El Rito de los Votos Y los Asistentes.
A partir de
hoy, seré un aprendiz de sacerdotisa.
Ellos me
dijeron que tomaría unos días preparar un conjunto de túnicas azules para mí, por
lo que mi fecha de inicio es casi un mes más tarde que la de Lutz, incluso a
pesar de que fuimos bautizamos el mismo día. No pude evitar sentirme
impaciente, así que fue inevitable que sintiera que los días hasta que pude ir
al templo me parecieran tan largos.
Incluso aunque,
dije que los días me parecieron largos, en realidad no tenía tanto tiempo libre
para desperdiciar. Fui con Tory a la casa de Corinna unas cuantas veces para
así enseñarle cómo hacer las horquillas, y también hubo una fiesta de degustación
de pastel. Benno se enojó con Ilse durante aquella fiesta y me arrastró en su
alboroto, así que fui a una fábrica de pan e incluso fui capaz de participar en
las investigaciones preliminares acerca de los trabajadores que nosotros queríamos
contratar. Y por supuesto, terminé sobre esforzándome, así que los últimos días
acabé aferrada en mi cama con fiebre otra vez.
Me mantuve
ocupada con tantas cosas diferentes, sin embargo, para mí todo ese tiempo fue
simplemente alejarme de aquella biblioteca, así que me pareció una eternidad,
cada día lo sentí como mil años. Sin embargo, hoy esta larga espera ha llegado
a su fin.
Finalmente,
¡finalmente puedo leer libros! Y también tienen esos libros encadenados,
¿sabes? Aaah, ¡solo de pensar en ello me está emocionando demasiado!
“Maine,
Lutz está aquí por ti.”
Mientras yo
giro alegremente por la habitación, Tory entra, se detiene, me mira con
asombro, y a continuación ella se encoge de hombros.
“Gracias, Tory. ¡Me voy!”
“¡Maine,
ten cuidado de no emocionarte demasiado!”
¡Cómo podría!
Grito en mi corazón, saltando por la puerta.
Desde que
el templo se encuentra en la parte norte de la ciudad, llevo el mejor conjunto
de ropa que poseo: mis ropas de aprendiz de la Compañía Gilberta. Esto
funcionará para mí hasta que obtenga las túnicas azules que se convertirán en
mi uniforme sacerdotal.
“Hm hm
hmmm, hm hmm~...”
Avanzo dado
pequeños saltitos en la calle, tarareando alegremente. Lutz me agarra del brazo
para detenerme, frunciendo su ceño.
“Maine,
estás actuando demasiado feliz. Tu fiebre va a volver incluso antes de llegar
al templo.”
“Urgh...
eso no sería bueno.”
Fuerzo a
mis pies a dejar de saltar por su cuenta, maldiciendo mi cuerpo por ser tan
frágil desde que ni siquiera puedo saltar alegremente por la calle. Aplasto
cada instinto que tengo por acelerar, incluso si este es minúsculo. Tomando la
mano de Lutz, camino lentamente hacia el templo.
“Maine, ¿realmente
vas a estar bien hoy?”
“Todo lo
que haré hoy es obtener mis túnicas y reunirme con los asistentes que ellos me
asignen, así que estaré bien, confía en mí.”
Resulta que
mis días de trabajo en gran parte acabaron superponiéndose con los de Lutz.
Tanto mi familia como Benno decidieron que sería mejor que Lutz se quedara
conmigo como él siempre lo hace, al menos hasta que los asistentes que me
acompañarán en el templo sepan cómo controlar mi condición física.
Sin
embargo, creo que podría ser imposible para alguien poder juzgar mi condición
tan bien como Lutz puede, sin importar cuánto tiempo pase...
Me pregunto
¿si quizás quieren que Lutz se quede conmigo para siempre? Comenzó con mi
familia, sin embargo, incluso Benno, Mark y Lutz son extremadamente cautelosos de
los nobles en el templo. Sin embargo, si siempre estoy dependiendo de Lutz, entonces
aun voy a seguir presionándolo, lo cual haría que mi renuncia a ser una
aprendiza de comerciante básicamente no tenga sentido. Cuando traté de
explicarle mis objeciones a Benno, él soltó un bufido, lo que provocó que Mark
me diera una vaga clase de sonrisa y, con una expresión de preocupación en su
rostro, me explicara algunas cosas.
