Encuentro entre Benno y El Sacerdote Principal
El carruaje
se detiene a la entrada del templo y el cochero baja. Puedo escuchar decir algo
a los vigilantes que están de pie en las puertas.
Me levanto
de mi asiento, preparándome para salir, pero Benno, sin decir una palabra, me
detiene. Lo miro inexpresiva, él lentamente gira su cabeza, aun guardando silencio.
Supongo que está tratando de decirme que me siente y me quede quieta, así que baja
mi cabeza levemente para asentir, volviendo a sentarme, ligeramente pesada, en
mi asiento.
Urgh, mi
corazón late con fuerza.
No tengo
idea acerca de lo que está sucediendo en este momento, y mucho menos sobre lo
que podría pasar pronto. No puedo dejar de temblar ansiosamente. Aprieto mis
puños firmemente, mientras miro alrededor del interior de nuestro carruaje.
Mark parece estar aprovechando el hecho de que nuestro carruaje se ha detenido
para escribir algo.
Mark,
notando que lo estoy mirando, levanta su cabeza para mostrarme una sonrisa
tranquilizadora. Trato de devolverle la sonrisa, pero mi rostro es un poco
rígido, así que parece más una mueca. Mark tapa su boca, tratando de no reír. Aún
no sé si está bien para mí romper este silencio, así que frunzo mi ceño, enojada,
hinchando mis mejillas. Benno, a mi lado, presiona con uno de sus dedos mis
hinchadas mejillas. Es como si me ridiculizaran por ser la única persona aquí
que está nerviosa por toda esta situación.
Después de
un tiempo, el carruaje se balancea ligeramente cuando el cochero sube a bordo.
Mark rápidamente guarda su pluma y tinta, luego le entrega a Benno el papel en
el cual había estado escribiendo. Benno lo mira, luego sonríe ampliamente. Me
inclino, intentando ver lo que está escrito en el papel, pero en ese momento el
carruaje comienza a moverse nuevamente. En el momento en que el ruido de las
ruedas del carruaje llena la cabina, Benno comienza a hablar.
“En esta
puerta, los visitantes se presentan y solicitan que se anuncie su presencia,
luego se abren las puertas para ellos. Cuando salgamos, Mark irá primero, luego
yo, luego tú. Vas a tomar mi mano y bajar lentamente. Absolutamente no bajes de
golpe, y no pierdas tu equilibrio en los escalones.”
Por ‘no bajes de golpe’, él debe estar
refiriéndose a la vez que Lutz y yo viajamos en el carruaje del maestro de
gremio. (Para bajar, saltamos al unísono,
mientras gritábamos ‘¡woo!’ cuando arribamos a nuestro destino.) Yo quien
ya estoy preocupada por estar tan tensa podría perder los escalones, también. Así
que miro tímidamente hacia un lado.
“Desde que ellos
ha ido y anunciaron nuestra presencia, apuesto a que tus asistentes van a estar
más allá de esa puerta también. Cuando nosotros caminemos hacia la oficina del
Sacerdote Principal, quiero que el hombre que él te asignó esté frente, luego
tú y yo, y luego Mark y tus otros asistentes deberán seguirnos, cargando
nuestros regalos.”
Honestamente,
yo solo había planeado entregar el dinero al Sacerdote Principal y decir ‘¡aquí está mi donación!’, Pero parece
que esto se ha exagerado mucho más allá de eso. Si hubiese traído el dinero yo
misma, ni siquiera puedo imaginarme qué tipo de groseros errores que podría
haber cometido.
“Entonces,
la caja con tu donación es algo que me hiciste llevar. Cuando lleguemos a la
habitación del Sacerdote Principal, ábrela y mira adentro para comprobar su
contenido, y a continuación, dame las gracias por todos los problemas que me
has causado.”
“¿Huh?
¿Cómo? ¿Algo como ‘gracias’ o ‘aprecio el esfuerzo’ o algo similar?”
“Algo más similar
a un noble sería mejor, pero, bueno, eso también podría funcionar.”
¿Cómo
serían las palabras de agradecimiento de un miembro de la nobleza? ‘Aprecio que una tarea tan laboriosa como
esta haya sido realizada.’ Sin embargo, ¡Eso me hará parecer demasiado
importante!
