Dípticos y Karuta.
Dejamos el
taller de metales y nos dirigimos a un taller de carpintería. Ambos están a lo
largo de la calle de los artesanos, por lo que están muy cerca uno del otro.
Después de pasar junto a otros tres talleres, Benno abre una puerta tallada con
el diseño de un par de sierras cruzadas frente a un gran árbol, luego entra,
cargándome consigo.
“Soy Benno
de la Compañía Gilberta,” dice, “¿se encuentra el capataz?”
“Lo siento,
señor,” un joven aprendiz le dice, “pero él no está aquí en este momento... un
momento, ¡¿Maine?!”
“¡Oh, Zeke!”
Le digo. “¿Aquí es donde trabajas?”
Hay una
cara familiar en este lugar: Zeke, el segundo hermano mayor de Lutz. Él mira
hacia arriba, viéndome ser cargada en los brazos de Benno, y cuando nuestros
ojos se encuentran, su mandíbula cae al suelo.
“… ¿Lo
conoces?” Benno me pregunta.
“Es el hermano
mayor de Lutz,” le contesto.
Benno me
baja, y solo entonces Lutz entra en el campo de visión de Zeke también. Lo
escucho murmurar “... ese es Lutz, ¿entonces?” Para sí mismo.
Desde que
Lutz va a cambiarse de ropa en la habitación que está pidiendo prestada en la
Compañía Gilberta, esta debe ser la primera vez que Zeke lo ha visto vestido
con la ropa de aprendizaje y su cabello bien arreglado. Cuando Lutz se
encuentra en el trabajo, no se parece en nada a cómo cuando se encuentra vistiendo
ropa de calle con su canasta en la espalda mientras se prepara para ir al
bosque.
“¿Eh, el
hermano de Lutz?,” Benno comenta afablemente. Él mira a Zeke. “Me gustaría
hacer un pedido, ¿está bien?”
“¿Po…podrías
esperar un poco? Llamaré al asistente.”
Zeke corre
al interior de la tienda, nervioso. Poco después, un hombre delgado sale.
“Por aquí,
Señor Benno,” el hombre dice. “Bienvenido. ¿Qué desea hacer esta vez?”
“¿Lutz?,” Benno
responde.
“Sí, señor,”
Lutz dice. “Esto, por favor.”
Lutz saca
el díptico que había sido hecho para
Fran y lo pone sobre la mesa. Benno lo señala, describiendo su orden.
“Quiero que
hagas tablillas para una de estas, del mismo tamaño que esta. En la parte frontal,
me gustaría que talle la cresta de mi tienda, y en la parte posterior también
me gustaría que graben mi nombre.”
El
asistente hace uso de una cinta métrica y toma varias medidas, anotándolas en
una tablilla de madera mientras lo hace. Mientras él discute los detalles--qué
tipo de madera deberían utilizar, la forma de su cresta, la ortografía de su
nombre, el estilo de las letras, etc.--con Benno, Zeke regresa, quizás debido a
su curiosidad por Lutz.
“Hey Zeke,”
le digo, “¿también puedo pedir algo?”
“¿Quieres
algo? …Seguro, ¿creo?”
“Quiero un
montón de tablillas delgadas y duras. Necesito que todas sean exactamente del
mismo tamaño, tan grande...”
Cuando le indico
que deberían ser tan grandes como mi mano, Zeke apresuradamente va a agarrar
una cinta métrica. Averiguamos exactamente qué tan altas y anchas deben ser,
así también como qué tan gruesas.
“Por favor,
haz setenta de ellas,” le digo.
“¡¿Setenta?!
¿Para qué necesitas setenta?”
“Heh heh~,
estoy haciendo ‘karuta’ para las
treinta y cinco cartas básicas,” le respondo.
<Karuta.
Son naipes japoneses. En todo tipo de variedades, pero la variedad relevante
aquí es el Iroha Karuta, que es un juego de combinaciones en el cual uno
combina una letra del alfabeto con una palabra que comienza con dicha
letra.>
Gil y
Delia, mis aprendices asistentes, no pueden leer. Puesto que se supone que los
asistentes deben ser capaces de ayudar con documentos oficiales y tomar
dictados para cartas, como Fran lo hace, el hecho de poder leer y escribir es
una habilidad esencial.
Si solo Fran
es quien recibe un regalo, entonces puedo imaginar que Gil definitivamente se
va a molestar por eso. Cuando empecé a pensar en algo que podría darle, tuve la
idea de encontrar una forma divertida para que él aprendiera las letras. Si
pudiera hacer un karuta con tablillas
de madera, entonces él sería capaz de estudiar junto con los niños en el
orfanato. Leer y escribir son parte de las cosas que se verán obligados a saber
cuándo crezcan, así que creo que podría ser mejor que lo aprendieran de una
manera divertida mientras aún son jóvenes.
“¿‘Karuta’? Estás haciendo algo raro otra
vez ¿cierto?”
“Sí. Así es.
