martes, 19 de febrero de 2019

Honzuki no Gekokujou 95


Dípticos y Karuta.

Dejamos el taller de metales y nos dirigimos a un taller de carpintería. Ambos están a lo largo de la calle de los artesanos, por lo que están muy cerca uno del otro. Después de pasar junto a otros tres talleres, Benno abre una puerta tallada con el diseño de un par de sierras cruzadas frente a un gran árbol, luego entra, cargándome consigo.
“Soy Benno de la Compañía Gilberta,” dice, “¿se encuentra el capataz?”
“Lo siento, señor,” un joven aprendiz le dice, “pero él no está aquí en este momento... un momento, ¡¿Maine?!”
“¡Oh, Zeke!” Le digo. “¿Aquí es donde trabajas?”
Hay una cara familiar en este lugar: Zeke, el segundo hermano mayor de Lutz. Él mira hacia arriba, viéndome ser cargada en los brazos de Benno, y cuando nuestros ojos se encuentran, su mandíbula cae al suelo.

“… ¿Lo conoces?” Benno me pregunta.
“Es el hermano mayor de Lutz,” le contesto.
Benno me baja, y solo entonces Lutz entra en el campo de visión de Zeke también. Lo escucho murmurar “... ese es Lutz, ¿entonces?” Para sí mismo.
Desde que Lutz va a cambiarse de ropa en la habitación que está pidiendo prestada en la Compañía Gilberta, esta debe ser la primera vez que Zeke lo ha visto vestido con la ropa de aprendizaje y su cabello bien arreglado. Cuando Lutz se encuentra en el trabajo, no se parece en nada a cómo cuando se encuentra vistiendo ropa de calle con su canasta en la espalda mientras se prepara para ir al bosque.
“¿Eh, el hermano de Lutz?,” Benno comenta afablemente. Él mira a Zeke. “Me gustaría hacer un pedido, ¿está bien?”
“¿Po…podrías esperar un poco? Llamaré al asistente.”
Zeke corre al interior de la tienda, nervioso. Poco después, un hombre delgado sale.
“Por aquí, Señor Benno,” el hombre dice. “Bienvenido. ¿Qué desea hacer esta vez?”
“¿Lutz?,” Benno responde.
“Sí, señor,” Lutz dice. “Esto, por favor.”
Lutz saca el díptico que había sido hecho para Fran y lo pone sobre la mesa. Benno lo señala, describiendo su orden.
“Quiero que hagas tablillas para una de estas, del mismo tamaño que esta. En la parte frontal, me gustaría que talle la cresta de mi tienda, y en la parte posterior también me gustaría que graben mi nombre.”
El asistente hace uso de una cinta métrica y toma varias medidas, anotándolas en una tablilla de madera mientras lo hace. Mientras él discute los detalles--qué tipo de madera deberían utilizar, la forma de su cresta, la ortografía de su nombre, el estilo de las letras, etc.--con Benno, Zeke regresa, quizás debido a su curiosidad por Lutz.
“Hey Zeke,” le digo, “¿también puedo pedir algo?”
“¿Quieres algo? …Seguro, ¿creo?”
“Quiero un montón de tablillas delgadas y duras. Necesito que todas sean exactamente del mismo tamaño, tan grande...”
Cuando le indico que deberían ser tan grandes como mi mano, Zeke apresuradamente va a agarrar una cinta métrica. Averiguamos exactamente qué tan altas y anchas deben ser, así también como qué tan gruesas.
“Por favor, haz setenta de ellas,” le digo.
“¡¿Setenta?! ¿Para qué necesitas setenta?”
“Heh heh~, estoy haciendo ‘karuta’ para las treinta y cinco cartas básicas,” le respondo.
<Karuta. Son naipes japoneses. En todo tipo de variedades, pero la variedad relevante aquí es el Iroha Karuta, que es un juego de combinaciones en el cual uno combina una letra del alfabeto con una palabra que comienza con dicha letra.>
Gil y Delia, mis aprendices asistentes, no pueden leer. Puesto que se supone que los asistentes deben ser capaces de ayudar con documentos oficiales y tomar dictados para cartas, como Fran lo hace, el hecho de poder leer y escribir es una habilidad esencial.