Tarareo
pensativamente para mí misma mientras cavo en mis recuerdos. Puedo recordar
leyendas medievales y colecciones de poesía, sin embargo, aquello suena de esa
manera demasiado teatral, y no estoy hablando con alguien que no está
simplemente citando las líneas de un libro, ser capaz de recitar líneas
memorizadas no va a cortar esa situación. Si estuviese hablando con un
comerciante, podría extraer las diversas frases que aprendí de los libros acerca
de modales comerciales, pero no pienso que eso sea exactamente como un noble
podría sonar.
Al final,
saco a relucir mis recuerdos de cómo suenan las chicas ricas mimadas e intento
probarlos.
“Umm...
estoy agradecida desde el fondo de mi corazón de que usted haya aceptado tan
gustosamente mi pedido, por más difícil que haya sido... ¿algo como eso?”
“¿Y dónde
aprendiste a hablar así?”
Benno me
mira, sus ojos muy abiertos en absoluto estado de shock. No puedo entender si eso
fue demasiado dominante, o si estuve en lo correcto, o si simplemente falle por
completo.
“Entonces...
¿no fue bueno?”
“... No,
eso fue perfecto. Intenta seguir hablando así hasta que regresemos al
carruaje.”
Muerdo mi
lengua ante un grito de incredulidad, mi rostro se contorsionó en una mueca
nerviosa. Actualmente, lo más probable es que yo misma sea lo más alejado
posible de la imagen de una elegante chica rica. Me obligo a respirar lenta y
profundamente, enderezando mi espalda.
“Entiendo,”
Le respondo tan suavemente como puedo.
Brevemente
después, el carruaje pasa a través de las puertas, y nos detenemos dentro de
los terrenos del templo. La puerta es abierta para nosotros por nuestro
cochero, y Mark sale primero. El siguiente es Benno. Finalmente, me adelanto
para pararme en el marco de puerta.
La escena
que veo cuando miro por la puerta es completamente diferente al templo que
conozco. Parece que la entrada donde se detienen los carruajes podría ser la
verdadera entrada frontal del templo. Esta entrada parece ser para el uso
exclusivo de la nobleza y las personas muy ricas, con esculturas adornadas y
hechas de una variedad de materiales dispuestas en medio de jardines verdes colmados
de flores. Y la boca de la entrada está decorada con baldosas de colores de la
misma manera que la pared frontal de la sala de adoración.
La entrada
que he estado utilizando hasta ahora, la cual conduce directamente desde el camino
principal, parece ser la entrada utilizada por los plebeyos que arriban a pie.
Comparado con esto, parece ser solo la puerta de atrás. Hay una separación
estricta entre el aburrido monocromo de ese mundo y el vivo color de este. La
escena frente a mis ojos es un duro recordatorio de que hay demasiadas
diferencias que aún no sé.
Para un
templo, un lugar que en sí mismo pretende ser una casa de los dioses, para ser demasiado
diferente, incluso simplemente en su entrada, es algo que ni siquiera podría
haber imaginado. Cuando la inesperada evidencia de esta clara disparidad golpea
mis ojos, mi corazón se congela.
“Maine, tu
mano...”
La voz de
Benno me sacó de mi trance y le tendí la mano. Miro hacia abajo, a mis pies,
preocupada de caerme, y en ese momento me toma de la mano con fuerza y me
levanta.
“No mires
hacia abajo,” él me dice en voz baja, con su sonrisa inquebrantable. Un sudor
frío corre por mi espina dorsal, y sonrío ampliamente en respuesta, asintiendo.
Uno de los puntos clave que él me explicó fue “incluso si no tienes confianza
en ti misma, no bajes la cabeza,” pero parece que esto se extiende a la
prohibición de mirar hacia abajo por cualquier motivo. .
Suavemente
me deja en el terreno, más cortésmente de lo que jamás podría imaginarlo
haciendo bajo circunstancias normales. Fran se acerca rápidamente.
“Hermana Maine,”
Fran dice.
“Maestro
Benno,” le digo, “Este es uno de mis asistentes. Fran,” yo continúo, mirándolo
con una ligera inclinación en mi cabeza, “¿podría tal vez requerir una reunión
con el Padre Ferdinand?”
Una
expresión de extrañeza destella brevemente en el rostro de Fran, entonces cruza
suavemente sus manos frente a su pecho y se inclina ligeramente.
“Los preparativos
ya están en marcha,” Él responde.
