Batas Azules y las Diferencias en el Conocimiento
Común
“Lu~utz!”
En el
instante en que veo el rostro de Lutz, la sensación de alivio por haber vuelto
a un mundo donde mi propio sentido común prevalece me hace sentir que toda la
fuerza está abandonando mi cuerpo. Corro las escaleras abajo hacia él, tomo su
brazo firmemente, y hundo mi cabeza en él.
“¡Estoy tan
agotada, Lutz!”
“Sí, te ves
un poco pálida. Día difícil, ¿huh?”
Él me mira
con simpatía mientras me da una palmadita sobre la cabeza. Lo que hice hoy fue
básicamente sólo leer un libro, pero parece que estar conmigo es el trabajo
completo de mis asistentes, así que básicamente todo el tiempo alguien estuvo
parado cerca de mí, observándome constantemente.
Por
supuesto, cuando me encuentro absorta en un libro, es típico para mí sentirme
completamente despreocupada de mi entorno, pero cada vez que recuperaba mi
sentido pude sentir la mirada de alguien fija en mí, lo que me hizo sentir
realmente incómoda. Quizás podrías llamar a esas miradas dolorosas o pesadas,
pero de cualquier manera ser observada constantemente fue una enorme carga para
mí. Me dejó extenuada.
Hmm, los
nobles son increíbles. ¿Cuánto tiempo tomará acostumbrarse a eso?
Estoy feliz
debido a que puedo ir a mi casa a dormir. Si tuviese que lidiar con todo esto
desde ‘buenos días’ hasta ‘buenas noches’, ciertamente podría
volverme loca.
“Hey, Lutz.
Quiero reunirme con el Señor Benno hoy, ¿está él en la tienda?”
“De hecho, él
acaba de regresar justo cuando me iba, por lo que probablemente debería estar
en este momento, ¿supongo? Por qué, ¿sucedió algo?”
Lutz se ve
preocupado, así que niego sacudiendo mi cabeza.
“No, solo
necesito ir al Gremio de Comerciantes para retirar dinero para mi donación y llevárselo
al Sacerdote Principal. Pensé que debería contarle de antemano...”
“¡Hmm! Está
bien vamos.”
Cuando él dice
eso, por alguna razón, el trío de asistentes detrás de nosotros comienza a
dirigirse con nosotros también. Ni siquiera quiero que me sigan en el templo, ¡¿así
que porque querría que me siguieran afuera también?! Realmente no quiero que me
miren.
“...No es
necesario que vengan conmigo, ¿saben?”
“Me temo
que no puedo dejarle,” Fran responde. “Soy su asistente, después de todo.”
“¡Es
cierto!,” Delia agrega. “Es imposible que usted pueda reunirse con alguien sin sus
asistentes.”
Desde que
no solo Fran me está diciendo que es imposible, sino que incluso también Delia,
supongo que debe ser de conocimiento público que un sacerdote con túnica azul
nunca se reúne con nadie sin sus asistentes. Tendré que agregar este hecho a la
lista que guardo en mi cabeza.
“¿Hmm?,” Gil
dice. “Bueno, si no tengo que ir, entonces sí, me voy. Estoy hambriento.”
Justo como
pensé, Gil, quien no se muestra interesado ni siquiera en el sentido común de
un asistente, me lanza una mirada resentida mientras nos da la espalda y
comienza a regresar al interior. Los otros dos, sin embargo, no siguieron su
ejemplo. Si tuviese que comprometerme y traer a alguno de ellos conmigo, Fran
sería la única persona que podría seguirme. Aun así, podría relajarme mucho más
si no tuviese a ninguno de mis asistentes siguiéndome. Además, solamente iré a la
Firma Gilberta, donde voy todo el tiempo, y como tengo a Lutz conmigo, no tengo
ningún uso particular para un asistente.
... ¿Puedo hacer
que se marchen?
“Oh, Delia,”
le digo. “¿Podrías decirle al Padre Ferdinand que volveré con mi donación una
vez que termine de hablar con el Señor Benno? Realmente necesito que sepa sobre
esto. ¡Confío en ti!”
“¿Hmm?
¿Realmente lo necesitas? Está bien entonces. Voy a asegurarme absolutamente de
ir a decirle de inmediato.”
