La Razón por la cual Colapsé
Benno
avanza rápidamente a través del pasillo, cargándome en sus brazos. Estar siendo
cargada como una princesa en donde mi cuerpo está siendo abrazado pero mi cabeza
se encuentra colgando sin cuidado, provoca que cada paso que él da haga que mi
cabeza se sacuda violentamente. Siento que a este ritmo mi cerebro acabará
revuelto. Realmente desearía que él camine con un poco menos de rebote.
Mientras
pienso aquello, escucho detrás de mí los pasos de alguien que nos persigue
frenéticamente.
“Maestro
Benno, ¡por favor espere!”
Esa es la
voz de Fran. La siguiente vez que mi cabeza se sacude, la mayor parte de su
torso y la parte inferior de su barbilla entran en mi campo de visión.
Caminando medio paso detrás de Benno, él vuelve a llamarlo.
“Maestro
Benno--”
“¿Qué quieres?
En caso de que no puedas verlo, tengo prisa.”
No solo
parece que Benno no tenga intención de detenerse, no hay una pizca de cortesía
en su voz mientras le responde con su tono habitual. Esa brusquedad hace que
Fran se estremezca por un momento, entonces toma una respiración profunda,
fortaleciendo su resolución.
“Por favor,
permítame cargar a la Hermana Maine.”
“No. Estoy
apurado.”
“Soy su
asistente. No puedo permitir que un visitante de nuestro templo, como usted,
lleve mi carga.”
Escuchando
que Fran se niega a retroceder ante Benno, mi corazón se agita en suspenso, sin
embargo, Benno deja de caminar bruscamente.
“Ella no
puede moverse, es pequeña y pesada. Absolutamente no la dejes caer.”
“Estoy
completamente enterado.”
Benno se
arrodilla y gentilmente me entrega a Fran. Fran se encarga de asegurarse de que
mi cabeza descansa firmemente contra su hombro, y a continuación se pone de pie
nuevamente. Ahora que él está apoyando adecuadamente mi cabeza, ya no está
siendo sacudida.
“Fran,” le
digo, “eres realmente bueno para cargar gente.”
“Debo
pedirle que se abstenga de hablar innecesariamente,” él responde, su tono es un
poco agudo cargando algo de ira.
“No puedo
mover mi cuerpo, sin embargo, tengo mi cabeza despejada, así que no tienes que
estar tan tenso.”
“... Y, sin
embargo, usted no está prestando atención a su forma de hablar.”
Sus
palabras están teñidas de preocupación. Logré una pequeña sonrisa. Estoy un
poco avergonzada de lo mucho que se preocupa por mí, pero al mismo tiempo,
estoy un poco feliz también.
“Umm,
entonces, cuando Delia y Gil se encuentren cerca, no tendré la oportunidad de
hablar contigo a solas. ¿Puedo preguntarte algo dado que estamos solo nosotros
dos?”
Debido a
que podría haber otros sacerdotes en el pasillo, mantengo mi voz baja para que
solo él pueda escucharla. Fran asiente ligeramente, manteniendo su mirada fija
en el camino hacia adelante.
“Por todos
los medios.”
“Um, aún no
sé nada sobre cómo ser un noble en absoluto, y pienso que realmente te he
estado avergonzando, pero voy a hacer todo lo posible para aprender lo más
rápido que pueda, y yo realmente quiero tu ayuda. Quiero aprender cómo ser útil
para el Padre Ferdinand, y pienso que también quieres ser útil para él,
¿podríamos trabajar juntos en esto?”
Por la manera
en que su brazo se tensa y su manzana de adán se mueve hacia arriba y hacia
abajo, puedo decir que él acaba de tragar saliva debido a la sorpresa.
“Ese es mi
deber, después de todo. ...Debo pedir su perdón por lo anterior. Supuse que las
intenciones del Padre Ferdinand estaban equivocadas, y deje que mi
insatisfacción personal influyera en mi comportamiento.”
“¿Huh? ¿Qué
quieres decir con tu ‘suposición’? ¿No él te explicó nada?”
Estoy atónita.