“Madame Maine,”
Mark dice, “¿a quién podría pedir ayuda para cargar los obsequios del Maestro
Benno al Sacerdote Principal?”
Un leve
pánico recorre mi corazón, y lo miro por encima del hombro. Cuando miro lentamente
alrededor del área, no veo a Gil ni a Delia cerca. No puedo decidir si debería
preocuparme por no tenerlos para ayudar a cargar las cosas o aliviada de que no
estén aquí para causar problemas. De cualquier manera, no tengo idea de cuál es
la respuesta correcta a este problema en particular, así que decido pasarle la
carga a Fran.
“Fran,
¿podría pedirte que encuentres algunas personas de confianza que me asistan?”
“Como usted
desee,” él responde.
Incluso a
pesar de que le había puesto un montón de trabajo, él inmediatamente asiente y
comienza a cumplir rápidamente mi solicitud. Sin expresión de insatisfacción, no
“sino”, solo el leve reconocimiento
de un excelente asistente cumpliendo la petición de su maestro.
Inclino mi
cabeza en confusión. ¿Por qué se está comportando de manera tan diferente repentinamente?
Literalmente, lo único que es diferente entre esta mañana y ahora es el hecho
de que estoy hablando de manera diferente...
Y entonces
me golpea. Fran considera que es muy importante que hable como un noble.
Me irritó
que pareciera que él solo tenía ojos para el Sacerdote Principal, pero al mismo
tiempo, a él le molestaba el hecho de que yo no pareciera ser ni un poco noble.
Si quiero que él se sienta bien en el trabajo que está haciendo, entonces lo
que he estado haciendo no es lo suficientemente bueno. Justo como dijo Lutz,
necesito poner mucho esfuerzo en aprender cómo los nobles hablan y actúan.
Fran llama
a varios sacerdotes vestidos de gris y comienza a ordenarles que carguen los
regalos, dividiendo el trabajo entre ellos. Después de verificar que no haya
quedado nada, él dice, “por favor, por este camino,” y comienza a marcar el
camino. A diferencia de esta mañana, cuando un vago aire de insatisfacción lo
siguió mientras caminábamos, ahora parece animado, como si él estuviese realmente
en su elemento.
Benno me
mira, instándome silenciosamente a seguir y comienzo a seguirlo. Justo como lo
habíamos discutido, todo encaja como Benno lo había descrito. Sin embargo, Fran
es un adulto, y su acelerado ritmo es muy difícil de seguir. Mientras muevo
frenéticamente mis pies lo más rápido que puedo para mantener su ritmo, Benno
habla, incapaz de guardar silencio sobre la situación.
“¿No vas un
poco rápido?,” Benno le dice.
Fran mira
por encima del hombro. “¿Ruego su perdón?,” Él dice, parpadeando.
“Madame Maine
es tu maestra, ¿no? Soy muy consciente de que sólo te han asignado a ella esta
mañana, pero si no prestas atención a la rapidez con la cual caminas, ella va a
colapsar. Por lo tanto, quizás podría ser un poco impertinente por mi parte
preguntar, pero ¿podrías vigilar tu velocidad?”
“…Mis
sinceras disculpas.”
Fran parece
avergonzado de que Benno, un visitante, haya sido quien le ha indicado eso.
Realmente, yo como su maestra debería haber sido quien debería haberle requerido
eso. Inmediatamente comienza a disculparse, pero me doy cuenta de que si lo
dejo hacerlo, yo estaría incumpliendo mis obligaciones como un noble.
“Maestro Benno,
me disculpo por haberle preocupado. Fran es un excelente asistente, asignado
por el propio Sacerdote Principal. No tengo dudas de que él rápidamente se
ajustará. Su preocupación es apreciada, pero innecesaria.”
“Está bien,”
Benno responde. “¿Qué tal, por hoy, Mark la llevará, desde que él ya está
acostumbrado a usted? Sería bastante problemático si usted perdiera la conciencia
hoy, como lo ha hecho en otras ocasiones.”
Al mirar a
Benno, es muy fácil ver lo que está escrito en su rostro: “será mejor que no te
desmayes en medio del corredor después de que hemos llegado hasta aquí.” Mark
le entrega un paquete envuelto en tela que ha estado cargando a Fran, entonces,
con una disculpa cortés, me levanta suavemente en sus brazos.
¡Eeek! ¡¿Esto
es como cargar a una princesa?!
