domingo, 19 de agosto de 2018

Honzuki no Gekokujou 83


La Razón por la cual Colapsé

Benno avanza rápidamente a través del pasillo, cargándome en sus brazos. Estar siendo cargada como una princesa en donde mi cuerpo está siendo abrazado pero mi cabeza se encuentra colgando sin cuidado, provoca que cada paso que él da haga que mi cabeza se sacuda violentamente. Siento que a este ritmo mi cerebro acabará revuelto. Realmente desearía que él camine con un poco menos de rebote.
Mientras pienso aquello, escucho detrás de mí los pasos de alguien que nos persigue frenéticamente.
“Maestro Benno, ¡por favor espere!”

Esa es la voz de Fran. La siguiente vez que mi cabeza se sacude, la mayor parte de su torso y la parte inferior de su barbilla entran en mi campo de visión. Caminando medio paso detrás de Benno, él vuelve a llamarlo.
“Maestro Benno--”
“¿Qué quieres? En caso de que no puedas verlo, tengo prisa.”
No solo parece que Benno no tenga intención de detenerse, no hay una pizca de cortesía en su voz mientras le responde con su tono habitual. Esa brusquedad hace que Fran se estremezca por un momento, entonces toma una respiración profunda, fortaleciendo su resolución.
“Por favor, permítame cargar a la Hermana Maine.”
“No. Estoy apurado.”
“Soy su asistente. No puedo permitir que un visitante de nuestro templo, como usted, lleve mi carga.”
Escuchando que Fran se niega a retroceder ante Benno, mi corazón se agita en suspenso, sin embargo, Benno deja de caminar bruscamente.
“Ella no puede moverse, es pequeña y pesada. Absolutamente no la dejes caer.”
“Estoy completamente enterado.”
Benno se arrodilla y gentilmente me entrega a Fran. Fran se encarga de asegurarse de que mi cabeza descansa firmemente contra su hombro, y a continuación se pone de pie nuevamente. Ahora que él está apoyando adecuadamente mi cabeza, ya no está siendo sacudida.
“Fran,” le digo, “eres realmente bueno para cargar gente.”
“Debo pedirle que se abstenga de hablar innecesariamente,” él responde, su tono es un poco agudo cargando algo de ira.
“No puedo mover mi cuerpo, sin embargo, tengo mi cabeza despejada, así que no tienes que estar tan tenso.”
“... Y, sin embargo, usted no está prestando atención a su forma de hablar.”
Sus palabras están teñidas de preocupación. Logré una pequeña sonrisa. Estoy un poco avergonzada de lo mucho que se preocupa por mí, pero al mismo tiempo, estoy un poco feliz también.
“Umm, entonces, cuando Delia y Gil se encuentren cerca, no tendré la oportunidad de hablar contigo a solas. ¿Puedo preguntarte algo dado que estamos solo nosotros dos?”
Debido a que podría haber otros sacerdotes en el pasillo, mantengo mi voz baja para que solo él pueda escucharla. Fran asiente ligeramente, manteniendo su mirada fija en el camino hacia adelante.
“Por todos los medios.”
“Um, aún no sé nada sobre cómo ser un noble en absoluto, y pienso que realmente te he estado avergonzando, pero voy a hacer todo lo posible para aprender lo más rápido que pueda, y yo realmente quiero tu ayuda. Quiero aprender cómo ser útil para el Padre Ferdinand, y pienso que también quieres ser útil para él, ¿podríamos trabajar juntos en esto?”
Por la manera en que su brazo se tensa y su manzana de adán se mueve hacia arriba y hacia abajo, puedo decir que él acaba de tragar saliva debido a la sorpresa.
“Ese es mi deber, después de todo. ...Debo pedir su perdón por lo anterior. Supuse que las intenciones del Padre Ferdinand estaban equivocadas, y deje que mi insatisfacción personal influyera en mi comportamiento.”
“¿Huh? ¿Qué quieres decir con tu ‘suposición’? ¿No él te explicó nada?”