Si me fue asignado sin ninguna explicación, por supuesto que no estaría
satisfecho. Él era un ayudante al servicio directo del Sacerdote Principal, y
ser asignado repentinamente a una simple sacerdotisa aprendiz--y ni siquiera
noble, sino una plebeya, ante eso--por supuesto, aquello parecería una
degradación.
“El Padre
Ferdinand nunca puede estar seguro de a quién podrían llegar sus palabras, así
que tiende a hablar muy poco para evitar que sus propias palabras sean
utilizadas en su contra. Incluso a pesar de que había limpiado la habitación
durante nuestra reunión, me sorprendió mucho escucharlo hablar tanto.”
“Espera,
no, no, es un gran problema si tus subordinados no saben lo que realmente
quieres. No sabías por qué fuiste asignado a mí, y eso dolió, ¿verdad?”
Honestamente,
no tengo idea cuál será la situación del Sacerdote Principal, por la cual necesita
actuar así, sin embargo, si sigue haciendo que la gente más leal a él se sienta
triste, entonces ciertamente no terminará con muchos aliados.
“Eso es
ciertamente correcto. Mi asignación con usted me hizo sentir como si yo fuese un
asistente tan pobre como Delia o Gil y que el Padre Ferdinand no me necesitaba.”
“¡Eso no es
cierto! No creo ni por un segundo que intentara deshacerse de ti asignándote a
mí.”
Mientras le
susurro, esperando reforzar su lealtad hacia el Sacerdote Principal, al mismo
tiempo, secretamente espero que esto también haga que él me trate un poco
mejor.
“¿Me
pregunto si eso es así?”
Aunque él
lo formuló como si fuese una pregunta, por su tono de voz él rechaza la idea
con firmeza.
“Creo que
él piensa que solo te está prestando a mí. Después de todo, incluso a pesar de
que se supone que soy tu nueva ama, y aunque el Señor Benno, un invitado,
estaba justo en frente de él, él te dio una orden directa, ¿cierto? Él te dijo
que fuese capaz de manejar mi condición antes del otoño. Si fuese un noble
regular, ¿no sería eso extremadamente grosero?”
“...Hm, indudablemente
eso sería tan grosero como ha dicho.”
El atisbo de
una irónica sonrisa tira de sus labios. Justo en ese momento, las puertas de la
entrada del templo se encuentran abiertas para nosotros. Parece que nuestro
carruaje literalmente acaba de llegar unos segundos antes que nosotros. Nuestro
cochero parece asombrado de lo rápido que hemos llegado, con sus ojos saltando por
la sorpresa.
“Fran,
entrégala,” Benno dice, habiendo ya entrado en el carruaje.
Fran dudó
por un momento, entonces me entregó a los brazos extendidos de Benno.
“¿Podría
acompañarla también?,” Él dice, vacilantemente.
“No,” Benno
dice mientras me carga dentro del carruaje. “Si dejas el templo luciendo de esa
manera, tendremos muchas preguntas aburridas.”
Fran
parpadea confundido, mirando su túnica. Parece que nunca imaginó que podría ser
rechazado en función de lo que estaba vistiendo.
“Pero, los
sacerdotes no tenemos ningún otro--”
“Si no te
importa que sean de segunda mano, preparare algo para ti la siguiente ocasión. Ríndete
el día de hoy.”
“Estaría
muy agradecido.”
Después de
agradecerle a Benno, Fran, de pie junto al carruaje, cruza sus manos frente a
su pecho, inclinándose levemente.
“Hermana Maine,
esperaré sinceramente su regreso seguro.”
Eso sonó
cómo lo que un sirviente podría decirle a su amo cuando saliera por la puerta, sin
embargo, sus inesperadas palabras me dejaron en pánico. No tengo idea de cómo
se supone que debería responderle. Aún estoy pensando que el Sacerdote
Principal es el amo de Fran, y que para él soy realmente una maestra bastante
terrible. No pensé que sería alguien a quien él esperaría.
Mientras
forcejeo, Benno se inclina para susurrarme al oído. “‘Te dejaré las cosas en mi ausencia.’ Deberías responder así".
