Capítulo 139. El Siguiente Siguiente Destino.
[¿Es eso lo que pasó realmente?]
[Nn.]
[Eso fue bastante sorprendente, Fran.]
Estamos actualmente dentro de la mansión de Rhodus.
Dicho aquello, naturalmente no estamos visitándolo a
él. Hemos venido a visitar tanto al Príncipe como a la Princesa.
Resulta que nosotros no éramos los únicos que nos
estábamos preparando para salir de la ciudad. Furt y su grupo también estaban
empacando y preparándose para regresar a su país. Su barco está programado para
partir mañana.
[¿Viste alguna de esas monstruosidades?]
[Si.]
[¿Luchaste contra ellos?]
[Derrotados fácilmente.]
[¡Es increíble! Geez, Fran, ¡eres tan genial!]
Fran, el Príncipe, la Princesa y los antiguos esclavos
se han reunido para tener una fiesta de té.
Los niños están encantados debido al hecho de que Fran
les ha ofrecido bocadillos con forma de pan de curry.
[¿No vendrás con nosotros, Fran?]
Una de las antiguas esclavas le preguntó con un tono
esperanzado, pero Fran respondió sacudiendo su cabeza.
[Ya he decidido a dónde ir.]
[Vamos, ¿no puedes cambiar de opinión y unirte a
nosotros para servir al Príncipe?]
[Tengo que ir.]
[Sí, pero finalmente hemos empezado a llevarnos bien…]
[¡Sí, tiene razón!]
[No vamos a presionar más a Fran. Estoy seguro de que Fran
tiene sus razones y circunstancias.]
[Eso es correcto. Además, no es como si nosotros nunca
nos volveremos a ver.]
Furt y Satia de alguna manera lograron calmar a los
otros niños.
[Entiendo cómo todos se sienten. Me encantaría que
viniera con nosotros también. De hecho, incluso había considerado ofrecerle un
nuevo contrato como nuestra escolta una vez más. También consideré ofrecerle un
puesto permanente y bien remunerado.]
[Entonces por--]
[Pero decidí no hacerlo. He decidido no hacer uso de mi
posición real.]
Uno de los niños intentó protestar, pero Furt
rápidamente lo interrumpió levantando su voz mientras sacudía su cabeza.
[Porque entonces perdería la capacidad de llamarla mi
amiga.]
[Nosotros preferiríamos ser amigos de Fran que sus
superiores. Si la empleáramos, ya no podríamos llamarla nuestra igual.]
Los niños guardaron silencio en respuesta a la proclamación
del Príncipe y la Princesa. Parecían haber entendido y aceptado las opiniones
de los gemelos.
Fran parecía bastante complacida de escuchar sus
elecciones. Su expresión no había cambiado, pero sus orejas estaban agitándose felizmente,
así que fue bastante fácil para mí leerla.
Sin embargo, los niños parecían haber sentido que
habían sido regañados, y por lo tanto, una atmósfera desagradable pronto llenó
la habitación. Afortunadamente, Cerid nos sacó de la situación trayendo algunas
golosinas. Él también ayudó a animar a todos al contarnos sobre los recientes
fracasos experimentados por los niños durante sus sesiones de entrenamiento.
El estado de ánimo de los niños pronto fue restaurado
y, así, terminaron hablando todo el día. El sol comenzó a ponerse antes de que incluso
nos diésemos cuenta.
Nosotros queríamos quedarnos un poco más, pero Cerid
nos informó que Furt y Satia lamentablemente tenían otras responsabilidades que
necesitaban atender.
[Me disculpo por interrumpir su conversación, pero ha
llegado el momento de su cita con el Magistrado, sus Altezas.]
[¿Realmente ya es el momento?]
[Nos divertimos tanto que el día casi pareció pasar en
un abrir y cerrar de ojos.]
Ambos gemelos aceptaron rápidamente sus deberes; ni Furt
ni Satia habían expresado que ellos deseaban la demora de la cita. Me
sorprendió cómo ellos ya podían priorizar inmediatamente sus obligaciones
reales sobre sus intereses personales.
[Es desafortunado, pero nosotros tenemos una reunión a
la cual asistir. Debemos partir inmediatamente.]
[Aún tenemos té y dulces disponibles, así que siéntete
libre de quedarte todo el tiempo que quieras, Fran.]
[Infortunadamente tendré que oponerme a eso. De hecho,
aquí también hay un enviado solicitado a
Miss Fran.]
[¿Enviado?]
[Aunque lo nombré como un enviado, el individuo en
cuestión es, de hecho, el Maestro del Gremio de Aventureros de Ciudad Barbora. Él
acaba de reunirse con Sir Rhodus y el Magistrado. El Maestro del Gremio Gamud
inmediatamente declaró que a él le gustaría reunirse con usted al saber que se
encontraba actualmente en esta residencia.]