La amplia
sonrisa que ella me da es increíblemente fácil de leer. Me pregunto ¿si ella
simplemente no va a hacer literalmente nada, o simplemente irá directamente al
Maestro del Templo? Ella se da media vuelta, luciendo más feliz de lo que la he
visto en todo el día, y regresa al interior del templo.
Dejo
escapar un suspiro de alivio al haber logrado alejarla. Fran, sin embargo, hace
una mueca de disgusto, mirando hacia adelante y hacia atrás entre mí y Delia entrando
en el templo.
“Señorita Maine,
si desea que le entreguen un mensaje al padre Ferdinand, lo haría con gusto.
Por favor, permíteme acompañar a Delia.”
“Fran, ya
envié a Delia. Si me estás diciendo que tengo que tener un asistente conmigo,
¿estaría realmente bien que tu vayas con ella?”
Fran sacude
su cabeza, su disgusto aún se refleja claramente en su rostro.
“Pero, no
puedo decir si ella incluso irá realmente a ver al Padre Ferdinand...”
“...Tengo a
Lutz conmigo, así que estaré bien si tú le dices al Padre Ferdinand, ¿sabes?
Realmente necesito que alguien le cuente sobre esto.”
Mientras le
decía eso, agarré la mano de Lutz y comencé a caminar. Fran se detuvo en la
entrada del templo por un momento, volviéndose indeciso y moviéndose de un lado
a otro, sin embargo, finalmente pareció decidir que él preferiría informarle al
Sacerdote Principal y regresó al interior del templo.
“Maine,
¿estás segura de que está bien? ¿No se supone que él debería estar aprendiendo
cómo mantener un ojo en tu condición?”
Lutz mira
por encima de su hombro, inclinando su cabeza mirando hacia la entrada vacía
del templo. Ahora que pienso en ello, me dijeron que permitiera que mis
asistentes monitorearan mi salud, ¿no? Cuando pienso ello, dejo escapar un enorme
suspiro.
“... Hmm.
Él es uno de los asistentes escogidos por el templo para mí, pero todavía creo
que será difícil. Primero que todo, realmente no tiene ningún entusiasmo por
eso.”
“¿Huh?,” Lutz
responde, incrédulo.
“Creo que,
probablemente, él realmente quería servirle al Sacerdote Principal, pero le
dijeron que en lugar de eso él había sido asignado a mí. Siempre parecía estar haciendo
las cosas a regañadientes, sin importar lo que estuviésemos haciendo. Si pudiese
hacer que me considerara su maestra por sobre el Sacerdote Principal, podría
cambiar, pero estoy bastante segura de que aquello no tiene remedio, ¿verdad?”
“Tú, una
maestra... ¿no necesitas, digamos algo como, dignidad y presencia para eso?”
Se ríe
burlonamente de mí, y no puedo evitar comenzar a reír también. Me siento mucho
mejor ahora que estoy de vuelta en un ambiente tan cómodo.
“Buenas
tardes, Señor Mark,” le digo. “¿Está el Señor Benno?”
Cuando Lutz
abre la puerta de la tienda, veo a Mark dentro y, como siempre hago, lo saludo
mientras lo llamo. En el instante en que me vio, sin embargo, su rostro se puso
pálido.
“...Maine,
rápido, por favor entra.”
“¿Huh?”
Mark, con
una atípica prisa, se apresura a mostrarnos el interior. Bajo circunstancias
normales, cuando venimos sin haber hecho arreglos con antelación, generalmente
nos piden que esperemos dentro de la tienda por un tiempo, luego nos llevan a
la trastienda cuando Benno puede vernos. Hoy, sin embargo, Mark inmediatamente
abre la puerta de la habitación de atrás y nos empuja, con su cara aún sin
sangre mientras llama a Benno.
“Maestro
Benno, Maine ha venido a visitarlo. La estoy presentando.”
“¿Qué sucede
ahora, Mark?”, Benno le responde. “¿Por qué estás tan apresurado cuando solo es
Maine... visitando...”
Mark cierra
la puerta detrás de nosotros cuando Benno levanta la vista de su escritorio.
Cuando él me ve, solo me mira por un momento, luego inmediatamente se enfurece,
con los ojos muy abiertos.
“¡Maine!