Estoy atónita. Si me fue asignado sin ninguna explicación, por supuesto que no estaría satisfecho. Él era un ayudante al servicio directo del Sacerdote Principal, y ser asignado repentinamente a una simple sacerdotisa aprendiz--y ni siquiera noble, sino una plebeya, ante eso--por supuesto, aquello parecería una degradación.
“El Padre Ferdinand nunca puede estar seguro de a quién podrían llegar sus palabras, así que tiende a hablar muy poco para evitar que sus propias palabras sean utilizadas en su contra. Incluso a pesar de que había limpiado la habitación durante nuestra reunión, me sorprendió mucho escucharlo hablar tanto.”
“Espera, no, no, es un gran problema si tus subordinados no saben lo que realmente quieres. No sabías por qué fuiste asignado a mí, y eso dolió, ¿verdad?”
Honestamente, no tengo idea cuál será la situación del Sacerdote Principal, por la cual necesita actuar así, sin embargo, si sigue haciendo que la gente más leal a él se sienta triste, entonces ciertamente no terminará con muchos aliados.
“Eso es ciertamente correcto. Mi asignación con usted me hizo sentir como si yo fuese un asistente tan pobre como Delia o Gil y que el Padre Ferdinand no me necesitaba.”
“¡Eso no es cierto! No creo ni por un segundo que intentara deshacerse de ti asignándote a mí.”
Mientras le susurro, esperando reforzar su lealtad hacia el Sacerdote Principal, al mismo tiempo, secretamente espero que esto también haga que él me trate un poco mejor.
“¿Me pregunto si eso es así?”
Aunque él lo formuló como si fuese una pregunta, por su tono de voz él rechaza la idea con firmeza.
“Creo que él piensa que solo te está prestando a mí. Después de todo, incluso a pesar de que se supone que soy tu nueva ama, y aunque el Señor Benno, un invitado, estaba justo en frente de él, él te dio una orden directa, ¿cierto? Él te dijo que fuese capaz de manejar mi condición antes del otoño. Si fuese un noble regular, ¿no sería eso extremadamente grosero?”
“...Hm, indudablemente eso sería tan grosero como ha dicho.”
El atisbo de una irónica sonrisa tira de sus labios. Justo en ese momento, las puertas de la entrada del templo se encuentran abiertas para nosotros. Parece que nuestro carruaje literalmente acaba de llegar unos segundos antes que nosotros. Nuestro cochero parece asombrado de lo rápido que hemos llegado, con sus ojos saltando por la sorpresa.
“Fran, entrégala,” Benno dice, habiendo ya entrado en el carruaje.
Fran dudó por un momento, entonces me entregó a los brazos extendidos de Benno.
“¿Podría acompañarla también?,” Él dice, vacilantemente.
“No,” Benno dice mientras me carga dentro del carruaje. “Si dejas el templo luciendo de esa manera, tendremos muchas preguntas aburridas.”
Fran parpadea confundido, mirando su túnica. Parece que nunca imaginó que podría ser rechazado en función de lo que estaba vistiendo.
“Pero, los sacerdotes no tenemos ningún otro--”
“Si no te importa que sean de segunda mano, preparare algo para ti la siguiente ocasión. Ríndete el día de hoy.”
“Estaría muy agradecido.”
Después de agradecerle a Benno, Fran, de pie junto al carruaje, cruza sus manos frente a su pecho, inclinándose levemente.
“Hermana Maine, esperaré sinceramente su regreso seguro.”
Eso sonó cómo lo que un sirviente podría decirle a su amo cuando saliera por la puerta, sin embargo, sus inesperadas palabras me dejaron en pánico. No tengo idea de cómo se supone que debería responderle. Aún estoy pensando que el Sacerdote Principal es el amo de Fran, y que para él soy realmente una maestra bastante terrible. No pensé que sería alguien a quien él esperaría.
Mientras forcejeo, Benno se inclina para susurrarme al oído. “‘Te dejaré las cosas en mi ausencia.’ Deberías responder así".
