Capítulo 221. La Retribución de la Diosa
[¡Gaaaaaahh!]
El rostro de Celldio se torció en agonía. Sus dedos
habían sido quemados quedando ennegrecidos, y su mano se encuentra llena de
agujeros porque había cubierto mi mango con púas con veneno.
A pesar de eso, mi ira aún no ha disminuido. Aún no ha
sufrido lo suficiente como para compensar el hecho de que intentó convertir a
Fran en una de sus concubinas.
Incluso podrían haberla llevado por la fuerza si Fran hubiese
sido tan débil como el día en que nos conocimos.
Imaginarlo forzándola me volvió suficientemente loco
como para hacerlo pedazos.
Una vez más cambié mi forma para poder dañarlo aún más.
[¡Hggiiiiiiihhhh!]
Hice que las púas que provenían de mi empuñadura
crecieran y comenzaran a retorcerse como una criatura viviente mientras
serpenteaban por su brazo. Me aseguré de retraer a medias las púas mientras se
movían antes de clavarlas en él una y otra vez.
[¡Aarrghghghghghgh!]
El dolor le hizo perder el control de su cuerpo cuando
comenzó a sufrir un espasmo. Los miembros de su grupo intentaron curarlo, pero
no fueron capaces de ayudarlo.
Para mi sorpresa, los sirvientes de Celldio realmente
hablaban en serio acerca de tratar de salvarlo. No es necesario decir que ellos
trataron de evitar tocarme, pero no fueron particularmente inflexibles con ese
hecho.
De cualquier manera, sentí una gran sensación de
gratificación mientras lo veía gotear lágrimas, mocos y otros fluidos
corporales.
Realmente quería averiguar el tipo exacto de castigo
que la Diosa administraría, pero el vizconde no estaba realmente mostrando
ningún signo de querer realmente equiparme. Estaba un poco cansado de dejar que
me sostuviese, así que comencé a pensar si debería usar mi Catapulta Telekinesis
para acabar con él.
[Mierda... ¡Mierda...!]
[¿Qué hay sobre intentar
equiparla?]
Decidí darle una última oportunidad y comencé a
coaccionarlo con Telepatía. Esperaba que él aceptara lo que le dije o tomara
los pensamientos que le había trasmitido como un producto de su imaginación.
Naturalmente, iba a cortarlo rápidamente si elegía hacer
lo último.
[Haa... Haahh... ¡Es verdad! ¡No he intentado equipar
esta maldita cosa!]
Perfecto.
[¡Arrrrghhhhhhhhhhhh!]
Celldio soltó un aullido de dolor puro que envió
escalofríos por las espinas dorsales de las personas a nuestro alrededor en el
momento en que trató de equiparme. Fue del tipo que se hace eco hasta las
profundidades del alma.
Verlo girar los ojos hacia el cielo mientras
continuaba gritando era tan extraño que hizo que tanto sus sirvientes como los
aventureros a nuestro alrededor se congelaran en el lugar.
La escena persistió durante varios segundos antes de
que la persona misma que lo causó finalmente rompiera el silencio.
[¡P-Por favor, no! ¡Por favor perdóname!
¡Argghghgahghgahh!]
Flujos de sangre brotaron de los ojos, las orejas y la
boca de Celldio en el momento en que soltó su último grito.
Y entonces se desplomó. Sus rodillas se doblaron
cuando estas cedieron causando que su propio cuerpo colapsase.
[...]
El ruido sordo de su caída de frente fue el último
sonido que precedió a un silencio tan pesado que solo podría describirse como
doloroso.
[Nn. No calificado.]
El único individuo que permaneció capaz de moverse fue
Fran. Caminó hacia el cadáver de Celldio, limpió mi empuñadura y me recogió.
Solo entonces la multitud finalmente regresó a la
vida. La gente que nos rodea comenzó a gritar de pánico. No podría culparlos.
Celldio era alguien que a nadie le gustaba, y tampoco era demasiado fuerte,
pero, no obstante, él había sido un Aventurero Rango A. En otras palabras, las
personas que nos rodean habían presenciado como un Rango A encontraba una
muerte instantánea.