Incluso si
le digo ‘Te dejaré las cosas en mi
ausencia’, ¿qué es lo que le estaría dejando en realidad? El templo no es
mi hogar No tengo una habitación allí. Todavía no tengo ningún lugar allí que
pueda decir que pertenezco. Sería tan fácil rechazar esa respuesta de tal
manera, sin embargo, si Fran me dice que estará esperando por mí, entonces
tengo una sensación vagamente incómoda de que significa que está esperando que
yo, como su maestra, regresare aquí.
Respiro
profundamente, convocando mi voz más magistral.
“Fran, te
dejaré las cosas en mi ausencia.”
En el
carruaje, he sido tendida lánguidamente sobre el asiento, y mi cabeza en el
regazo de Benno. Benno me envolvió en su capa después de remover el broche
dorado, puedo sentir un poco de calor volviendo a mi cuerpo frío. Mientras respiro
aliviada, de repente me doy cuenta exactamente en qué tipo de situación me
encuentro. Fuerzo a retroceder mi grito.
¡¿Qué
demonios?! ¡Estoy totalmente durmiendo en su regazo!
No puedo
creerlo. No solo Benno fue el primer hombre en pasarme una nota secreta, él es
el primer hombre, familia excluida, en cuyo regazo he descansado. No cuenta, ¿no?
No hay romance en este lugar, así que esto no puede contar, ¿verdad?
Desde que
no hay manera de que pueda cambiar el hecho de que todo mi peso está
presionando la pierna de Benno, no tengo otra opción que apretar mis dientes y
soportar esta situación extremadamente embarazosa e incómoda hasta que
lleguemos a la tienda.
En orden de
tratar de alejar mi frenético deseo de alejarme de esta situación tanto como
pueda, le hago una pregunta a Benno, mis palabras salieron quizás demasiado
rápido.
“S... Señor
Benno, ¿los sacerdotes no tienen ropa de calle?”
“Ellos no
la necesitan. No es completamente extraño que no tenga una.”
Él explica
que habitualmente la única vez que un sacerdote deja el templo para ingresar al
resto de la ciudad es para realizar ceremonias. Aunque un sacerdote con túnica
gris no se destacaría tanto como uno con túnica azul, aun así, si uno de ellos vaga
sin rumbo por las calles, atraerá mucha atención no deseada. Además de aquello,
si un sacerdote con túnica gris me estuviese siguiendo específicamente, solo me
haría aún más visible.
“Así que,
entonces, ummm...”
“Silencio,
ahora,” él dice con un tono suave de voz, acariciando suavemente mi cabello.
Sosteniendo
mis frías manos con las suyas, como si estuviese tratando de darme algo de su
calidez. Esto sería exactamente lo que alguien haría si su amada novia
colapsara. Yo obtuve básicamente cero puntos de experiencia en esta habilidad
en particular durante mi vida pasada, por lo que en este punto he dejado el
ámbito de la vergüenza y me he lanzado directamente al desconcierto. No tengo
idea de cómo debería reaccionar ahora.
Incluso si
sus frases son cortantes, si inconscientemente está haciendo este tipo de
cosas, entonces las personas a nuestro alrededor tendrán algunas ideas
realmente raras.
Como si
estuviese leyendo mi mente, Mark habla desde su asiento frente a nosotros, con
ojos tristes.
“Maestro
Benno, Maine no es Liese. Todo está bien.”
“...Lo sé,”
él responde, mirando por la ventana. “Lo sé, así que no digas que está bien.”
Sin
embargo, él no suelta mis manos. Puesto que él está mirando hacia otro lado, no
puedo ver su expresión en absoluto. Sin embargo, sin importar cómo lo esconda,
es fácil ver que esto lo golpeó en un lugar que nunca debería ser golpeado. Supongo
que cuando su amante murió, ella sonrió, diciéndole que todo estaría bien.
No hay nada
que pueda decir, y no puedo reunir fuerza para sostener sus manos grandes y
cálidas de manera tranquilizadora, así que viajamos de esta manera durante un
tiempo hasta que arribamos a la Firma Gilberta.