Incluso si le digo ‘Te dejaré las cosas en mi ausencia’, ¿qué es lo que le estaría dejando en realidad? El templo no es mi hogar No tengo una habitación allí. Todavía no tengo ningún lugar allí que pueda decir que pertenezco. Sería tan fácil rechazar esa respuesta de tal manera, sin embargo, si Fran me dice que estará esperando por mí, entonces tengo una sensación vagamente incómoda de que significa que está esperando que yo, como su maestra, regresare aquí.
Respiro profundamente, convocando mi voz más magistral.
“Fran, te dejaré las cosas en mi ausencia.”
En el carruaje, he sido tendida lánguidamente sobre el asiento, y mi cabeza en el regazo de Benno. Benno me envolvió en su capa después de remover el broche dorado, puedo sentir un poco de calor volviendo a mi cuerpo frío. Mientras respiro aliviada, de repente me doy cuenta exactamente en qué tipo de situación me encuentro. Fuerzo a retroceder mi grito.
¡¿Qué demonios?! ¡Estoy totalmente durmiendo en su regazo!
No puedo creerlo. No solo Benno fue el primer hombre en pasarme una nota secreta, él es el primer hombre, familia excluida, en cuyo regazo he descansado. No cuenta, ¿no? No hay romance en este lugar, así que esto no puede contar, ¿verdad?
Desde que no hay manera de que pueda cambiar el hecho de que todo mi peso está presionando la pierna de Benno, no tengo otra opción que apretar mis dientes y soportar esta situación extremadamente embarazosa e incómoda hasta que lleguemos a la tienda.
En orden de tratar de alejar mi frenético deseo de alejarme de esta situación tanto como pueda, le hago una pregunta a Benno, mis palabras salieron quizás demasiado rápido.
“S... Señor Benno, ¿los sacerdotes no tienen ropa de calle?”
“Ellos no la necesitan. No es completamente extraño que no tenga una.”
Él explica que habitualmente la única vez que un sacerdote deja el templo para ingresar al resto de la ciudad es para realizar ceremonias. Aunque un sacerdote con túnica gris no se destacaría tanto como uno con túnica azul, aun así, si uno de ellos vaga sin rumbo por las calles, atraerá mucha atención no deseada. Además de aquello, si un sacerdote con túnica gris me estuviese siguiendo específicamente, solo me haría aún más visible.
“Así que, entonces, ummm...”
“Silencio, ahora,” él dice con un tono suave de voz, acariciando suavemente mi cabello.
Sosteniendo mis frías manos con las suyas, como si estuviese tratando de darme algo de su calidez. Esto sería exactamente lo que alguien haría si su amada novia colapsara. Yo obtuve básicamente cero puntos de experiencia en esta habilidad en particular durante mi vida pasada, por lo que en este punto he dejado el ámbito de la vergüenza y me he lanzado directamente al desconcierto. No tengo idea de cómo debería reaccionar ahora.
Incluso si sus frases son cortantes, si inconscientemente está haciendo este tipo de cosas, entonces las personas a nuestro alrededor tendrán algunas ideas realmente raras.
Como si estuviese leyendo mi mente, Mark habla desde su asiento frente a nosotros, con ojos tristes.
“Maestro Benno, Maine no es Liese. Todo está bien.”
“...Lo sé,” él responde, mirando por la ventana. “Lo sé, así que no digas que está bien.”
Sin embargo, él no suelta mis manos. Puesto que él está mirando hacia otro lado, no puedo ver su expresión en absoluto. Sin embargo, sin importar cómo lo esconda, es fácil ver que esto lo golpeó en un lugar que nunca debería ser golpeado. Supongo que cuando su amante murió, ella sonrió, diciéndole que todo estaría bien.
No hay nada que pueda decir, y no puedo reunir fuerza para sostener sus manos grandes y cálidas de manera tranquilizadora, así que viajamos de esta manera durante un tiempo hasta que arribamos a la Firma Gilberta.