Aparentemente,
Lutz se encuentra recibiendo mucha orientación directamente de Mark para poder
ayudar con la apertura del nuevo restaurante italiano y el establecimiento de los
talleres de fabricación de papel en otras ciudades también. Ya que él es el
principal punto de contacto conmigo, el inventor original de estas ideas, es un
plan de estudios muy diferente en comparación con el plan que obtienen los
otros aprendices.
Dado que
Lutz va a estar involucrado en esos nuevos negocios desde el principio, Mark dijo
que, él necesita poner rápidamente en práctica lo que aprende, de modo que todo
lo que Lutz necesita saber para el trabajo se le está enseñando muy rápidamente.
Cuando escuché esto, sin pensarlo me opuse, insistiendo en aquello
absolutamente no se trata de un entrenamiento para nuevos empleados, sin
embargo, resulta que el mismo Lutz está muy entusiasmado con todo, debido a que
eso significa que podrá visitar otras ciudades mucho antes de lo que él pensaba.
Por lo tanto, él está esperándolo impacientemente.
Si esto
hace feliz, entonces todo está bien. ¡Buena suerte, Lutz!
Llegamos al
templo, donde un solitario sacerdote utilizando túnica gris nos espera junto a
la puerta. Cuando el hombre relativamente bien formado me ve, inmediatamente se
inclina ante mí, cruzando ambas manos sobre su pecho.
“Buenos
días, Señorita Maine. Estoy aquí para guiarle hasta el Sacerdote Principal.”
“¡¿Señorita
Maine?! Pfff, ¡ahahaha! ¿Es en serio?”
La forma
educada en que el sacerdote vestido con túnica gris se había dirigido a mí hizo
que Lutz estallara en risas. Él mira entre el sacerdote y yo, riendo. Noto que
las cejas del sacerdote se contraen con una breve expresión de incomodidad, por
lo que comienzo a empujar frenéticamente a Lutz, mientras se agarra su estómago,
en dirección a la tienda de Benno.
“¡No te
rías, Lutz!”
“Ahhh, lo
siento, lo siento. Volveré a la cuarta campana para recogerte, así que espera
aquí, ¿de acuerdo?”
“¡Está bien!
Estaré aquí.”
Me despido,
y luego de verlo partir, me doy vuelta para enfrentar al sacerdote vestido de
gris.
“Lo siento
mucho si mi amigo le causó alguna molestia.”
Él baja su
mirada para fijarla sobre mí. “...No hay necesidad de que usted se disculpe
conmigo, señorita. Dejando eso a un lado, el Padre Ferdinand le está
esperando.”
Mientras
estoy parada allí, sorprendida por cómo rechazó mi disculpa, me da la espalda y
comienza a caminar hacia el templo. El repiqueteo de sus zapatos de madera
sobre la suave piedra blanca resuena a través del templo. Me apresuro a
seguirlo, sin hacer otro sonido que el sonido de mis propios pasos cuando una
pesada sensación de moderación se apodera de mí.
Cuando doblamos
una esquina en el pasillo, comienzo a escuchar otros ruidos además del de
nuestros pasos. Miro adelante, buscando la fuente del ruido, y veo un puñado de
sacerdotisas con túnicas grises barriendo los pasillos. Había visto algunas
sacerdotisas vestidas de gris durante mi ceremonia de bautismo, aunque estas
mujeres no parecen ser tan limpias como las que había visto en ese momento. No
es solo porque están en medio del barrido o debido a que sus túnicas se han
ensuciado un poco. Quizás sea un reflejo de la frecuencia con lo cual ellas se
bañan, o de cuánto esfuerzo ponen en su apariencia personal, sin embargo,
cuando ellas son comparadas con el sacerdote caminando, tienen una atmósfera
completamente diferente sobre ellas.
A medida
que cada sacerdotisa y aprendiz levantan la vista, una a una, y se dan cuenta
de la aproximación del sacerdote, ellas dejan de barrer y se alinean contra los
lados del corredor, mirando recatadamente hacia abajo.