Ahogo un
grito por haber sido recogida de una manera completamente diferente a la que
estoy acostumbrada. Sé elegante, elegantemente, me repito a mí misma, poniendo
la sonrisa más elegante que puedo reunir.
“Fran, si
quieres,” le digo, gesticulando hacia el pasillo.
“Por
supuesto, Hermana,” él responde.
Cuando la
habitación del Sacerdote Principal aparece a la vista, Mark me baja, toma de
regreso su bulto de Fran y entonces da un paso atrás para reunirse con el
escuadrón de cargadores de regalos. Fran, a pesar de que la habitación del Sacerdote
Principal está literalmente frente a nosotros, constantemente revisa su hombro
mientras caminamos, asegurándonos de que coincida con mi velocidad para
caminar. Sonrío y asiento en respuesta con mi cabeza, tratando de transmitirle
en silencio que su velocidad está bien. Una obvia mirada de alivio cruza su
rostro.
A
diferencia de la habitación del Maestro del Templo, ningún sacerdote monta
guardia fuera de la habitación del Sacerdote Principal. Cuando Fran llega a la desatendida
puerta, extrae una pequeña campana de su faja y luego la toca una vez. Solo he
visto puertas como esta abrirse después de que alguien llama al sacerdote con
túnica gris al otro lado de la puerta, quien después les abre la puerta, pero
esta vez, él mismo abre la puerta después de tocar el timbre.
Comienzo a
dirigirme a la puerta cuando se abre, pero Benno aprieta mi hombro para
detenerme. Miro a las otras personas a mí alrededor y veo que todos están
esperando pacientemente. Tal parece que no debemos comenzar a ingresar hasta
que la puerta esté completamente abierta. Retrocedo a mi posición anterior,
manteniendo una cara perfectamente recta como si nada hubiera sucedido, y
espero a que la puerta termine de abrir.
Más allá de
la puerta hay dos sacerdotes vestidos de gris. El Sacerdote Principal sentado en
su escritorio, con Arnaud de pie junto a él. Fran entra en la habitación y se
detiene frente a la mesa de recepción. Viendo esto, me detengo también. Benno y
Mark se detienen detrás de mí, y el escuadrón de cargadores de regalos se
extiende a lo largo de la pared.
Benno
suavemente da un paso hacia adelante, hincando su rodilla izquierda justo como yo
lo hice durante mi ceremonia de votos, a continuación inclina su cabeza
suavemente.
“En este brillante
día, concedido a nosotros por el poder de Leidenschaft, el Dios del Fuego, los
dioses me han guiado aquí. Que bendigan esta reunión auspiciosa. ...Creo que
esta es la primera vez que nos encontramos, Padre. Soy Benno, el propietario de
la Firma Gilberta. Yo estoy aquí hoy a petición de Madame Maine. Estoy muy
contento de conocerle.”
Benno
recitó fluidamente el nombre del dios del fuego como si fuese la cosa más
obvia, pero todavía no los recuerdo. Supongo que si no aprendo los nombres de
los dioses que afectan cada temporada, seré incapaz de saludar adecuadamente a cualquier
miembro de la nobleza. Cuando pienso en lo que tomará poder presentarme
adecuadamente, puedo sentir que la sangre empieza a desaparecer de mi cara. De
repente me di cuenta de cuán importante es realmente la tarea de memorizar las escrituras
que el Sacerdote Principal me había dado. Aprender a lidiar con la nobleza va a
ser muy difícil, parece.
“Te concedo
mi bendición,” el Sacerdote Principal responde, "desde lo más profundo de
mi corazón. Que la guía de Leidenschaft, el Dios del Fuego, se vierta sobre la
Firma Gilberta.”
Él levanta
su mano izquierda sobre su corazón, estirando su mano derecha ante él hasta que
sus dedos descansan justo sobre la cabeza de Benno. Una suave luz azul brilla
desde su palma, y el cabello pálido de Benno, normalmente del color té con
leche, es teñido de azul. La luz desaparece rápidamente, pero es fácil que
alguien vea que Benno recibió una bendición.
Esta escena
inesperadamente solemne me quita el aliento. Esa luz azul debe ser maná, ¿no?
Todo lo que puedo hacer es forzar mi maná usando mis emociones, creando ese
efecto de coerción, pero si me enseñan cómo usarlo, ¿podría dar bendiciones
así? O, mejor dicho, desde que yo soy una sacerdotisa aprendiz, ¿se espera que
pueda otorgar bendiciones así?