¡Tú! ¡Idiota!”
Chillo de
miedo, cubriendo mis oídos mientras retrocedo. Lutz también se estremece, su
respiración fue audible cuando él retrocedió.
“¿Uh? ¿Huh?
¿Usted también? ¡¿Qué es ahora?!”
“¡Niña
imprudente! ¿Viniste aquí luciendo así? ¡¿No me digas que caminaste hasta aquí
desde el templo vistiendo eso?!”
Me miro a
mí misma, luego inclino mi cabeza con curiosidad. “... Sí, lo hice, ¿hay algún
problema con eso?”
Lutz
inclina su cabeza también. Benno nos mira a los dos, ve que no somos capaces de
entender por qué aquello podría ser un problema, y rasca su cabeza vigorosamente
en frustración. Mark cierra sus ojos, frotando sus sienes.
“Maine,” Benno
dice. “Estás vistiendo la ropa que usa una sacerdotisa con túnica azul, ¿no es
así?”
“Sí,” le respondo.
“Normalmente,
las sacerdotisas vestidas de azul son miembros de la nobleza.”
“Eso es
correcto,” le respondo.
“Cuando la
nobleza tiene que viajar, viajan en carruajes. No pueden simplemente pasear por
la ciudad a pie. ¿Podrías decirme la razón de eso?”
Inclino mi
cabeza más mientras considero su pregunta. Pienso en las pocas veces que he
viajado en un carruaje. Se sacudió mucho mientras se movía y se sintió terriblemente
mal montarlo. Aunque, montar uno es algo que nosotros, los plebeyos, nunca
hacemos realmente a menudo. Todo lo que nosotros podemos hacer es mirar anhelando
mientras pasan. Por lo tanto, es una gran manera de mostrar al instante cuán
alta es tu posición social.
En mis días
como Urano, tenía un automóvil, por supuesto, para usarlo como medio de
transporte, sin embargo, no lo utilizaba todo el tiempo. Tenía sentido cuando
salía de compras y sabía que iba a comprar más de lo que podía cargar, o cuando
iba en viajes largos. También manejaba cuando el clima era tan malo que
dificultaba caminar.
“Hmm...
porque caminar es demasiado duro y no es suficientemente ostentoso”
“¡Incorrecto!
Si pasearan por las calles, ¡serían secuestrados y retenidos para un rescate!
Entonces, si no quieres ser secuestrada, ¡no uses esa túnica fuera del templo!”
“¡S-S-S-Sí
S-Señor!”
Inmediatamente
empiezo a quitarme mi túnica en el acto. Desde que ya tengo puesto mi vestido
de mi aprendiz debajo, es tan simple como deshacer la faja y quitarme la túnica
por mi cabeza.
Siempre he
sido la hija de personas pobres. Ni siquiera había considerado la idea de que
alguien quisiera secuestrarme y pedir un rescate.
Ya veo. Había
estado pensando en esta túnica azul como si fuera simplemente otro tipo de
uniforme, pero para otras personas básicamente estoy portando una señal diciendo
‘HOLA, SOY NOBLE, TENGO DINERO’
escrita con grandes y brillantes letras.
Después de que
termine de doblar cuidadosamente mi túnica, Benno suspira exhausto, mirando el bulto
de tela en mis brazos con una expresión complicada.
“Bueno, así
que... ¿por qué estás aquí, Maine? Seguramente no apareciste aquí solo para
tratar de darnos un susto que podría habernos llevado a la muerte, ¿verdad?”
“Cierto.
Tengo que pedirle un favor. ¿Le importaría acompañarme al Gremio de Comerciantes,
y luego después de eso al templo?”
“¿Para
qué?,” Benno me pregunta, inclinado su cabeza en incomprensión.
“Me
gustaría que me ayude a retirar cinco pequeñas monedas de oro para mi donación
y llevarla al templo. Ya le pregunté al Sacerdote Principal, y dijo que estaba
bien.”
“¿Por qué
yo?”
“Todas mis grandes
transacciones hasta ahora se han hecho a través de mi tarjeta de gremio, sin
embargo, el Sacerdote Principal no posee una. Estoy un poco asustada de llevar
tanto dinero conmigo. Cuando le conté eso al Sacerdote Principal, él me dijo
que hiciera que mis asistentes se ocuparan de todo eso, lo cual en realidad me
sorprendió un poco.”