En el momento
en que el cochero desbloqueó el seguro y abrió la puerta, Mark saltó
directamente hacia fuera, empujando la puerta de la tienda y dando
instrucciones a los empleados que se encontraban adentro. A pesar de que está
claramente apurado, todavía demuestra cada una de las habilidades que podría
hacerlo un espléndido mayordomo. Benno me levanta, aun envuelta en su capa, y
me lleva adentro. Para cuando llegamos a la habitación de atrás, Mark ya había
hecho que los empleados llevaran un sofá para mí.
“Lutz, por
favor, ven a la oficina interna,” Mark lo llama.
Tal parece
que Lutz había estado esperándome aquí, haciendo su trabajo mientras tanto.
Cuando Mark lo llamó con una voz mucho más fuerte que la normal, pude escuchar
el ruido de sus pasos mientras se apresuraba a llegar.
Benno desenvuelve
su capa a mí alrededor y me tiende en el sofá. Mi brazo cae inerte a un lado, sin
embargo él lo levanta y lo apoya sobre mi estómago. Estoy sorprendida de cuan pesado
es mi propio brazo. Luego, él extiende suavemente su capa sobre mí, como una
manta.
“Lutz, Maine
colapsó en el templo.”
Lutz
estudia cuidadosamente mi rostro, sintiendo mi frente, la parte posterior de mi
cuello y mis manos, inclinando su cabeza con perplejidad.
“Su color es
tenue como suele ser cuando ella colapsa, pero no tiene fiebre. Sus manos en
realidad están un poco frías, ¿huh? Simplemente no se puede mover, huh... Nunca
he visto algo como esto. Hey, Maine. ¿Qué hiciste hoy?”
Ante sus
indicaciones, comienzo a repasar los eventos de mi largo—uff largo día.
“Ummm, fui
al templo, tuve mi rito de votos, hice mis oraciones y mis dedicatorias, me
asignaron mis asistentes, el Sacerdote Principal me dio algunas explicaciones,
luego leí las escrituras dentro de la biblioteca hasta que llegaste a recogerme.
Creo que tú y el Señor Benno saben todo lo que ocurrió después eso.”
“¿Qué son las
‘dedicatorias’?”
“Ummm,
poner maná en una herramienta votiva.”
Repentinamente,
mi estómago gruñe, a mitad de mi explicación. Todos dentro de la sala se
vuelven para mirar hacia mi estómago.
Ahora que
pienso en ello, me salté el almuerzo, ¿no? Me olvidé de todo hasta ahora. He
estado demasiado estresada como para recordarlo, sin embargo ahora que pienso
en ello, estoy realmente hambrienta.
“...Oh,
creo que tengo hambre,” le digo.
La tensión
en el aire repentinamente se afloja. Mark sonríe débilmente, volteándose para
abrir la puerta que lleva hacia las escaleras.
“Si no
tiene fiebre y en su lugar sólo está hambrienta, no creo que su condición
empeore repentinamente pronto. Maestro Benno, vamos a subir las escaleras para
cambiarnos. Le traeré algo para que ella coma.”
“Claro.”
Después de
que los dos desaparecen por la puerta, Lutz trae una silla al lado del sofá. Se
sienta sobre ella, frunciendo su ceño, mirando como si él no estuviese
satisfecho con mi explicación.
“¿Cómo
estás hambrienta a esta hora del día? ¿Qué comiste para el almuerzo?”
“Me lo
salté.”
Él inclina
la cabeza en asombro. “¿Te saltaste el almuerzo? ¿Por qué?”
“No quería
perder mi tiempo leyendo libros. Puedo pasar dos días sin comer si tengo un
libro para leer.”
En el
instante en que le dije eso, los ojos color jade de Lutz peligrosamente se
estrechan, brillando con una cólera fría.
“Así que, Maine,”
Lutz dice, con un tono agudo. “¿Desde cuándo sabes eso?”
“¿Huh?
¿Cuando…?”
“Desde que
te convertiste en Maine, has estado tratando de hacer libros porque no tienes
ninguno, ¿cierto? Así que, ¿cuándo sabías que puedes pasar dos días sin comer
si tienes un libro? ¿Estás segura de que eso no era de antes?”
“Ah...”