En el momento en que el cochero desbloqueó el seguro y abrió la puerta, Mark saltó directamente hacia fuera, empujando la puerta de la tienda y dando instrucciones a los empleados que se encontraban adentro. A pesar de que está claramente apurado, todavía demuestra cada una de las habilidades que podría hacerlo un espléndido mayordomo. Benno me levanta, aun envuelta en su capa, y me lleva adentro. Para cuando llegamos a la habitación de atrás, Mark ya había hecho que los empleados llevaran un sofá para mí.
“Lutz, por favor, ven a la oficina interna,” Mark lo llama.
Tal parece que Lutz había estado esperándome aquí, haciendo su trabajo mientras tanto. Cuando Mark lo llamó con una voz mucho más fuerte que la normal, pude escuchar el ruido de sus pasos mientras se apresuraba a llegar.
Benno desenvuelve su capa a mí alrededor y me tiende en el sofá. Mi brazo cae inerte a un lado, sin embargo él lo levanta y lo apoya sobre mi estómago. Estoy sorprendida de cuan pesado es mi propio brazo. Luego, él extiende suavemente su capa sobre mí, como una manta.
“Lutz, Maine colapsó en el templo.”
Lutz estudia cuidadosamente mi rostro, sintiendo mi frente, la parte posterior de mi cuello y mis manos, inclinando su cabeza con perplejidad.
“Su color es tenue como suele ser cuando ella colapsa, pero no tiene fiebre. Sus manos en realidad están un poco frías, ¿huh? Simplemente no se puede mover, huh... Nunca he visto algo como esto. Hey, Maine. ¿Qué hiciste hoy?”
Ante sus indicaciones, comienzo a repasar los eventos de mi largo—uff largo día.
“Ummm, fui al templo, tuve mi rito de votos, hice mis oraciones y mis dedicatorias, me asignaron mis asistentes, el Sacerdote Principal me dio algunas explicaciones, luego leí las escrituras dentro de la biblioteca hasta que llegaste a recogerme. Creo que tú y el Señor Benno saben todo lo que ocurrió después eso.”
“¿Qué son las ‘dedicatorias’?”
“Ummm, poner maná en una herramienta votiva.”
Repentinamente, mi estómago gruñe, a mitad de mi explicación. Todos dentro de la sala se vuelven para mirar hacia mi estómago.
Ahora que pienso en ello, me salté el almuerzo, ¿no? Me olvidé de todo hasta ahora. He estado demasiado estresada como para recordarlo, sin embargo ahora que pienso en ello, estoy realmente hambrienta.
“...Oh, creo que tengo hambre,” le digo.
La tensión en el aire repentinamente se afloja. Mark sonríe débilmente, volteándose para abrir la puerta que lleva hacia las escaleras.
“Si no tiene fiebre y en su lugar sólo está hambrienta, no creo que su condición empeore repentinamente pronto. Maestro Benno, vamos a subir las escaleras para cambiarnos. Le traeré algo para que ella coma.”
“Claro.”
Después de que los dos desaparecen por la puerta, Lutz trae una silla al lado del sofá. Se sienta sobre ella, frunciendo su ceño, mirando como si él no estuviese satisfecho con mi explicación.
“¿Cómo estás hambrienta a esta hora del día? ¿Qué comiste para el almuerzo?”
“Me lo salté.”
Él inclina la cabeza en asombro. “¿Te saltaste el almuerzo? ¿Por qué?”
“No quería perder mi tiempo leyendo libros. Puedo pasar dos días sin comer si tengo un libro para leer.”
En el instante en que le dije eso, los ojos color jade de Lutz peligrosamente se estrechan, brillando con una cólera fría.
“Así que, Maine,” Lutz dice, con un tono agudo. “¿Desde cuándo sabes eso?”
“¿Huh? ¿Cuando…?”
“Desde que te convertiste en Maine, has estado tratando de hacer libros porque no tienes ninguno, ¿cierto? Así que, ¿cuándo sabías que puedes pasar dos días sin comer si tienes un libro? ¿Estás segura de que eso no era de antes?”
“Ah...”