Benno
frunce el ceño, sus cejas se entrelazan. “¿Qué es lo sorprendente sobre eso? Ese
es el trabajo de un asistente, ¿no?”
“...Desconfío
sincera y completamente de mis asistentes. La idea de confiarles una gran
cantidad de dinero es completamente aterradora.”
Benno hace
una pausa por un momento, con sus ojos muy abiertos, y luego parpadea un par de
veces.
“Así que,
la niña que nunca piensa en nada, que constantemente se encoge de hombros ante
los problemas, quien es tan resistente a aprender de sus errores que todavía va
a la casa del Maestro del gremio después de haber sido engañada masivamente, ¿finalmente
ha encontrado a alguien de quien ella desconfía? Por favor, dime, ¿simplemente quiénes
son estas personas?”
Aún voy a
la casa del Maestro del gremio porque es algo beneficioso para mí. Puedo
intercambiar recetas por azúcar, y aunque el Maestro del gremio me había
engañado sobre las herramientas mágicas, no hay dudas de que me salvó la vida.
Por supuesto, no tengo suficiente confianza en ellos como para permitirles que
lleven mi dinero por mí, pero si estoy tratando con ellos como socios en una
transacción mutua, me encogeré de hombros ante ese problema en particular.
No hay manera
de que pueda confiar en alguien que dijo tan rotundamente en mi cara que va a
causarme problemas intencionalmente.
“De los
tres asistentes que me fueron asignados, uno de ellos es un espía del maestro
del templo, otro es un espía del sacerdote principal, y uno de ellos es un niño
problemático quien parece que me fue asignado simplemente para acosarme. Ni
siquiera los quiero merodeando cerca de mí en el templo, así que mucho menos
llevando cualquier cantidad de dinero por mí.”
“Eso...
pensé que algo así podría suceder, pero realmente hiciste algunos enemigos
allí, ¿no?”
Gimo un
poco por la precisión con cual él golpeó el clavo justo en la cabeza.
“En ese
entonces cuando creía que solo me quedaba medio año de vida, pensaba que no
importaba como me trataran, siempre y cuando pudiese leer libros yo estaría
bien, pero si va a continuar por un tiempo, realmente será un problema.”
“Las
circunstancias son realmente diferentes ahora. Entonces, para los espías, todo
lo que puedes hacer ahora es intentar mejorar tus relaciones a nivel superficial
con ellos. No necesitas confiar en ellos, sin embargo, averigua qué puedes confiarles
exactamente. ...Y para ese niño problemático, básicamente vas a tratarlo como
si trataras a un animal salvaje.”
La imagen
de Gil como un mono salvaje sobre un árbol, aplaudiendo y gritándome, flota en
mi mente.
“¿Sin
embargo, las personas no son animales?”
“Básicamente
son lo mismo. Si no hacen lo que dices, dales un azote. Si lo hacen, dales un
regalo. Si quieres que él sepa quién es su maestro, tendrás que domarlo.”
Esto suena
menos como construir una relación sana de confianza mutua y más como simplemente
forzarlo a la sumisión.
“...Parece
que eso tomaría mucho tiempo, el cual preferiría gastar leyendo.”
“¡No seas
perezosa! ¡Estar en la sociedad noble y no saber cómo usar a tus asistentes es
un serio problema!”
“Ngh... Bien,
voy a pensar en el futuro.”
Benno deja
escapar un largo suspiro, a continuación sacude ligeramente su cabeza como si
estuviese restableciendo sus pensamientos.
“Nos hemos
salido del tema. Entonces, ¿cuándo vas a entregar esta donación?”
“Sin
embargo, eso es lo que estoy aquí para discutir con usted. Les dije a mis
asistentes que regresaríamos con el dinero tan pronto como fuese conveniente
para usted--”
El color
deja instantáneamente el rostro de Benno.
“--¡Eso
quiere decir que básicamente les dijiste ‘inmediatamente’!
¡Mark, prepara ya las cosas! ¡Iremos al templo!”
“¡De
inmediato, señor!”
Mark sale
de la habitación, espantosamente pálido.
“Uh, um, así
que, ¿entonces iremos al Gremio de Comerciantes?”