¿Ellas están
mostrando deferencia aquí?
Desde que
soy tan pequeña, estoy efectivamente escondida por el sacerdote vestido de gris
mientras caminamos. Juzgando por cómo algunas de estas sacerdotisas parecían
sorprendidas al verme detrás de él, estoy bastante segura de que su
comportamiento no estaba dirigido a mí. La repentina comprensión de que hay una
estricta jerarquía incluso entre los huérfanos que conforman el sacerdocio de
túnicas grises me deja completamente inquieta por la forma absolutamente
diferente en que el mundo en el que me he metido se compara con lo que estoy
acostumbrada.
Hasta
ahora, mi vida diaria realmente no ha sido afectada por ningún miembro de la
nobleza. Básicamente, he pasado toda mi vida interactuando con personas que son
como yo. Incluso cuando me encontré con algunos comerciantes adinerados, la
calidad de los productos que traía conmigo significaba que aún me trataban más
o menos como a un igual.
¿Realmente voy
a estar bien en este lugar? No entiendo nada acerca de las sociedades
jerárquicas. Voy a cometer un grave error masivo, ¿verdad?
Cuando nosotros
pasamos por los pasillos vacíos, ricamente nombrados, nuestros pasos son lo
único que rompe el ensordecedor silencio. Siento que el mundo en el que he
entrado es algo que, incluso con todo lo que aprendí como Urano, está más allá
de mis imaginaciones más descabelladas.
“Padre
Ferdinand, la Señorita Maine ha llegado.”
Escucharlo presentarme
como “Señorita Maine" me suena totalmente extraño y no me gusta en
absoluto. Soy una niña, y ciertamente no soy importante, pero este sacerdote de
túnica gris es un adulto completamente desarrollado, y el hecho de que él se
dirigiera a mí con un honorífico respetuoso me hace sentir muy incómoda. Me molesta.
Sin
embargo, en este templo, cuando me den mis túnicas azules, recibiré el mismo
trato que a un noble, por lo que no voy a ser capaz de decir constantemente
“por favor no me llamen ‘Señorita’.”. No tengo más remedio que acostumbrarme a
que me llamen así.
“Disculpe
mi intrusión,” digo por instinto, agachando mi cabeza cuando entro al cuarto
del Sacerdote Principal.
Cuando miro
hacia arriba, veo que un altar simple se ha instalado en el medio de la
habitación. A primera vista, puedo ver que esta es una versión simplificada del
enorme altar de varios pisos en la sala ceremonial a la cual fui para mi
ceremonia de bautismo.
El nivel superior
de esta plataforma de tres niveles contiene dos muñecas, una con un manto negro
y otra con una corona dorada, al igual que las estatuas que vi durante mi
ceremonia de bautismo. En el nivel medio hay cinco muñecas, llevando un báculo,
una lanza, un cáliz, un escudo y una espada respectivamente. El nivel inferior
contiene flores, frutas, un quemador de incienso y una campana, pero lo más cercano
al borde es un conjunto prolijamente doblado de túnicas azules. Una alfombra
azul se ha extendido ante el altar, lo cual, sin importar cuánto trate de
evitarlo, trae a mi mente los recuerdos de las oraciones de mi ceremonia de
bautismo.
Estoy bastante
segura de que no había un altar como este la última vez que visité la habitación
del Sacerdote Principal. Mientras yo estoy parada en la entrada, buscando en
mis recuerdos, el Sacerdote Principal se levanta de su escritorio, dejando de
lado lo que estaba haciendo, y camina delante del altar.
“Por aquí,
Maine.”
“Sí, por
supuesto,” le respondo, caminado hacia donde se encuentra el sacerdote.
Él me mira
con sus ojos anaranjados los cuales casi parecen dorados. Suspira por un
momento, a continuación mira hacia el altar.
“Nosotros
estamos aquí porque coaccionaste mágicamente al Reverendo,” él dice. “Lo
asustaste, así que él tiene un gran disgusto hacia ti.”
“Eso es...
bueno, comprensible.”