Cuando dice
eso, empiezo a sudar frío. Lutz sabe que no soy la verdadera Maine. Tengo mis
recuerdos como Urano. Es exactamente como él dice. Pasar dos días sin comer era
algo que hice en mis días como Urano. Desde que mi convertí en la débil y
enfermiza Maine, las únicas veces que omití mis comidas fueron cuando me
encontraba demasiado enferma para comer. Nunca antes me había saltado una
comida por mi propia voluntad.
“Además,
cuando dices que utilizaste tu maná, eso significa que conscientemente hiciste
que tu fiebre devoradora se moviera, ¿cierto? Cuando estuviste a punto de morir
por el Devorador, tu temperatura repentinamente subió realmente alta, y luego
bajó tan rápido, ¿cierto? ¿No bastaría básicamente utilizar tu maná para que eso
vuelva a pasar?”
“Aunque fue
diferente. La dedicatoria succionó mi maná por la fuerza. No es así como suele
suceder, donde la fiebre sólo se agita alrededor de mí y no tiene adónde ir”
“Pero la
parte donde tu maná se mueve alrededor de ti es la misma, ¿cierto? ¿Entonces,
después de poner todo ese estrés sobre tu débil y frágil cuerpo, te saltaste el
almuerzo, y luego seguiste vagando? ¡No es de extrañar que colapsaras! ¡Eres
tan idiota!,” Él grita.
Lutz
repentinamente se desinfla, dejando escapar un suspiro impotente. Él levanta mi
brazo y me hace golpearme en el rostro. “Tienes tanto frío, incluso a pesar de
que es verano,” él murmura, mirándome como si estuviese a punto de llorar.
“Podrías
haber muerto. No me hagas esto. Si sucede algo como esto cada vez que quite mis
ojos de ti... mi corazón no podrá soportarlo.”
Quiero
extender mi mano para consolarlo, pero las únicas cosas que puedo mover son mis
ojos y boca. Es como si mis brazos y piernas hubiesen olvidado por completo
cómo moverse.
“Estaba tan
feliz de estar en la biblioteca que lo olvidé por completo. Lo siento, Lutz.”
Con lágrimas
en sus ojos. Él aprieta mi mano más fuerte, volviéndose aún más enojado.
“¡No lo
olvides! ¡Este es tu propio cuerpo, ¿cierto?!”
“¿Qué es
todo este ruido?,” Benno dice mientras ingresa a la habitación. “Lutz, le estás
gritando a una niña enferma. Baja tu tono un poco.”
Parece que
se cambió rápidamente. Él camina hacia nosotros, frunciendo el ceño a Lutz.
Lutz salta de la silla para dejarle su sitio a Benno y suelta mi mano. Cuando
se hace a un lado, él desahoga sus frustraciones.
“Pero Maestro
Benno. Ella realmente estaba tan absorta en la lectura, así que se saltó el
almuerzo, y es por eso que ella colapsó. Yo--”
“¡¡Tu
completa imbécil!!” Benno me rugió.
“¡¿Gyah?!” Yo
chillo.
Benno, quien
acaba de decirle a Lutz que no le grite a una niña enferma, me golpea con su
voz como un trueno. A pesar de que él está gritando tan fuerte, no puedo
escapar. Ni siquiera puedo cubrir mis oídos. Todo lo que puedo hacer es mirar,
con lágrimas en mis ojos, mientras él presenta imponente ante mí.
“La razón
por la cual las personas con el Devorador
crecen tan lentamente es porque el maná absorbe su nutrición. Incluso sabiendo
eso, ¿usaste tu maná y luego te saltaste una comida? ¡¿En que estabas
pensando?!”
“Yo... yo
no sabía eso--”
“¡Eso es un
hecho acerca de tu propio cuerpo! ¡Cuídalo lo suficiente como para reunir
información básica, idiota!”
“¡S-S-Sí
señor!”
Lo que dijo
es absolutamente correcto, pero no tengo idea de cómo reunir información acerca
del Devorador. Me doy cuenta, sin
embargo, que señalarle aquello solo arrojaría combustible al fuego, así que
mantengo mi boca cerrada.
