitkin que ha conseguido acercarse de la pierna del hombre golpea el plexo solar de este con su espada corta envainada.
Los ojos del hombre nunca atraparon a la niña rabbitkin hasta justo antes de desmayarse.
“¿huh? Rabibi, ¿qué haces?”
“¡Ah, Usasa! has llegado en el momento correcto. He cogido al rumoreado falso [Pendora].”
“¿Eh? ¿Estos viejos?”
“Sí, los he seguido desde que lucían sospechosos con los mantos azul profundo.”
Dado que los hombres todavía estaban exploradores, ellos sólo tuvieron que pagar la multa sin ser convertidos en esclavos, pero no hay necesidad de preguntar si ellos pudieron pagar la multa por hacerse pasar por otras personas.
Después de eso, no hubo nadie que se hiciese pasar por [Pendora] en la ciudad laberinto otra vez.