Si solo Fran es quien recibe un regalo, entonces puedo imaginar que Gil definitivamente se va a molestar por eso. Cuando empecé a pensar en algo que podría darle, tuve la idea de encontrar una forma divertida para que él aprendiera las letras. Si pudiera hacer un karuta con tablillas de madera, entonces él sería capaz de estudiar junto con los niños en el orfanato. Leer y escribir son parte de las cosas que se verán obligados a saber cuándo crezcan, así que creo que podría ser mejor que lo aprendieran de una manera divertida mientras aún son jóvenes.
“¿‘Karuta’? Estás haciendo algo raro otra vez ¿cierto?”
“Sí. Así es. ¿Cuándo crees que habrás terminado?”
“Hmm, solo se trata de cortar tablas del mismo tamaño, así que...”
“No es sólo cortar. Necesito que tanto la parte delantera como la trasera sean lisas, por lo que necesitas lijarlas completamente.”
“¿Cómo esas horquillas?”
Asiento vigorosamente, y Zeke se rasca su cabeza. Lijar a cada una de ellas una por una va a llevarle bastante tiempo, pero las tablillas para karuta no son algo que deba hacerse apresuradamente.
“Tomará alrededor de diez días para que las otras cosas que ordené sean terminadas,” le digo, “por lo que sería genial si pudieras hacerlas para ese entonces.”
“Oh, ese es un montón de tiempo,” responde.
“¿Qué hay del doble de lo que pagué la última vez?”
“Deberías preguntarle al asistente sobre eso. Realmente no entiendo cómo funcionan los precios.”
Mientras dice eso, el asistente se vuelve repentinamente a mirarnos, como si él hubiese terminado hace mucho tiempo su conversación con Benno y hubiese estado escuchando nuestra conversación.
“¿Qué quiso decir con ‘la última vez’?”
“Hice que Zeke me ayudara a hacer horquillas como parte de nuestro trabajo de invierno del año pasado,” le respondo. “Pagué una moneda mediana de cobre por cada una.”
“Así que, está ofreciendo dos monedas por cada una está vez, ¿cierto? ...Si le pidiese que lo hiciera como individuo, aquello podría estar bien, pero está haciendo un pedido a un taller. Así que, eso no es suficiente.”
A pesar de su amplia sonrisa, no tengo ninguna intención de permitirle subir el precio. Sé cuánto cuesta la madera desde cuando estaba elaborando papel, y también sé cuánto se le paga normalmente a los artesanos.
Lutz, junto a mí, parece que sentirse exactamente igual que yo. Él mira al asistente, sus ojos son bastante agudos.
“Asumiendo, señor, que su taller cobre una tarifa de gestión del treinta por ciento, si uno tuviese en cuenta los precios de la madera y la mano de obra, entonces creo que lo que Maine está proponiendo es una cantidad bastante generosa. Por favor, tenga en cuenta que no será un pedido para una sola tablilla, sino que para setenta de ellas.”
Su sonrisa me recuerda mucho a Mark. Es una sonrisa que indica que ‘Estás intentando aprovecharte de lo que parece ser una niña no bautizada, ¿no?’ El ayudante frunce el ceño.
“¡Lutz! ¡¿Qué estás haciendo?!” Zeke le grita, como si ya él estuviera acostumbrado a hacerlo en casa.
“Mi trabajo,” Lutz le responde, sin siquiera apartar su vista del asistente.
Justo como Benno y Mark deben haberle inculcado, Lutz negocia con confianza con el asistente. Es realmente evidente cuánto ha crecido desde el año pasado, donde no podía leer nada más que los números en las etiquetas de precios en el mercado de la ciudad y estaba entusiasmado por finalmente haber aprendido cómo escribir su nombre.
“Zeke,” le digo, “Lutz está en medio de las negociaciones con el asistente. Tú acabas de decir que realmente no entiendes cómo funcionan los precios, ¿cierto?”
Cuando lo detengo, Zeke mira inquietamente entre Lutz y yo, con una expresión de preocupación coloreando su rostro.