“Maine,” Mark
dice, entrando en la habitación con una bandeja en la mano, “tu falta de
atención es difícilmente un fenómeno nuevo, pero por favor presta más atención
a tu propio cuerpo. Maestro Benno, le pediré que también se abstenga de
gritarle a una niña tan enferma que ni siquiera puede conseguir sentarse.
Mark, su
voz tierna pero sus palabras no me dan ninguna holgura, deja la bandeja de mesa
con un ruido sordo, a continuación me ayuda a sentarme.
“Maine,
¿crees que serás capaz de comer algo como esto?”
Parece que
pedazos de pan duro han sido empapados en leche, formando una especie de
papilla de pan con la cual podrías alimentar a una persona enferma, a la cual
se le ha agregado miel. Se ve dulce y deliciosa.
“Lutz,” él
continúa, “mientras la ayudo a sentarse, ¿podría ayudarla a alimentarla?”
“Uh,
realmente no soy muy bueno en esto, así que probablemente lo derrame sobre esas
túnicas.”
Él señala
las túnicas azules que estoy vistiendo, una expresión preocupada en su rostro.
Debido a que este atuendo es algo que utilizan los nobles, está hecho de un
material costoso y de alta calidad. Derramar leche y hacer que se vuelva
maloliente podría ser un problema. El otro problema es que estas túnicas son
del tipo diseñado para removerse tirándola por sobre la cabeza. Como no puedo
moverme en absoluto, sacarlas de encima mientras me mantienen erguida podría
ser una tarea enorme.
“Ya veo,
esto es un rompecabezas, ¿no?”
“Mark, ve
por los pedazos de miel endurecidos. Si nosotros no podemos conseguir que ella se
mueva por su cuenta, incluso un poco, quitarle esa túnica va a ser un
problema.”
Siguiendo
las instrucciones de Benno, Mark trae consigo una pequeña pepita de miel
cristalizada. Es dura y puntiaguda, como un konpeito*.
Mientras lo envuelvo alrededor de mi boca, lentamente comienza a disolverse, y
puedo sentir su dulzura gradualmente extendiéndose a través de mi cuerpo.
<Konpeito.
es una especie de caramelo de azúcar dura. Son pequeñas bolas de azúcar con
pequeñas protuberancias sobre ellos.>
Realmente
parece que saltarme incluso una sola comida me dejó con falta de nutrición.
Para cuando ese trozo de miel acabó de disolverse, fui capaz de sentir un poco
del calor regresar a mi cuerpo. Unos cuantos más son arrojados a mi boca, y
cuando los chupo, Benno toscamente se rasca su cabeza.
“Maine,
¿dijo el Sacerdote Principal algo sobre usar tu maná? ¿Te preguntó si te
sentías bien o te dijo que algo así podría suceder...?”
Pienso en
lo que él me dijo esta mañana.
“Ummm, él
me dijo que solo debería realizar mi dedicatoria siempre y cuando no ejerza
presión sobre mi cuerpo. Sin embargo, hizo que mi cuerpo se sintiera ligero y
se sintiera muy refrescante, así que no pensé que eso fuese una tensión en
absoluto.”
“Ah, ya
veo. Pero, desde que has tenido el Devorador
toda tu vida, estás acostumbrada a tener tu cuerpo lleno de maná, ¿verdad?
¿Podría ser que cuando algo a lo cual estabas acostumbrada desapareció, causó
algún tipo de anormalidad?”
“…Podría
tener razón.”
Concentro
mi voluntad, aflojando el sello manteniendo mi maná contenido. Lentamente, y cuidadosamente
dejo que un poquito del calor fluya por mi cuerpo. Inmediatamente puedo sentir
que mis dedos fríos comienzan a calentarse. Después de estar segura de haber
llenado todos los lugares que lo necesitaban, sellé firmemente todo de nuevo.
“Parece que
tenía razón,” le digo. “Mi cuerpo se está calentando un poco.”
Lutz
interviene inmediatamente. “Asegúrate de no exagerar y excitarte tanto que termines
colapsando,” él me advierte. Lutz es completamente consciente de que podría acabar
haciendo.
“...Creo
que estoy bien.”