La
arrogante actitud y aquellos comentarios del Maestro del Templo me habían
cortado profundamente. Lamentablemente, mis emociones hicieron que mi maná
explotara al salir de su prisión, mezclándose con mi enojo y molestia y corrieran
hacia él. Sin embargo, puedo entender por qué él, como resultado de tener mi
maná fuera de control forzado sobre él, me odie, e él incluso podría guardar rencor.
Incluso en
circunstancias normales, como la hija de gente pobre, él me despreciaría de
todos modos...
“En
circunstancias normales, tu irías a la habitación del Maestro del Templo para
jurar ante los dioses y el templo y luego te darían tus túnicas, pero parece
que el Reverendo Bosewanz desea que no tu entres en su habitación, por lo que urgentemente
tuve que construir un altar aquí.”
“...Lamento
todos los problemas,” le respondo.
Tal parece
que él me odia mucho. Para que la máxima autoridad en el templo me odie tan decisivamente
desde el momento en que me uní… esta realmente es una situación extremadamente
horrible para estar, ¿no?
Mientras me
preocupo por todos los obstáculos que repentinamente podría enfrentar en mi
vida dentro del templo, el Sacerdote Principal sacude la cabeza lentamente.
“Me
gustaría evitar agregar combustible a esa llama, por lo que por ahora creo que
es mejor que no lo veas.”
“Por
supuesto,” le respondo.
Desde que
el Sacerdote Principal sabe mucho más sobre el temperamento del Maestro del Templo
que yo, si él lo dice, entonces definitivamente debería evitar el contacto con
el Maestro del Templo.
“Ahora,
comencemos la ceremonia de votos.”
“Muchas
gracias.”
El Sacerdote
Principal toma el quemador de incienso, lo agarra por la cadena y comienza a
oscilarlo lentamente como un péndulo. Mientras lo hace, el humo del incienso
comienza a danzar, llenando la habitación con un aroma calmante que no es
diferente al Olíbano*.
<*El Olíbano es usado generosamente en ritos
religiosos. Según el Evangelio de Mateo 2:11, oro, olíbano y mirra fueron los
tres regalos dados a Jesús por los Reyes Magos que venían del oriente.>
A
continuación, en voz baja y cuidadosa, comienza a explicar los significados
detrás de cada uno de los objetos rituales dispuestos sobre el altar. En el
escalón más alto, la capa negra representa el cielo nocturno y, por lo tanto,
es el símbolo del dios de la oscuridad. La corona dorada representa el sol, y
es el símbolo de la diosa del día. Estos dos dioses casados gobiernan sobre
todo el cielo, convirtiéndolos en los dioses mejor clasificados, razón por la
cual se colocan en el escalón más alto.
En el
escalón del medio, el báculo es el símbolo de la diosa del agua que lava la nieve
y el hielo, la lanza es el símbolo del dios del fuego que insta a la vida a
crecer larga y alta, el escudo es el símbolo de la diosa de viento que hace
retroceder el frío del invierno, el cáliz es el símbolo de la diosa de la
tierra que acepta todo lo que recibe, y la espada es el símbolo del dios de la
vida que penetra en la tierra.
En el nivel
más bajo se encuentran las ofrendas a los dioses. El Sacerdote Principal me
dice que ofrecemos plantas para simbolizar el aliento, frutas para celebrar la
cosecha, incienso para mostrar la paz y telas para expresar piedad.
“El color santo
de la primavera es el verde. Es el color de la vida que pasa a través del duro
invierno para brotar nuevamente. El color santo del verano es el azul. Es el
color del cielo al que intenta llegar la vida a medida que crece cada vez más.
El color santo del otoño es el amarillo. Es el color en que el trigo se
convierte cuando está maduro, y cada tallo se dobla por su propio peso. El
color santo del invierno es el rojo. Es el color de la chimenea que se enciende
con la esperanza de que suavice el frío.”
Tal parece
que los colores venerados en el templo cambian justo como lo hacen las
estaciones. Me dice que la tela que adorna los altares, las alfombras que se
extienden ante ellos, y las decoraciones que los sacerdotes vestidos de azul
usan sobre sus túnicas siguen los colores de la estación.