“Maine... pero, Lutz, él...”
“Él ha estado trabajando muy duro en su aprendizaje para comerciante. Al igual que has estado trabajando realmente duro para aprender todas las habilidades que necesitas para ser un buen artesano, Lutz ha estado trabajando realmente duro para aprender todo el conocimiento y las habilidades que él necesita para ser un buen comerciante.”
En este mundo, donde la única forma con la cual el conocimiento se transfiere entre las personas es verbalmente, es extremadamente anómalo que alguien tenga éxito en una profesión que no sea el oficio familiar que sus padres les enseñaron. Supongo que, dado que la familia de Lutz únicamente ha mostrado desprecio por su deseo de convertirse en un comerciante, esta podría ser la primera vez que alguien de su familia lo ha visto en el trabajo. Zeke está mostrando una expresión complicada, aunque parece que quiere decir algo, no puede determinar cómo hacerlo.
“Zeke, ¿podrías quizás reconocer, aunque sea un poco, que ha estado trabajando duro?”“...”
Como resultado de sus negociaciones con el asistente, Lutz consiguió bajar el precio al que yo había sugerido inicialmente. Benno, quien había visto los frutos de los estudios de Lutz con una amplia sonrisa, me levanta con un brazo y, revuelve el cabello de Lutz con su otro brazo, sale de la tienda.
Por encima del hombro de Benno, veo a Zeke fruncir su ceño severamente cuando nos marchamos.
 
◇◇◇

Diez días después, tanto los estiletes como las tablillas que se convertirán en mi karuta se terminaron. Por supuesto, las tablillas para el díptico de Benno que él había pedido también se encontraban hechas. Benno, muy entusiasmado, trajo su díptico lujosamente elaborado al vendedor de cera y lo hizo llenar para terminarlo.
“Ahora bien, Maine,” Benno me dice. “¿Cómo usas esto?”
Después de regresar a la Compañía Gilberta, Benno saca su díptico con entusiasmo. Lutz mira el suyo con gran interés.
“Esto es algo que podemos utilizar para tomar notas mientras nos encontramos fuera de casa. Haciendo uso del estilete que se encuentra en este anillo de aquí, puede escribir en la parte cerosa de aquí. Desde que está dimensionado para poder sostener un lado de él con una mano, y como es una superficie sólida, es mucho más fácil escribir en él que en un papel, ¿no? Y su mayor atractivo es que no necesita que alguien a su lado sostenga un tintero mientras escribe.”
Benno escribe inmediatamente su nombre en el centro del díptico que está sosteniendo. El estilete graba las líneas en la cera a medida que viaja a través de ella, dejando trazas blancas a lo largo de la superficie.
“... Ya veo, la cera captura lo que escribes.”
“Así es,” le digo. “Y cuando usted lo cierre, las palabras no se borrarán como lo hacen cuando está trabajando con una pizarra. Sin embargo, esta es una herramienta solo para tomar notas, por lo tanto, cuando llegue a casa, necesita transferir lo que ha escrito en papel o en una pizarra para guardarlo. Una vez que haya terminado de copiar las cosas, utilice la parte plana del estilete para así suavizar la cera, permitiéndole reutilizarla... probablemente.”
No es como si hubiese hecho algo así anteriormente. Sólo leí sobre esto en un libro. Es algo que había leído acerca de cómo los recaudadores de impuestos solían utilizarlos en los viejos tiempos para poder tomar notas mientras todavía montaban sus caballos.
“Incluso si la cera se vuelve vieja y escamosa, simplemente podría rasparla y rellenarla con cera fresca. ... ¿Usted cree que esto es algo que podríamos hacer un producto?”
Benno pasa sus dedos por el grabado de la cresta de su tienda y su nombre. “...Es algo que comerciantes o nobles, que saben cómo leer y escribir, usarían. Considerando el nivel de la clientela, nosotros necesitaríamos asegurar un taller de carpintería que tenga experiencia en el grabado para así poder agregar adornos a los marcos como este. Pero poder escribir las cosas inmediatamente, sin necesidad de tinta, es muy conveniente.”