Ahora que
el calor ha vuelto a mis manos, intento apretar y soltar lentamente mi puño. Aun
se siente muy rígido, pero al menos se está moviendo como deseo.
Cuando
Benno ve esto, pone una mano sobre su pecho, respirando en alivio.
“...Maine,
la mayor parte de la información que tengo acerca del Devorador es de oídas. Necesitas preguntarle al Sacerdote Principal
acerca del maná. Él es joven, pero es muy astuto para un sacerdote con túnica
azul.”
“... ¿Huh?
¿El Sacerdote Principal es alguien joven?”
Parpadeo un
par de veces en desconcierto. Benno murmura algo para sí mismo sobre lo difícil
que es explicar cuán joven es alguien para una niña como yo.
“¿Parece
tener, como, veintidós o veintitrés?,” Benno dice. “Aunque se muestra como alguien
inexperto, como si él no hubiese pasado a través de varias cosas, así que
incluso podría ser más joven que eso...”
“¡De
ninguna manera! ¡Pensé que parecía tener treinta! ¡No creo que él luzca más
joven que usted, Señor Benno!”
“Maine,” él
me dice, mirándome con una terrorífica intensidad, “esto no es algo que tú
podrías decirle a alguien en su cara, ¿no?”
Creo que he
golpeado un nervio.
Pero, el Sacerdote
Principal es muy tranquilo, tiene una especie de dignidad sobre él, es hábil
para dirigir a otros, y tiene el rango de Sacerdote Principal. ¿No tiene todo
lo que debería tomar mucho tiempo?
Mientras
tarareo pensativamente para mí misma, comienzo a mover mi cuerpo de aquí para
allá y me doy la vuelta preparándome para levantarme. Desafortunadamente, debido
al hecho que no todo está en perfecto estado de funcionamiento, en el proceso
de voltearme me caigo del sofá.
“¡Maine!,” Lutz
Grita.
“¿Qué crees
que estás haciendo, idiota?,” Benno Grita.
“Estaba
pensando que ya era hora de que me levantara...”
Los tres se
enojan mucho por eso.
“¡Ni
siquiera podías moverte hace un minuto!,” Benno Grita. “¿Sólo cómo pensaste que
iba a serlo?”
“Ah,” Mark dice,
“tal parece que no puedes quedarte sola ni por un momento.”
“Por favor,”
Lutz suplica, “¡quédate quieta!”
Todos parecían
aliviados de que me hubiese recuperado un poco, sin embargo ahora su
preocupación pareció convertirse en enojo. Se amontonan a mí alrededor mientras
estoy tendida en el suelo, su enojo se eleva a partir de ellos como un aura.
“Lutz,” Benno
dice, “cada vez que vayas a recoger a Maine al templo, habla con Fran, su
asistente, y obtén un informe detallado de él acerca de las actividades del
día, si ella utilizó su maná o no, qué comió, etc.”
“Una buena
idea,” Mark agrega. “Si sus acciones no son gestionadas de cerca, entonces,
¿quién sabe exactamente podría pasar? Justo como podemos ver claramente.”
Benno
golpea su dedo inquietamente contra la mesa, mirándome con irritación. Mark, a
primera vista, parece estar sonriendo, pero es una aterradora sonrisa que no
llega a sus ojos en absoluto.
No hay ninguna
objeción que pueda hacer, por lo que humildemente cuelgo mi cabeza avergonzada.
“No me estás
engañando con esa expresión,” Lutz dice, en voz baja.
“¿Huh?”
“Si hay un
libro frente a ti, no creo que nadie debajo de ti, ni siquiera tu asistente,
pueda conseguir captar tu atención.”
Lutz, quien
me conoce mejor que nadie aquí, señala su dedo acusador hacia mí.
“Si, cuando
reciba el informe de tu asistente, él me dice que te enojaste con alguien por
interrumpirte mientras leías, o que no te aseguraste de comer tu almuerzo...
entonces voy a marchar directamente hacia la persona más importante en el
templo y haré que te excluyan de la biblioteca.”
¿Cómo
puedes hacer algo tan cruel?
...Tal parece
que, de alguna manera, gracias a la ayuda de todos, incluso en el templo me
veré obligada a vivir una vida saludable.