Cuando dice eso, empiezo a sudar frío. Lutz sabe que no soy la verdadera Maine. Tengo mis recuerdos como Urano. Es exactamente como él dice. Pasar dos días sin comer era algo que hice en mis días como Urano. Desde que mi convertí en la débil y enfermiza Maine, las únicas veces que omití mis comidas fueron cuando me encontraba demasiado enferma para comer. Nunca antes me había saltado una comida por mi propia voluntad.
“Además, cuando dices que utilizaste tu maná, eso significa que conscientemente hiciste que tu fiebre devoradora se moviera, ¿cierto? Cuando estuviste a punto de morir por el Devorador, tu temperatura repentinamente subió realmente alta, y luego bajó tan rápido, ¿cierto? ¿No bastaría básicamente utilizar tu maná para que eso vuelva a pasar?”
“Aunque fue diferente. La dedicatoria succionó mi maná por la fuerza. No es así como suele suceder, donde la fiebre sólo se agita alrededor de mí y no tiene adónde ir”
“Pero la parte donde tu maná se mueve alrededor de ti es la misma, ¿cierto? ¿Entonces, después de poner todo ese estrés sobre tu débil y frágil cuerpo, te saltaste el almuerzo, y luego seguiste vagando? ¡No es de extrañar que colapsaras! ¡Eres tan idiota!,” Él grita.
Lutz repentinamente se desinfla, dejando escapar un suspiro impotente. Él levanta mi brazo y me hace golpearme en el rostro. “Tienes tanto frío, incluso a pesar de que es verano,” él murmura, mirándome como si estuviese a punto de llorar.
“Podrías haber muerto. No me hagas esto. Si sucede algo como esto cada vez que quite mis ojos de ti... mi corazón no podrá soportarlo.”
Quiero extender mi mano para consolarlo, pero las únicas cosas que puedo mover son mis ojos y boca. Es como si mis brazos y piernas hubiesen olvidado por completo cómo moverse.
“Estaba tan feliz de estar en la biblioteca que lo olvidé por completo. Lo siento, Lutz.”
Con lágrimas en sus ojos. Él aprieta mi mano más fuerte, volviéndose aún más enojado.
“¡No lo olvides! ¡Este es tu propio cuerpo, ¿cierto?!”
“¿Qué es todo este ruido?,” Benno dice mientras ingresa a la habitación. “Lutz, le estás gritando a una niña enferma. Baja tu tono un poco.”
Parece que se cambió rápidamente. Él camina hacia nosotros, frunciendo el ceño a Lutz. Lutz salta de la silla para dejarle su sitio a Benno y suelta mi mano. Cuando se hace a un lado, él desahoga sus frustraciones.
“Pero Maestro Benno. Ella realmente estaba tan absorta en la lectura, así que se saltó el almuerzo, y es por eso que ella colapsó. Yo--”
“¡¡Tu completa imbécil!!” Benno me rugió.
“¡¿Gyah?!” Yo chillo.
Benno, quien acaba de decirle a Lutz que no le grite a una niña enferma, me golpea con su voz como un trueno. A pesar de que él está gritando tan fuerte, no puedo escapar. Ni siquiera puedo cubrir mis oídos. Todo lo que puedo hacer es mirar, con lágrimas en mis ojos, mientras él presenta imponente ante mí.
“La razón por la cual las personas con el Devorador crecen tan lentamente es porque el maná absorbe su nutrición. Incluso sabiendo eso, ¿usaste tu maná y luego te saltaste una comida? ¡¿En que estabas pensando?!”
“Yo... yo no sabía eso--”
“¡Eso es un hecho acerca de tu propio cuerpo! ¡Cuídalo lo suficiente como para reunir información básica, idiota!”
“¡S-S-Sí señor!”
Lo que dijo es absolutamente correcto, pero no tengo idea de cómo reunir información acerca del Devorador. Me doy cuenta, sin embargo, que señalarle aquello solo arrojaría combustible al fuego, así que mantengo mi boca cerrada.