¿El Maestro del Gremio? ¿Nos necesitaba para algo?
Podría haber jurado que pasamos por el Gremio esta mañana, pero bueno, podríamos
ir a verlo, supongo.
Uno de los sirvientes de la mansión nos condujo hacia
otra habitación al confirmar que estábamos dispuestos a ver a la otra parte.
[¡Aquí estás, Fran!]
Allí, nos reunimos con el Maestro del Gremio, el musculoso
y bonachón enano que nos ayudó a luchar contra Rynford.
[Siento llamarte así]
[No se preocupe.]
[Escuché que te irías pronto. Quería reunirme contigo
al menos una vez antes de que lo hicieras, pero no pude encontrar el momento
para hacerlo porque he estado ocupado limpiando todo el desorden después de
todo lo que sucedió. Me sorprendió el hecho de que estabas de visita, así que
les pedí que me prestaran una habitación. He querido agradecerte, ¿sabes? Tus
acciones salvaron la ciudad.]
Gamud se levantó del sofá y se inclinó realizando una
profunda reverencia.
[Realmente no la salve. De hecho, fui salvada. Perdí
contra Rynford.]
[Forrund y Amanda son las dos únicas personas que
podrían haber vencido esa cosa uno contra uno, así que no pienses demasiado
sobre ello. Lo que importa es que fuiste capaz de comprar suficiente tiempo
para llegar. Eso probablemente habría diseminado una destrucción masiva si no hubiese
logrado detenerlo. Por eso, lo diré de nuevo. Gracias.]
[... Nn.]
[Hahahaha. Todo está bien siempre y cuando sepas lo
agradecidos que nos sentimos.]
La expresión de Fran combinaba simultáneamente felicidad
y frustración. Si tuviese que decirlo, parecía que estaba inclinada un poco más
hacia esta última.
Dicho eso, realmente no puedo culparla. Quiero decir,
realmente terminamos perdiendo contra Rynford. De hecho, recordar nuestra
pérdida también me hace sentir frustrado.
[De cualquier modo, vayamos al grano. Escuché que
estabas buscando piedras mágicas. ¿Es verdad?]
[Sigo buscando.]
[Ya veo... ¿Y estás planeando ir a Ulmutt después?]
[Nn.]
[No será demasiado fácil que pongas tus manos sobre piedras
mágicas allí, ¿sabes?]
[¿Realmente?]
[Así es. Piensa en ello un momento. Barbora es la
segunda ciudad más grande de Kranzel. Todas las demás ciudades cercanas nos
envían sus piedras mágicas restantes, así que si no hay ninguna en Barbora
significa que tampoco hay ninguna en otra parte. Por supuesto, aquello se
aplica también a Ulmutt. El lugar realmente produce muchas de esas cosas, pero
la mayor parte es utilizada directamente por ellos.]
Espera, ¿en serio? Bueno, creo que tiene sentido.
Quiero decir, Barbora tiene muchos aventureros, pero no hay forma de que ellos puedan
obtener suficientes piedras mágicas como para sustentar a la ciudad entera por
sí mismos.
Parece que realmente será difícil obtener piedras
mágicas, incluso si vamos a Ulmutt.
Gamud sacó un papel doblado de uno de los bolsillos de
su pecho mientras murmuraba en respuesta a sus palabras.
[Así que te daré esto」
¿Eso es... una carta?
[Esto servirá como una tarjeta de presentación. Te
llevará a una subasta celebrada en la capital del reino.]
[¿Subasta?]
[Sí. Celebran una gran subasta en la capital cada sexto
mes. Normalmente sería bastante difícil para ti atravesar la puerta, pero
muéstrale esto al personal de la filial de la capital y te permitirán
participar tanto en la compra como en la venta de productos.]
[Bueno, ¿está bien tomarla?]
[Sí, no te preocupes. Ah, y no sientas que estás
obligada a participar. Simplemente haz lo que quieras, es solo una opción, es
todo. Sin embargo, pienso que es una buena idea. Debería ser capaz de obtener
una enorme cantidad de piedras mágicas por poco dinero siempre que tengas
suerte.]
Parece que tenemos en nuestras manos algo increíble. Esa
subasta suena como un gran evento.
[Nn. Lo aceptare agradecidamente.]
[No hay problema. Estoy contento de ser de ayuda.]
Bueno, supongo que iremos a ese lugar. Por alguna
extraña razón, hemos terminado por decidir a dónde ir después de dejar Ulmutt incluso
a pesar de que aún ni siquiera hemos partimos hacia Ulmutt.