La lista de
las cosas que necesito hacer un seguimiento en mi cabeza sigue creciendo. Las
palabras de Lutz brotan en el fondo de mi mente: tengo mucho que hacer antes de
poder leer mis libros.
“Hermana Maine,”
Fran dice. “Por favor, ¿puedo ofrecerle un asiento?”
Su voz me trae
de regreso a la realidad. Veo que ya se ha movido al lado de la mesa de
recepción del Sacerdote Principal. Ahora que lo pienso, dado mi estatus social
aquí, si no me muevo, estoy bastante segura de que nadie más podrá hacerlo.
Camino a la
silla que Fran me dirige. Eso, al menos, no plantea ninguna dificultad. Sin
embargo, como soy básicamente tan grande como una niña de cinco años, cada vez
que necesito sentarme en una silla, tengo que subirme a ella. Normalmente, eso
no plantea ningún problema, pero hoy, no será así.
¡No pensé
en esto! ¿Cómo demonios me siento con gracia en una silla que es demasiado alta
para mí? ¡Qué haría una chica rica y elegante en esta situación! ¡¿Acabo por
hacer una pose de “oh, molestia” y
espero lo mejor?!
Miro la
silla, sin saber qué hacer a continuación. Entonces, no del todo segura de si
esto realmente transmitiría lo que quiero, levanto mi mano derecha, apoyando mi
dedo índice en mi cara, y luego llevo mi mano izquierda hacia mi codo derecho como
lo haría si estuviera cruzando mis brazos. Miro a Fran, inclinando mi cabeza
ligeramente hacia un lado.
Me quedo
así por alrededor de tres segundos completos.
“...
Discúlpeme, Hermana,” Fran dice, levantándome y sentándome en la silla.
¡Oho! ¿Pasé?
Le sonrío
brillantemente a Fran mientras él empuja mi silla hacia adentro. Una sonrisa
tenue, casi irónica, tira de las comisuras de su boca.
Para el
momento en que aparto la mirada de Fran, Benno ya se había sentado a mi lado.
Detrás de él se encuentra Mark, y, al otro lado de la mesa, detrás del Sacerdote
Principal se encuentra Arnaud. Fran también debe estar detrás de mí. Los
sacerdotes que cargan los regalos todavía están alineados contra la pared.
“Madame,” Benno
me dice, “aquí está el artículo que solicitó que traiga para usted. ¿Es esto de
su satisfacción?”
Benno se
acerca a mí, sosteniendo la joyería de madera tallada que ha estado cargando
con ambas manos todo este tiempo. Él abre la caja, mostrándome su contenido. En
el interior hay cinco pequeñas monedas de oro. Esta es la primera vez que veo
una moneda de oro. Paso un momento mirando su deslumbrante brillo, luego
agradezco a Benno por su esfuerzo, tal como lo practicamos.
“Maestro
Benno, le agradezco desde el fondo de mi corazón que usted haya aceptado
voluntariamente mi solicitud, por muy difícil que esta haya sido.”
“No fue un
gran problema en absoluto,” él responde.
Benno deja
la caja sobre la mesa, dejando la tapa abierta, y se la presenta al Sacerdote
Principal.
“Padre,” él
dice, “esta caja contiene la donación de Madame Maine. Por favor acepte esta ofrenda.”
“...Hm,
ciertamente, todo está en orden. Maine... también, Benno. Aprecio que una tarea
tan laboriosa como esta haya sido realizada tan rápidamente.”
El Sacerdote
Principal mira dentro de la caja, verifica su contenido y luego la cierra. Se
la entrega a Arnaud, quien la lleva a alguna parte, muy probablemente a donde
guardan sus monedas para resguardarla.
“Adicionalmente,”
Benno dice, “me gustaría ofrecerle estos regalos, como una muestra de
agradecimiento hacia usted.”
Con estas
palabras, los sacerdotes vestidos de gris que cubren las paredes dan un paso
adelante y colocan sus paquetes sobre la mesa. Mark también coloca su paquete.
El Sacerdote Principal los mira, frunciendo el ceño.
“Lo
entendería si fuese un saludo, pero ¿agradecimiento? No creo que haya hecho
algo por lo que usted debería agradecido.”
“Es a
través de su gentileza que el Taller de Maine podrá continuar operando. Es eso
por lo cual estoy profundamente agradecido.”