“No hay
tiempo que perder en eso. En realidad, no necesitamos ir. ¿Tarjeta?”
Después de unir
nuestras tarjetas, Benno me dice que vuelva a ponerme la túnica, dado que iremos
al templo, entonces desaparece por la puerta interior, subiendo las escaleras.
Desplegué
las túnicas que me había quitado hace unos momentos, y entonces las volví a deslizar
sobre mi cabeza. Ato la faja alrededor de mi cintura, luego dejo mi cabeza caer
desanimada. No pensé que saldría así. Solo les dije a mis asistentes eso para
que ellos me dejaran en paz, y parece que eso causó muchos problemas para todos.
“... ¿Qué
es lo que hice ahora, Lutz?”
Las
implicaciones sutiles de las frases y la manera en que se hacen las promesas
pueden cambiar dependiendo de la organización de la cual formas parte. Eso es
algo tan simple y obvio. Lo sabía, sin embargo, no lo entendí.
Lutz da
palmaditas reconfortantes sobre mi cabeza. “Nosotros no sabemos nada sobre cómo
funciona la nobleza, ¿verdad?”
“…Sí.”
“Claro, has
estropeado las cosas esta vez, pero aprovecha esta oportunidad para arreglar
tus puntos débiles.”
Inclino mi
cabeza. “¿Mis puntos débiles?”
Lutz
asiente enfáticamente, mirándome con un poco de rigor en sus ojos.
“Mira, sé
que amas los libros más que cualquier otra cosa, y sé que has estado deseando
leerlos durante tanto tiempo, pero, antes de que puedas hacerlo, debes aprender
la forma de vivir allí, lo que significa que debes estar preguntando a todos a
tu alrededor incluso las pequeñas preguntas más pequeñas que tengas.”
“¿Su forma
de vivir?”
“...Justo como,
en este momento, hay tantas cosas que yo no sé sobre el mundo de los
mercaderes. Son todo tipo de cosas que todos a mí alrededor piensan que son
obvias, pero nunca antes había oído hablar de ellas. Entonces, he estado
preguntando sobre todo lo que no entiendo, sin importar cuán pequeño sea.
Cuando hago eso, no importa si son solo los otros aprendices o incluso el Señor
Mark, todos me enseñarán lo que necesito saber. Si no haces el esfuerzo de
preguntar, entonces nunca aprenderás nada.”
Sus
palabras dan el blanco. Lutz es un hijo de artesanos, arrojándose al mundo de
los mercaderes. Sé muy bien cuán duro ha estado trabajando para familiarizarse
con cómo funcionan las cosas en una tienda. A pesar de saber que, incluso
después de encontrarme básicamente en la misma situación al haberme arrojado al
desconocido mundo del templo, no me he esforzado por aprender nada sobre el
conocimiento común del templo, incluso más allá de querer pasar mi tiempo
leyendo libros.
“Estoy
planeando trabajar tan duro como pueda para poder vivir como un mercader. Si
quieres ir al templo y leer libros, primero, debes aprender cómo hacen las
cosas en el templo. Aunque vas a estar bien. Sé que puedes hacerlo. ¡Eres
realmente inteligente!”
“¡No lo soy!
Siempre soy tan irreflexiva. Eres mucho más inteligente que yo.”
No hay
forma de que sea realmente inteligente. Al igual que Benno siempre dice: soy
irreflexiva. Tengo un montón de conocimiento previo, claro, pero no diría que
eso me hace inteligente.
“Sí, claro,
pero incluso si eres irreflexiva, sigues siendo el tipo de persona que siempre
puede abrirse camino hacia su objetivo, ¿cierto? Entonces, si tu objetivo es
poder leer libros sin que nadie te moleste, entonces podrás hacer lo que sea
necesario para que eso suceda, ¿cierto? Simplemente necesitas trabajar duro
para asegurarte de que puedas leer esos libros en paz.”
“Ngh... me
conoces demasiado bien.”
Tan pronto
como empiezo a pensar un poco más acerca del futuro, escucho el ruido de pasos
bajando la escalera. La puerta cruje y Mark la cruza. Está usando una prenda de
mangas largas que parece hecha de un material lo suficientemente liviano como
para mantenerlo fresco.
“Lamento
hacerles esperar,” Mark dice.