Tengo que decir que la retribución de la Diosa difiere
bastante de lo que había estado esperando. Mi suposición era que ella lo
golpearía con un rayo que surgiría de la nada, desde que el castigo que sufrirían
las personas que no sabían que yo me encuentro atado era supuestamente algo así
similar a una descarga eléctrica. La visión de la muerte de Celldio pareció
ilustrar que el castigo relacionado con la muerte hace algo en el interior de
la cabeza del objetivo.
[¿C-Cómo te atreves? ¡¿Cómo te atreves a asesinar a
Milord?!]
[Consejo dado ignorado. Se suicidó.]
[¡¿Q-Qué clase de excusa es esa?! Si sabías que eso podría
suceder, entonces ¡¿por qué no insististe en que se detenga?!]
El hombre que se acercó a Fran era quien había cargado
el escudo. Parece un caballero, y honestamente, probablemente lo sea. Si
tuviese que adivinar, diría que probablemente él sirvió a los padres de
Celldio.
[Quemado, envenenado, muerto. Claramente estafador,
ladrón, villano.]
[¡¿Cómo te atreves?! ¡Tus palabras equivalen a
insultar el honor de su familia, la familia del marqués!]
[Solo digo la verdad.]
[¡Pequeña de mierda!」
El caballero portando un escudo bajó una mano buscando
su espada como si estuviese señalando que él quería luchar contra nosotros. Sin
embargo, fue detenido antes de que pudiera sacarla.
[Es suficiente. Todos aquí han visto claramente que
fue culpa del vizconde y no de esta chica. Tendré que intervenir y detenerte si
desea culparla más.]
[¿E-Estás ciego, Colberto? ¡El Maestro Celldio fue un Aventurero
Rango A, además de un Vizconde!]
[Sus acciones son claramente como traición contra el
estado y el gremio del aventurero.]
[Bueno, no sé exactamente lo que viste, pero solo fui
testigo de que un estafador obtuvo lo que se merecía después de intentar
extorsionarla por su arma.]
[Qué demonios estás di--]
[¿De verdad seguirán manteniendo esa fachada incluso
después de correr hasta Ulmutt con la cola entre las piernas? Incluso yo podría
ir tan lejos como para decir que ustedes probablemente estuvieron incitando al
vizconde en primer lugar.]
[¡Basta de tu estúpida oratoria! ¡No puedes negar que
esa chica asesinó a Milord!]
[Eso simplemente no es verdad. Él murió porque fue
afligido por la maldición de esta espada. Ella se lo advirtió, y él la ignoró,
así que toda la culpa recae sobre él, y él solo obtuvo lo que se merecía. ¿Ustedes
son incapaz de comprender la increíble cantidad de personas que sirven como testigos
de los eventos que acaban de desarrollarse?]
Todos los aventureros que nos estaban rodeando inmediatamente
comenzaron a mirar a los miembros del grupo de Celldio. No parecían estar
dispuestos a retroceder, así que lo devolvieron esas miradas provocando que el entorno
se convirtiera en una competencia de miradas.
Un pesado estado de ánimo comenzó a propagarse por
toda el área.
[Seguro que están montando todo un escándalo. ¿Paso
algo?]
Dias habló mientras salía del gremio. Tal parece que
toda la conmoción había causado suficiente ruido como para llegar a sus oídos.
El primero en responder a la pregunta de Dias fue el
caballero portador del escudo.
[¡M-Maestro del Gremio! Milord fue asesinado por sus
manos. ¡Inmediatamente administre la pena capital!]
[Huh, vaya boca que tienes para ser Rango B. Dime, ¿estás
tratando de darme órdenes?]
[¡¿Q-Qué...?! ¿¡Me estás tomando el pelo!? ¿Quieres
negarte? ¡Es un caso de asesinato, el cual involucra la muerte de uno de los posibles
sucesores del Marques Ashtonah! ¡Obedecer mis órdenes no debería ser nada menos
que tu deber, aventurero!]
Normalmente los nobles son considerandos como una
clase más alta que los miembros del personal del gremio, por lo tanto parecía
que el caballero había esperado que Dias cumpliera con su orden.
Pero no lo hizo. El viejo Maestro del Gremio en cambio
le respondió con una risa desdeñosa.
[Si bien no fui testigo del evento, me enteré
exactamente de lo que sucedió. Déjame preguntarte algo. ¿De quién creen que fue
la culpa de todo esto? Realmente me gustaría que reflexionen sobre esa
afirmación, la digieran y se calle. ¿Sus padres no les dijeron que todos los
ladrones comienzan siendo mentirosos?]