Benno cruza
sus manos frente a su pecho, bajando la mirada. “Ah, ya veo,” murmura el Sacerdote
Principal. Benno comienza a presentarle al Sacerdote Principal los artículos
que él trajo.
“Esta tela es
de la más alta calidad que mi tienda tiene para ofrecer. Esto, aquí, se llama Rinsham. Si bien actualmente yo poseo
todos los derechos para su producción, este producto fue originalmente
producido por el Taller de Maine. Esto, aquí, es un producto de su taller también:
un papel basado en plantas, el cual apenas estamos comenzando a vender.”
“¡Hmm...!”
Lo que
parece haber atraído más el interés del Sacerdote Principal es el papel basado
en plantas. Él toma una hoja, sintiendo su textura.
“Me
gustaría dedicarle estos regalos a usted, Padre, así como al Reverendo, el Maestro
de este Templo, quien parece que no pudo estar aquí con nosotros hoy. También
me gustaría dedicarle estos a Madame Maine, a través de cuya gracia ha
permitido que esta reunión tenga lugar.”
¿Huh?
¡¿Yo?!
No pude evitar
que mis ojos se agrandaran en estado de shock, pero por lo menos me las arregle
para no decir nada en voz alta. Los dos, sin prestar atención mientras fuerzo
mi sorpresa, continúan su conversación.
“Estos son
excelentes regalos. Tiene mi gratitud.”
“Estoy
profundamente encantado de que le hayan complacido, Padre.”
El Sacerdote
Principal mira a los sacerdotes vestidos de gris. “Pon estos regalos en los
estantes, si pueden.”
Ante su
palabra, comienzan a guardar todo. Mark ayuda a entregarles las cosas mientras
envuelve el papel en su tela.
Ahh... se
acabó.
Mi donación
ha sido entregada, los obsequios han sido recibidos, por lo tanto nuestros asuntos
de hoy se han desarrollado sin problemas. En el momento en que yo solté un
pequeño suspiro de alivio, sin embargo, la mano de Benno se mueve ágilmente
debajo de la mesa, golpeando continuamente ligeramente contra mi pierna.
Me volteé
para mirarlo, inclinando mi cabeza con curiosidad. Él me mira, copiando mi
expresión de sorpresa. Él sonríe usando una sonrisa falsa, luego hace un gesto
de mirar hacia abajo. Con cuidado de no inclinar mi cabeza, miro hacia abajo
también, y veo que hay un pequeño trozo de papel escondido entre sus dedos.
Me extiendo
silenciosamente para tomar el papel, de repente golpeada por la nostalgia. ¿Qué
alumno no ha pasado notas similares a esta durante la clase? Yo, personalmente,
intercambié algunas notas como esta con chicas antes, pero nunca recibí ninguna
nota de chicos. Benno es demasiado viejo para ser llamado un niño, pero esta es
la primera vez que recibo una carta de alguien del sexo opuesto. Sé que es solamente
Benno, pero no puedo evitar emocionarme un poco mientras despliego el papel.
Cuando miro
casualmente debajo de la mesa, teniendo cuidado de mantenerlo oculto, escrito
en el papel, en letra clara, está “mantente
alerta, idiota.”
¿Me has
emocionado para esto?
El Sacerdote
Principal me mira, tal vez habiendo notado que mi comportamiento elegante repentinamente
se deslizó. Frenéticamente pego una sonrisa en mi rostro, pero podría haber
sido un poco demasiado obvio, ya que su expresión cambia de repente. Me
enderezo, tragando mi saliva, mientras el Sacerdote Principal extiende su mano
hacia un lado, agitándola suavemente. Los sacerdotes vestidos de gris, al ver
esto, cruzan las manos delante del pecho, se inclinan suavemente y luego salen
de la habitación uno por uno.
“Desde que
tenemos esta oportunidad,” él dice, “hay algunas preguntas que me gustaría
hacerle, Benno.”
El rostro
del Sacerdote Principal se endurece. Él mira a Benno con ojos muy agudos los
cuales no parecen tolerar ninguna mentira o engaño. Al mismo tiempo, la
sensación que Benno está despidiendo repentinamente crece mucho más afilada que
antes.
Parece que
este es el comienzo de la conversación real. Me siento erguida, agarrado al
recordatorio de Benno de “mantente
alerta, idiota.” en mi puño.