A
diferencia de su habitual ropa de trabajo, las mangas de su bata blanca son
largas y revolotean, con suficiente tela extra colgando de ellas que casi me
recuerda a un kimono de manga larga. Los dobladillos del abrigo se encuentran
bordados, principalmente con hilo azul, colgando hacia abajo, llegando hasta sus
rodillas. Debajo de eso, él utiliza un conjunto comparativamente nítido de
pantalones delgados. El atuendo en general me da la impresión de una versión
mucho más extravagante de la linda ropa que usan los niños en sus ceremonias de
bautismo. La calidad del material es mucho más bonito también, por lo que es
claro para mí que esta es la ropa utilizada cuando se trata con la nobleza.
“Gracias
por esperar,” Benno dice, bajando las escaleras poco después.
Las mangas
del largo abrigo blanco de Benno son incluso más largas que las de Mark, y el
dobladillo de su abrigo le llega hasta los tobillos. La calidad del bordado en
su abrigo está un rango superior al de Mark. En la parte superior de su abrigo,
porta una capa delgada, cerrada al hombro por un broche de oro y con una piedra
preciosa azul. En su mano, lleva algo similar a una flor. También puso un tipo
de pomada en su usualmente extravagante cabello de color té con leche, y lo
fijó en su lugar. Él parece una persona completamente diferente.
El
repentino recordatorio de que interactuar con la nobleza requiere tanta
atención para pagar incluso cosas tales como esa ropa hace que se me seque la
garganta. Me aterra la espantosa comprensión de que acabo de tropezar en un
mundo del que no sé nada. No debería haber dicho nada para arrastrar a alguien
más a todo este lío conmigo.
“Realmente
lo siento mucho, Señor Benno,” le digo, mientras corro hacia él. “No sabía que
lo atraparía en todo esto...”
“No te
preocupes por eso,” dice, sonriendo abiertamente sin miedo. Él levanta el
adorno de flores. “Este es un nuevo modelo”, él me dice, y a continuación lo
mete en mi cabello junto a mi habitual palillo.
“Mi lema es
que encuentras tus mejores oportunidades en tus más grandes problemas. Si
podemos entregar tu donación de forma segura mientras nosotros nos comportamos
como deberíamos alrededor de la nobleza, entonces esta será una oportunidad
para que demostremos cuán rápidos y completos son los servicios de la Firma
Gilberta. Vamos”
La
confianza de Benno no es falsa. No tengo idea de qué tipo de cadena de mando
hay en esta tienda, sin embargo, en el momento en que Benno y Mark estaban
cambiándose, los empleados ensamblaron una pequeña caja de joyería de madera
con mi donación adentro, un rollo de tela, una pequeña jarra, y tres paquetes
envueltos en tela. Luego, cuando salimos, ya había un carruaje tirado por
caballos esperando por nosotros, lo suficientemente grande como para caber
cuatro adultos, con cocheros bien presentados esperando que nos embarquemos.
¡¿Cuando
pasó todo esto?!
Mientras lo
miro, estupefacta, Benno me levanta, mucho más cortésmente de lo usual, y me
ayuda a subir al carruaje. Mientras miro alrededor del carruaje obviamente
caro, mi nivel de estrés solo comienza a subir. Preocupada, miro a Benno, sin
embargo, él me da un leve golpe en la frente.
“Justo
ahora, tú eres un noble. Sé lo que estoy haciendo, así que haré que todo
funcione, pero lo que necesito que hagas, pase lo que pase, es no ponerte
nerviosa. Sólo sonríe. Se digna. Y nunca dejes colgar tu cabeza. ¿Puedes
hacerlo?”
“... Lo
haré, le respondo.
A través de
la ventana en el carruaje, veo a Lutz gritándome algo. No puedo oírlo, pero sus
labios son fáciles de leer. “Puedes hacerlo,” él me dice. Asiento con mi cabeza
en respuesta, tan exageradamente como puedo para que él pueda verme.
Mark sube a
bordo y cierra la puerta detrás de él, después de un momento, el carruaje
comienza a moverse lentamente hacia adelante. El traqueteo de las ruedas
coincide con el ritmo inestable de mi corazón mientras nos dirigimos hacia mi
primer encuentro con la noble sociedad.