“¿Piensa que vendería?”
“Creo que se venderá a los comerciantes, pero no estoy muy seguro sobre la nobleza. Al fin y al cabo, ellos tienen asistentes, así que suelen tener plumas y tinta a mano. ...Sin embargo, a sus asistentes les podría resultar útil.”
“Estoy de acuerdo. Se me ocurrió la idea mientras estaba observando a Fran. Además, si vamos a venderlos para que los asistentes los utilicen, entonces no necesitarían estar tan adornados, lo cual mantendría bajo su costo.”
“Muy bien entonces, compraré los derechos.”
Le vendé los derechos a Benno en su totalidad. Desde que hay que hacer cosas como los estiletes, el Taller de Maine actualmente no podría fabricar los dípticos. Además, ahora lo que quiero es dinero real frente a mí.
“Por cierto, Maine, ¿qué estás haciendo con esas tablillas?”
Él señala mi bolsa, donde un montón de tablillas están sacudiéndose libremente. En este mundo, no existen bolsas gratuitas proporcionadas como parte de tu compra. Si piensas comprar algo, necesitas traer tu propia bolsa de compras reutilizable. Cuando termine de hacer esas tarjetas, probablemente sería una buena idea pedirle a mi padre que haga una caja para que así sean fáciles de guardar.
“Estas serán un ‘karuta’,” le contesto. “Aún no están terminadas. El siguiente paso será que yo dibuje sobre ellas.”
“¿Dibujar sobre ellas?”
“La mitad de estas tarjetas serán de cara, donde escribiré una de las letras del alfabeto y dibujaré algo que comience con esa letra. Por ejemplo…”
Abro mi propio díptico. En un lado, realizo un dibujo y en el otro invento una oración sobre ese dibujo en el acto. Para la tarjeta frontal, escribo una E mayúscula y hago el dibujo de un estilete, y para la tarjeta del texto escribo “Estilete. Algo que se usa para escribir en un díptico.
Cuando se lo muestro a Benno, él me mira fijamente, extremadamente perplejo.
“¿Tú... vas… a dibujar todo tú misma?”
“¿Ese es mi plan...?”
No puedo dejarle esto a alguien que no sepa nada sobre el karuta. Y estoy planeando ser quien termine el regalo de Gil para él. Cuando digo eso orgullosamente, Lutz se ve muy preocupado.
“Maine, deja que alguien más lo haga. Especialmente las imágenes. Yo... no tengo idea de lo que se supone que es eso. Gil quedará perplejo si se lo das así.”
“Eres buena con las letras,” Benno agrega, “pero tus habilidades de dibujo son bastante malas.”
Su despiadada evaluación hace que mi aliento se atasque en mi garganta. No pienso que sea particularmente terrible en el dibujo. Al menos, en mis días en Urano, nadie me dijo que era mala en eso.
“...Y-Yo, ¡no soy mala dibujando! Por supuesto, es un poco caricaturesco, así que puedo ver a partir de dónde viene, ¡pero esto es vanguardista! El mundo se pondrá al corriente con mi estética en poco tiempo, ¡así que está bien!”
“No tengo idea de lo que está diciendo,” Benno dice, “pero debes enfrentar los hechos. Deja los dibujos a otra persona. ¿Lo entiendes?”
...Y-Yo, no soy mala dibujando.

◇◇◇

No estuve completamente convencida de que lo que me dijeron fuese cierto, por lo que al día siguiente, en mi habitación en el templo, les pedí su opinión a mis asistentes.
“...Aunque eso fue lo que el Maestro Benno dijo al respecto,” les digo, terminando mi explicación.
Delia observa el dibujo en mi díptico con los ojos muy abiertos. “Como dijo el Maestro Benno, es bastante horrendo, ¿no? ¿No ha visto un cuadro antes?”
“Ella tuvo que haber visto todos los que están en los pasillos cuando va a la oficina del Sacerdote Principal, ¿verdad?,” Gil responde. “Creo que ella es mala dibujando.”
Sus palabras penetran profundamente en mi corazón. Me dirijo a Fran, pero él frunce su ceño con amargura, desviando un poco su mirada.