[¿M-Me… me estás llamando mentiroso?]
[Si. Sin embargo, supongo que una pequeña investigación
ciertamente está en curso ya que no vi el evento de primera mano.]
Los seguidores de Celldio parecieron interpretar las
palabras de Dias como una ventana, ya que inmediatamente comenzaron a apelar y
tratar de convencerlo de que Fran engañó a Celldio para asesinarlo.
Confiaba en Dias, sin embargo, no tenía la certeza de poder
decir que no tomaría el lado de la casa del marqués. Él es un Maestro de Gremio,
miembro de una organización más grande la cual finalmente tiene que realizar este
tipo de decisiones de vez en cuando. Por ello, me armé de valor preparándome para
luchar mientras esperaba su respuesta.
[Supongo que tendré que investigar un poco más para
descubrir la verdad. Colberto, Forrund, ¿podrían llevarlos al calabozo por el
momento?]
[Por supuesto.]
[Considérelo hecho.]
Forrund apareció repentinamente detrás del grupo de
Celldio y provocó que las tres personas restantes abrieran sus ojos con miedo.
Parecía que lo que fuese que les había hecho les había dejado algunas
cicatrices mentales bastante profundas.
[Asegúrense de despojarlos de su equipo, esposarlos y
amordazarlos. Sean tan estrictos como sea necesario, tengan en cuenta que ellos
son testigos y sospechosos del asesinato de un vizconde.]
[¿Q-Qué? ¡Tienes que estar bromeando! Deténganse,
¡deténganse de inmediato!]
[¿Por qué estás dejando libre a esa mocosa? ¡Por lo
menos deberías hacer lo mismo con ella!]
[¡Sí, no es justo!]
[No se preocupen, ella también está bajo arresto. Sin
embargo, la llevaré a mi oficina en lugar de a la mazmorra debido a que la veré
primero.]
Dias había vinculado sus brazos con Fran. Ella bo se
molestó en resistirse, y en cambio, simplemente habló una línea con su habitual
tono de voz.
[Oh no. Fui capturada.]
[¿Ves? La tengo detenida.]
Los miembros del grupo de Celldio una vez más
comenzaron a armar un escándalo en el momento en que vieron que eso sucedía,
pero no fueron capaces de influenciar a Dias de ninguna manera.
[¡E-Es irrazonable! Cómo pueden tratarnos así--]
[¿Irrazonable? ¿Acabo de decir que están detenidos
como testigos y como sospechosos? ¿Por qué sería razonable para mí dejar fuera
de mi alcance a alguno de esos dos tipos de individuos?]
[¡Maldito plebeyo! ¡¿Te atreves a actuar de tal manera
solo porque te las arreglaste para conseguir un puesto medio decente?! ¡Te
arrepentirás de esto! ¡Me aseguraré de eso!]
[¡E-Es verdad! ¡El marqués te hará pagar por esto!]
[¡Pagarás por esto!]
Forrund se llevó a los tres mientras continuaban
gritando.
[¿Piensas que me hará pagar? Hah, gracioso. No sé por
qué cree que saldrán vivos del calabozo.]
Dias murmuró algo increíblemente siniestro en voz baja
antes de volverse hacia Fran y sonreír de la manera habitual mientras halaba su
brazo.
[Está bien, ¿qué tal si me das un resumen rápido de
todo lo que acaba de pasar?]
[Entiendo.]
[Ah, sí, y realmente no tienes que preocuparte por
nada, ya que todos aquí presenciaron lo que acaba de pasar, ¿cierto?]
Los aventureros que nos rodean respondieron inmediatamente
a Dias.
[Demonios sí. Claro que sabemos qué pasó.]
[No sé tú, pero ver morir a Celldio me alegró el día]
[¡No te preocupes, testificaré que fueron ellos y no
tú!]
Sus respuestas casi parecían semejantes a los vítores
con los que nos habían bañado en la arena.
[Hahaha, parece que eres tan popular como sugiere tu
apodo. Sin embargo, no debería ser sorprendente desde que las personas siempre
aman a una aventurera fuerte, joven y linda. Sabes, probablemente sería derrocado
si te hubiese encerrado con los miembros del grupo de Celldio]