“Maine,” Mark dice, entrando en la habitación con una bandeja en la mano, “tu falta de atención es difícilmente un fenómeno nuevo, pero por favor presta más atención a tu propio cuerpo. Maestro Benno, le pediré que también se abstenga de gritarle a una niña tan enferma que ni siquiera puede conseguir sentarse.
Mark, su voz tierna pero sus palabras no me dan ninguna holgura, deja la bandeja de mesa con un ruido sordo, a continuación me ayuda a sentarme.
“Maine, ¿crees que serás capaz de comer algo como esto?”
Parece que pedazos de pan duro han sido empapados en leche, formando una especie de papilla de pan con la cual podrías alimentar a una persona enferma, a la cual se le ha agregado miel. Se ve dulce y deliciosa.
“Lutz,” él continúa, “mientras la ayudo a sentarse, ¿podría ayudarla a alimentarla?”
“Uh, realmente no soy muy bueno en esto, así que probablemente lo derrame sobre esas túnicas.”
Él señala las túnicas azules que estoy vistiendo, una expresión preocupada en su rostro. Debido a que este atuendo es algo que utilizan los nobles, está hecho de un material costoso y de alta calidad. Derramar leche y hacer que se vuelva maloliente podría ser un problema. El otro problema es que estas túnicas son del tipo diseñado para removerse tirándola por sobre la cabeza. Como no puedo moverme en absoluto, sacarlas de encima mientras me mantienen erguida podría ser una tarea enorme.
“Ya veo, esto es un rompecabezas, ¿no?”
“Mark, ve por los pedazos de miel endurecidos. Si nosotros no podemos conseguir que ella se mueva por su cuenta, incluso un poco, quitarle esa túnica va a ser un problema.”
Siguiendo las instrucciones de Benno, Mark trae consigo una pequeña pepita de miel cristalizada. Es dura y puntiaguda, como un konpeito*. Mientras lo envuelvo alrededor de mi boca, lentamente comienza a disolverse, y puedo sentir su dulzura gradualmente extendiéndose a través de mi cuerpo.
<Konpeito. es una especie de caramelo de azúcar dura. Son pequeñas bolas de azúcar con pequeñas protuberancias sobre ellos.>
Realmente parece que saltarme incluso una sola comida me dejó con falta de nutrición. Para cuando ese trozo de miel acabó de disolverse, fui capaz de sentir un poco del calor regresar a mi cuerpo. Unos cuantos más son arrojados a mi boca, y cuando los chupo, Benno toscamente se rasca su cabeza.
“Maine, ¿dijo el Sacerdote Principal algo sobre usar tu maná? ¿Te preguntó si te sentías bien o te dijo que algo así podría suceder...?”
Pienso en lo que él me dijo esta mañana.
“Ummm, él me dijo que solo debería realizar mi dedicatoria siempre y cuando no ejerza presión sobre mi cuerpo. Sin embargo, hizo que mi cuerpo se sintiera ligero y se sintiera muy refrescante, así que no pensé que eso fuese una tensión en absoluto.”
“Ah, ya veo. Pero, desde que has tenido el Devorador toda tu vida, estás acostumbrada a tener tu cuerpo lleno de maná, ¿verdad? ¿Podría ser que cuando algo a lo cual estabas acostumbrada desapareció, causó algún tipo de anormalidad?”
“…Podría tener razón.”
Concentro mi voluntad, aflojando el sello manteniendo mi maná contenido. Lentamente, y cuidadosamente dejo que un poquito del calor fluya por mi cuerpo. Inmediatamente puedo sentir que mis dedos fríos comienzan a calentarse. Después de estar segura de haber llenado todos los lugares que lo necesitaban, sellé firmemente todo de nuevo.
“Parece que tenía razón,” le digo. “Mi cuerpo se está calentando un poco.”
Lutz interviene inmediatamente. “Asegúrate de no exagerar y excitarte tanto que termines colapsando,” él me advierte. Lutz es completamente consciente de que podría acabar haciendo.
“...Creo que estoy bien.”