“Ahora,
para hablar de los votos.”
Él se
arrodilla sobre la alfombra frente al altar, descansando sobre su pierna
izquierda. Luego, cruza las manos frente a su pecho, inclinando su cabeza. Tomo
mi lugar junto a él en la misma postura, y él, después de asegurar rápidamente
que todo está en su lugar, abre su boca para hablar.
“Repite
después de mí,” él dice.
“Bien,” le respondo.
Miro
fijamente el rostro del Sacerdote Principal, mirando cuidadosamente su boca
para estar absolutamente segura de que no estoy cometiendo ningún error. Habla
despacio, sus delgados labios se mueven de una manera que hace que sus palabras
sean fáciles de entender, mientras nos movemos a través de cada frase de los
votos.
“Los más
altos entre todos los dioses, quienes gobiernan sobre todo en los cielos altos
y elevados, los dioses de la oscuridad y la luz.”
“Los cinco
dioses que gobiernan sobre todos en la vasta y amplia tierra.”
“La diosa
del agua, Frühträne.”
“El dios
del fuego, Leidenschaft.”
“La diosa
del viento, Schutzaria.”
“La diosa
de la tierra, Geduldig.”
“El dios de
la vida, Ewigeliebe.”
“El
brillante poder divino de los más altos entre todos los dioses, el cual brilla
desde los cielos altos y elevados para extenderse a través de la vasta y amplia
tierra.”
“El poder
divino de los cinco dioses, que otorgan vida a todo lo que existe a través de
la vasta y amplia tierra.”
“Devolver
la bendición de este precioso poder divino.”
“Reformamos
nuestros corazones, preparamos nuestros corazones, fortalecemos nuestros
corazones, adoramos y creemos en los dioses, quienes no están confinados por
los años.”
“A todos
los dioses de la naturaleza”
“Juro dar
mis oraciones fervientes, con gratitud y dedicación.”
Miro al
Sacerdote Principal cuando termina su recitación, y él me asiente como diciendo
que lo hice suficientemente bien. Se pone de pie, mirando a los sacerdotes con
túnicas grises que se encuentran a lo largo de la pared. El sacerdote más
cercano al altar camina silenciosamente hacia adelante, levantando el conjunto
de túnicas azules dobladas en la parte delantera del altar y llevándoselas al
Sacerdote Principal.
“El azul es
el color santo del dios del fuego quien ayuda a que la vida crezca al máximo, y
el color de los cielos altos y elevados sobre los cuales gobiernan los más altos
entre todos los dioses. Les damos estas túnicas a aquellos sacerdotes y
sacerdotisas que juran dar fe a los dioses más elevados y siempre se esfuerzan
por crecer.”
Una
sacerdotisa aprendiz que había estado esperando a lo largo de la pared se
adelantó para vestirme con las túnicas azules que me han dado. Estas túnicas
son muy simples: pasan por encima de mi cabeza, luego se atan a la cintura con
una banda. Parece que soy libre de elegir lo que quiero utilizar debajo de estas
túnicas para que coincida con la temporada, y durante las ceremonias voy a utilizar
adornos adicionales en colores que coincidan con dioses particulares.
“Maine,
ahora eres una discípula de los dioses, piadosamente conducida por su guía
divina. Nosotros, los del templo, te damos la bienvenida.”
El
Sacerdote Principal se inclina ligeramente hacia adelante, sus manos cruzadas
frente a su pecho. Cruzo mis manos frente a mi pecho también, imitándolo.
“Muchas
gracias por la cálida bienvenida, desde el fondo de mi corazón,” le digo.
“Ahora, da
tus oraciones.”
“¿Um?”
De hecho,
no entiendo lo que abruptamente se me instruye que haga. Inclino mi cabeza en
confusión, mis manos aún cruzadas frente a mi pecho. El Sacerdote Principal frunce
su ceño ligeramente, como si estuviese sorprendido por mi incapacidad de
adivinar lo que él quería decir.
“Te
enseñaron esto durante tu ceremonia de bautismo, ¿no? Levanta tus oraciones
hacia los dioses.”