“...Sin duda es un estilo muy singular,” él me dice.
Las salas de adoración, las puertas y los pasillos del templo están cubiertos de esculturas y pinturas religiosas, y los oficios de los sacerdotes vestidos de azul están llenos de todo tipo de obras de arte. Mis asistentes, que crecieron en el templo y no han visto nada más que hermosas pinturas en el interior, son especialmente duros con su crítica. Parece que ellos no estarán satisfechos a menos que sean realistas y exquisitamente detallados.
“Hermana Maine, ¿quizás usted podría confiarle las pinturas a Wilma?,” Fran Sugiere. “Ella recibió algo de entrenamiento en los aspectos básicos de la pintura gracias a una sacerdotisa con túnica azul hace algún tiempo.”
“¿Huh? ¿Entrenamiento básico? ¿Los asistentes pueden hacer cosas como esas también?
“...Para cumplir los deseos de nuestros maestros, los asistentes debemos ser capaces de hacer muchas cosas.”
Fran explica que, después del bautismo de un huérfano, este se convierte en un aprendiz de sacerdote vestido de gris, ayudando en el trabajo subordinado de limpiar los salones de adoración y los pasillos, lavar la ropa, etc. Los asistentes juzgan a esos aprendices considerando su seriedad e inteligencia, y seleccionan a algunos niños entre ellos para que se conviertan en asistentes aprendices.
Cuando se convierten en asistentes aprendices, pasan de vivir en el orfanato a vivir en el área de los nobles. Si bien en gran parte continúan haciendo el mismo trabajo que antes, también tienen todo el conocimiento que necesitarán para ser atenderlos en sus cráneos.
“Y como tal,” Fran concluye, “mientras que los modales y la etiqueta necesarios para recibir adecuadamente a los invitados son necesarios que todos los asistentes aprendan, cada sacerdote o sacerdotisa puede aprender cosas vastamente diferentes.”
“Básicamente,” Delia agrega, “justo como hay sacerdotisas aprendices que aprenden a ofrecer flores, hay sacerdotes aprendices que estudian matemáticas.”
“Ah, hah,” digo pensativamente cuando terminan su explicación, luego me dirijo a Gil. Al final, probablemente es mejor escuchar lo que la persona que recibe el presente tiene que decir.
“Gil, ¿qué te parece? ¿Debería pedirle a Wilma que haga los dibujos?”
“¿Huh? ¿Yo? ¿Por qué yo?” Él me dice.
Él parece completamente desconcertado de que le esté preguntando, así que le explico la razón por la cual se lo entrego como recompensa.
“...Todos los días, tu metiste comida en el orfanato para todos los niños pequeños, ¿no? Fuiste quien trabajó más duro por el bien de esos niños, así que esta es tu recompensa.”
“Una recompensa, ¿huh? Hmmm...”
Después de decir eso, Gil se queda en silencio. Sin embargo, por alguna razón, a medida que pasa el tiempo, su rostro se está volviendo cada vez más rojo hasta que finalmente cubre su rostro con sus manos. “No puedo. No puedo decirlo,” murmura. ”Es demasiado vergonzoso.” Él gimotea y gime, caminando en círculos en el lugar.
Me pregunto, ¿quizás él posee algún tipo de sentimiento divertido hacia Wilma? ¿O simplemente podría avergonzarse de pedirle ayuda? De todas maneras, mientras espero pacientemente a que él termine sus extrañas deliberaciones, él repentinamente levanta la vista, como si hubiese tomado una decisión trascendental.
“... ¡O bien, muy bien! Si no tiene tiempo de hacerlo usted misma, puede preguntarle a Wilma. ...yo, yo solo quiero que haga la escritura. Su letra, es bastante bonita, eso, um... ¡aaaargh!”
Él sale corriendo de la habitación, volando por las escaleras, la vergüenza claramente fue demasiado para él pudiese manejarla. Momentos después, escucho el fuerte golpe de una puerta que se cerró de golpe. Supongo que él se ha encerrado en su habitación y actualmente tiembla debido a su vergüenza.
“... Hermana Maine,” Fran dice, “¿qué hará?”