Ahora que el calor ha vuelto a mis manos, intento apretar y soltar lentamente mi puño. Aun se siente muy rígido, pero al menos se está moviendo como deseo.
Cuando Benno ve esto, pone una mano sobre su pecho, respirando en alivio.
“...Maine, la mayor parte de la información que tengo acerca del Devorador es de oídas. Necesitas preguntarle al Sacerdote Principal acerca del maná. Él es joven, pero es muy astuto para un sacerdote con túnica azul.”
“... ¿Huh? ¿El Sacerdote Principal es alguien joven?”
Parpadeo un par de veces en desconcierto. Benno murmura algo para sí mismo sobre lo difícil que es explicar cuán joven es alguien para una niña como yo.
“¿Parece tener, como, veintidós o veintitrés?,” Benno dice. “Aunque se muestra como alguien inexperto, como si él no hubiese pasado a través de varias cosas, así que incluso podría ser más joven que eso...”
“¡De ninguna manera! ¡Pensé que parecía tener treinta! ¡No creo que él luzca más joven que usted, Señor Benno!”
“Maine,” él me dice, mirándome con una terrorífica intensidad, “esto no es algo que tú podrías decirle a alguien en su cara, ¿no?”
Creo que he golpeado un nervio.
Pero, el Sacerdote Principal es muy tranquilo, tiene una especie de dignidad sobre él, es hábil para dirigir a otros, y tiene el rango de Sacerdote Principal. ¿No tiene todo lo que debería tomar mucho tiempo?
Mientras tarareo pensativamente para mí misma, comienzo a mover mi cuerpo de aquí para allá y me doy la vuelta preparándome para levantarme. Desafortunadamente, debido al hecho que no todo está en perfecto estado de funcionamiento, en el proceso de voltearme me caigo del sofá.
“¡Maine!,” Lutz Grita.
“¿Qué crees que estás haciendo, idiota?,” Benno Grita.
“Estaba pensando que ya era hora de que me levantara...”
Los tres se enojan mucho por eso.
“¡Ni siquiera podías moverte hace un minuto!,” Benno Grita. “¿Sólo cómo pensaste que iba a serlo?”
“Ah,” Mark dice, “tal parece que no puedes quedarte sola ni por un momento.”
“Por favor,” Lutz suplica, “¡quédate quieta!”
Todos parecían aliviados de que me hubiese recuperado un poco, sin embargo ahora su preocupación pareció convertirse en enojo. Se amontonan a mí alrededor mientras estoy tendida en el suelo, su enojo se eleva a partir de ellos como un aura.
“Lutz,” Benno dice, “cada vez que vayas a recoger a Maine al templo, habla con Fran, su asistente, y obtén un informe detallado de él acerca de las actividades del día, si ella utilizó su maná o no, qué comió, etc.”
“Una buena idea,” Mark agrega. “Si sus acciones no son gestionadas de cerca, entonces, ¿quién sabe exactamente podría pasar? Justo como podemos ver claramente.”
Benno golpea su dedo inquietamente contra la mesa, mirándome con irritación. Mark, a primera vista, parece estar sonriendo, pero es una aterradora sonrisa que no llega a sus ojos en absoluto.
No hay ninguna objeción que pueda hacer, por lo que humildemente cuelgo mi cabeza avergonzada.
“No me estás engañando con esa expresión,” Lutz dice, en voz baja.
“¿Huh?”
“Si hay un libro frente a ti, no creo que nadie debajo de ti, ni siquiera tu asistente, pueda conseguir captar tu atención.”
Lutz, quien me conoce mejor que nadie aquí, señala su dedo acusador hacia mí.
“Si, cuando reciba el informe de tu asistente, él me dice que te enojaste con alguien por interrumpirte mientras leías, o que no te aseguraste de comer tu almuerzo... entonces voy a marchar directamente hacia la persona más importante en el templo y haré que te excluyan de la biblioteca.”
¿Cómo puedes hacer algo tan cruel?
...Tal parece que, de alguna manera, gracias a la ayuda de todos, incluso en el templo me veré obligada a vivir una vida saludable.