Ah, ¿eso
es? ¿La Pose Glico? Es cierto. Ahora que me estoy uniendo al templo, eso será
algo cotidiano, ¿no? ... ¿Estarás bien, mi estómago?
Las
imágenes de la ceremonia de bautismo de la cual me obligaron a retirarme debido
a mi total colapso abdominal pasan a través de mi cabeza. Sacudo mi cabeza para
ahuyentar el recuerdo, estrechando fuertemente mi estómago para evitar que me
ría. Puedo sentir intensamente la aguda mirada del Sacerdote Principal sobre
mí, como si quisiera preguntarme si en serio ya he logrado olvidarla por
completo, así que levanto mis alabanzas a los dioses.
“N... ¡Nosotros
rezamos a los dioses!... ¡¿Ngh?!”
Me resulta
inesperadamente difícil mantenerme erguida utilizando la Pose Glico. Un buen
sentido del equilibrio y la fuerza suficiente para mantener todo mi peso en una
sola pierna es un requisito absoluto. No puedo mantener el tipo de hermosa y
perfecta Pose Glico que vi hacer a todos los sacerdotes durante mi ceremonia de
bautismo, y termino tambaleando inestable.
“¡Maine!
Ese tipo de oración no servirá. Algún día deberás participar en ceremonias de
oración para el público en general. ¿Qué haría entonces una sacerdotisa que no puede
orar? Antes de tal ceremonia, debes volverte capaz de dar oraciones
apropiadas.”
“Urgh... intentaré
absolutamente dar mi mejor esfuerzo.”
El Sacerdote
Principal suspira, sacudiendo su cabeza, antes de volverse para mirar a los
sacerdotes vestidos de gris alineados a lo largo de la pared.
“Permíteme presentarte
a los sacerdotes y aprendices con túnica gris quienes serán tus asistentes.
¿Arnaud?”
Arnaud, un
sacerdote con túnica gris, señala a tres personas con túnicas grises de pie en
la esquina de la habitación, que luego dan un paso al frente. Uno de ellos es un
hombre adulto, y los otros dos son un niño y una niña, aproximadamente de la
misma edad.
Tal parece
que el sacerdote que me trajo hasta esta habitación va a ser mi asistente. Él está
construido relativamente sólidamente, y es casi tan alto como mi padre. Él
tiene el cabello morado claro, sus ojos son marrones oscuros, y me da la
impresión de que es un hombre de pocas palabras. Su expresión facial es muy
rígida y silenciosa, como cuando me traía aquí. Puede deberse a la fuerza con
que presionan sus labios, pero parece que podría ser un poco difícil conocerlo.
“Mi nombre
es Fran. Tengo diecisiete años. Espero poder servirle.”
“El placer
es todo mío,” le respondo. “Espero poder trabajar con usted también.”
Sólo buscaba
devolver educadamente su saludo, sin embargo, el Sacerdote Principal inmediatamente
me reprende.
“Maine. Tú eres
alguien a quien se le ha otorgado una túnica azul. No te rebajes al clero
vestido de gris.”
“L... lo
siento. Seré cuidadosa.”
No consigo
ver las sociedades jerárquicas. No sé lo que está bien o mal. No puedo hacer
conjeturas basadas en nada que haya aprendido hasta el momento. Es como cuando yo
me convertí en Maine y tuve que aprender todo el conocimiento común de este
mundo desde cero.
Incluso
cuando comienzo a sucumbir a mi ansiedad, otro asistente aún más inquietante da
un paso adelante. No estoy segura de si es por nutrición o lo que sea, pero a
pesar de que es casi tan alto como Lutz, tiene una mala apariencia en sus ojos
y es delgado como un riel. Tiene un cabello dorado pálido, y sus ojos se ven
negros a primera vista, pero después de una mirada más cercana resultan ser de
color morado oscuro. Mi primera impresión de él es que él es un pequeño mocoso
inteligente y travieso.
Urgh, odio
este tipo de niño.
En mis días
como Urano, me quedaba en mi habitación leyendo mucho, y en mi débil estado
actual con frecuencia me cierro debido a la fiebre, así que básicamente soy un
purasangre encerrada. Grosero... no, los chicos traviesos, enérgicos y de
lengua afilada son exactamente el tipo de persona a la cual no deseo acercarme
en absoluto.