“Gil no está acostumbrado ser alabado. Pensé que era adorable cómo, incluso a pesar de su timidez, trató tan desesperadamente de elogiar mi letra, así que creo que haré todo lo posible para escribir las tarjetas de texto.”
“Muy bien,” responde, obviamente conteniendo su sonrisa, “entonces le pediré ayuda a Wilma con la parte frontal de las tarjetas.”
Y así, terminamos decidiendo que dejaría dibujar la parte frontal de las tarjetas a Wilma. Fran, sintiendo un punto de pausa en la conversación, gira para irse y regresar al trabajo, así que, lo llamo a toda prisa.
Fran, espera un momento. Esto es para ti."
“… ¿Para mí?”
Le muestro el díptico que había hecho para él. El tamaño es diferente, desde que está escalado para que se ajuste fácilmente a su mano, pero coincide con el mío.
“Tú eres quien tiene más trabajo, ¿no? Solo tengo un asistente en el completo sentido de la palabra, pero acepté la dirección del orfanato. Coordinar todo debe ser terriblemente difícil. Has estado trabajando muy duro y estoy realmente, realmente agradecida. Me gustaría recompensar tus esfuerzos.”
Le explico cómo utilizar el díptico. Luego, cuando le digo que tuve la idea cuando lo vi tener problemas en la puerta del templo el otro día, sonríe encantado y sus parpados se contraen.
“Para tener una idea y luego convertirla en un producto real... Hermana Maine, me esforzaré por aprender a manejar perfectamente su condición física, para poder cumplir con sus expectativas.”
“Nada podría complacerme más,” le contesto.
Cuando Fran me quita su díptico con suavidad, noto que Delia lo ha estado mirando con envidia. Ella es tan fácil de leer como siempre.
“Esto es para ti, Delia,” le digo, metiendo mi mano en mi bolso. “Aunque no has ido al orfanato, cuando Gil no está aquí, tú trabajas duro, sola, limpiando el primer piso, y cuando Fran no se encuentra, trabajas duro para recibir a mis visitantes, y me gustaría reconocer eso.”
“¿Qué es esto?”
“Esto es una pizarra y un lápiz de pizarra. Por favor, úsalos para practicar tu escritura. Después de todo, un asistente debería poder escribir cartas dictadas por su maestro, ¿o no debería?”
Escribo el nombre de Delia en la pizarra y entonces se la entrego. Sus ojos se aferran intensamente sobre la escritura. Pensé que podría haber una posibilidad de que ella, a diferencia de Gil, ya supiera algo del alfabeto, pero ahora me pregunto si nadie le había enseñado algo de lectura mientras ella se encontraba con el Maestro del Templo.
“Este es tu nombre,” le digo. “Es lo primero que deberías aprender para poder escribir. ¿Está bien?”
Después de un tiempo, Gil finalmente se calma lo suficiente como para dejar su habitación, y también le entrego una pizarra. Inmediatamente, él y Delia comienzan a competir por sus estudios. Entonces, para asegurarme de que estoy proporcionando el mejor ejemplo que aprender, presto una atención meticulosa a medida que empiezo a escribir cada una de las letras en el Karuta. Para las tarjetas de texto, elijo cosas que serían fáciles para que Wilma, quien había sido criada dentro del templo, dibujara, como pasajes de las escrituras o imágenes de los dioses.
Cuando Benno ve el producto terminado, con mis escritos y los dibujos de Wilma, quiso comprarme los derechos inmediatamente, pero creo que quiero que el Taller de Maine quien las elabore, por el bien de esos niños. Benno, en última instancia, aún consiguió el monopolio sobre ellas, pero como el taller las hará, y como puedo cobrar una tarifa por tener la idea, negocio un contrato donde obtendré el treinta por ciento de las ganancias. Ahora, gracias a esto, cuando el Karuta comience a vender, comenzaré a ver un poco de ingresos.
Yo, después de conseguir asegurar mis finanzas, dejo escapar un gran suspiro de alivio, pensando en las cosas por venir. Me pregunto, ¿si se venderían otros juguetes educativos u otros tipos de entretenimiento?