Lo miro,
resignándome al hecho de que tendré que intentar ponerme en buenos términos con
alguien como él. Me devuelve una mirada apreciativa, mirándome de pies a cabeza
con una expresión bastante grosera sobre su rostro.
“Soy Gil,” él
dice. “Tengo diez años. ¿Eres en serio mi maestra? Wow, esto apesta. Eres
pequeña.”
“¿Uh?”
¿Huh? ¿Está
bien que un asistente actúe así?
Estoy
sorprendida de cómo parece que él se burla de todos a su alrededor. Mi boca se
mueve sin decir palabra, y nuevamente, el Sacerdote Principal da una
reprimenda. No para Gil, sin embargo, sino que para mí.
“Maine, Gil
es tu asistente. Si muestra una actitud deficiente, es tu trabajo advertirle
que no vuelva a hacerlo.”
“¿Uh? ¿Mi
trabajo?”
“Si tu no
lo haces, ¿quién lo hará?”
Él me está
hablando como si aquello fuese la cosa más obvia del mundo, pero, ¿cómo le digo
que no lo haga? ¿No es él el tipo de persona que simplemente ignoraría
cualquier cosa que alguien le diga?
“Umm, ¿podrías
tratar de hablar un poco mejor?”
“¡Hah!
¡¿Eres idiota?!”
... ¿Está
bien que pregunte por otra persona?
El Sacerdote
Principal está sacudiendo su cabeza, como si él quisiera decir que mis palabras
no tuvieron ningún efecto en absoluto, pero estoy bastante segura de que este
es un error bastante obvio en su selección de personal. El pensamiento cruza
por mi mente que esto podría ser un acoso deliberado, y doy un paso atrás.
Esto es,
sin duda, acoso. No hay forma de que alguien pueda pensar que Gil es apto para
ser el asistente de alguien. Esto es claramente el resultado de alguien que
decide darme la persona más problemática, el plebeyo. Ahora que entiendo esto,
me doy cuenta de que tratar de lidiar con él educadamente es una completa
locura. Debería tratarlo como trataría al travieso payaso de la clase:
ignorándolo.
Levanto mi
puño, lo cierro, luego miro hacia donde está parada la última asistente, una
niña pequeña. Ella tiene un cabello carmesí y ojos azul claro. Ella tiene una
expresión ferozmente determinada, pero tiene una cara linda. No es una cara hermosa,
sino linda. Me da la impresión de que ella es el tipo de chica que sabe
exactamente cómo es y usa eso para halagar a todos. Como las dos somos chicas,
intuitivamente lo huelo.
“Mi nombre
es Delia. ¡Tengo ocho! Espero que nos podamos llevar bien.”
Incluso a
pesar del hecho de que está diciendo que espera que podamos llevarnos bien, su
sonrisa realmente no está llegando a sus ojos. Ella tiene el tipo de aire a su
alrededor que me hace pensar que no podremos hacernos amigas. Parece que ella está
lista para ir a la ofensiva. Aun así, parece que Delia, aparentemente
sonriente, no es una elección que el Sacerdote Jefe encuentre particularmente
problemática. Él no tiene reproche esta vez.
Ninguno de
estos asistentes tiene siquiera el más mínimo atisbo de amistad. No creo que
tenga ninguna esperanza de poder tratar con estas personas. Siento que solo
tenerlos a mí alrededor sería agotador.
“Umm, Padre
Ferdinand. Yo, um, nunca antes había tenido asistentes, así que realmente no
necesito--”
“No
servirá. Es una obligación de un sacerdote con túnica azul tener asistentes. El
Maestro del Templo y yo personalmente hemos seleccionado estos tres para ti.
Eres una sacerdotisa con túnica azul. Por lo tanto, eres su maestro, y debes comportarte
en consecuencia.”
“…Ya veo.
Está bien.”
¿Ni
siquiera puedo decir que no los quiero? Además, ¿ni siquiera puedo elegir?
Parece que,
incluso desde el primer día, justo cuando hice mis votos, me enfrento a la
frustración.