¿Cuándo crees que habrás terminado?”
“Hmm, solo
se trata de cortar tablas del mismo tamaño, así que...”
“No es sólo
cortar. Necesito que tanto la parte delantera como la trasera sean lisas, por
lo que necesitas lijarlas completamente.”
“¿Cómo esas
horquillas?”
Asiento
vigorosamente, y Zeke se rasca su cabeza. Lijar a cada una de ellas una por una
va a llevarle bastante tiempo, pero las tablillas para karuta no son algo que
deba hacerse apresuradamente.
“Tomará
alrededor de diez días para que las otras cosas que ordené sean terminadas,” le
digo, “por lo que sería genial si pudieras hacerlas para ese entonces.”
“Oh, ese es
un montón de tiempo,” responde.
“¿Qué hay del
doble de lo que pagué la última vez?”
“Deberías
preguntarle al asistente sobre eso. Realmente no entiendo cómo funcionan los
precios.”
Mientras
dice eso, el asistente se vuelve repentinamente a mirarnos, como si él hubiese
terminado hace mucho tiempo su conversación con Benno y hubiese estado
escuchando nuestra conversación.
“¿Qué quiso
decir con ‘la última vez’?”
“Hice que
Zeke me ayudara a hacer horquillas como parte de nuestro trabajo de invierno del
año pasado,” le respondo. “Pagué una moneda mediana de cobre por cada una.”
“Así que,
está ofreciendo dos monedas por cada una está vez, ¿cierto? ...Si le pidiese
que lo hiciera como individuo, aquello podría estar bien, pero está haciendo un
pedido a un taller. Así que, eso no es suficiente.”
A pesar de su
amplia sonrisa, no tengo ninguna intención de permitirle subir el precio. Sé
cuánto cuesta la madera desde cuando estaba elaborando papel, y también sé
cuánto se le paga normalmente a los artesanos.
Lutz, junto
a mí, parece que sentirse exactamente igual que yo. Él mira al asistente, sus
ojos son bastante agudos.
“Asumiendo,
señor, que su taller cobre una tarifa de gestión del treinta por ciento, si uno
tuviese en cuenta los precios de la madera y la mano de obra, entonces creo que
lo que Maine está proponiendo es una cantidad bastante generosa. Por favor,
tenga en cuenta que no será un pedido para una sola tablilla, sino que para
setenta de ellas.”
Su sonrisa
me recuerda mucho a Mark. Es una sonrisa que indica que ‘Estás intentando aprovecharte de lo que parece ser una niña no
bautizada, ¿no?’ El ayudante frunce el ceño.
“¡Lutz!
¡¿Qué estás haciendo?!” Zeke le grita, como si ya él estuviera acostumbrado a
hacerlo en casa.
“Mi trabajo,”
Lutz le responde, sin siquiera apartar su vista del asistente.
Justo como
Benno y Mark deben haberle inculcado, Lutz negocia con confianza con el
asistente. Es realmente evidente cuánto ha crecido desde el año pasado, donde
no podía leer nada más que los números en las etiquetas de precios en el
mercado de la ciudad y estaba entusiasmado por finalmente haber aprendido cómo
escribir su nombre.
“Zeke,” le
digo, “Lutz está en medio de las negociaciones con el asistente. Tú acabas de
decir que realmente no entiendes cómo funcionan los precios, ¿cierto?”
Cuando lo
detengo, Zeke mira inquietamente entre Lutz y yo, con una expresión de
preocupación coloreando su rostro.
“Maine...
pero, Lutz, él...”
“Él ha
estado trabajando muy duro en su aprendizaje para comerciante. Al igual que has
estado trabajando realmente duro para aprender todas las habilidades que
necesitas para ser un buen artesano, Lutz ha estado trabajando realmente duro
para aprender todo el conocimiento y las habilidades que él necesita para ser
un buen comerciante.”
En este
mundo, donde la única forma con la cual el conocimiento se transfiere entre las
personas es verbalmente, es extremadamente anómalo que alguien tenga éxito en
una profesión que no sea el oficio familiar que sus padres les enseñaron.
Supongo que, dado que la familia de Lutz únicamente ha mostrado desprecio por
su deseo de convertirse en un comerciante, esta podría ser la primera vez que
alguien de su familia lo ha visto en el trabajo. Zeke está mostrando una
expresión complicada, aunque parece que quiere decir algo, no puede determinar
cómo hacerlo.
“Zeke, ¿podrías
quizás reconocer, aunque sea un poco, que ha estado trabajando duro?”“...”
Como
resultado de sus negociaciones con el asistente, Lutz consiguió bajar el precio
al que yo había sugerido inicialmente. Benno, quien había visto los frutos de
los estudios de Lutz con una amplia sonrisa, me levanta con un brazo y, revuelve
el cabello de Lutz con su otro brazo, sale de la tienda.
Por encima
del hombro de Benno, veo a Zeke fruncir su ceño severamente cuando nos marchamos.
◇◇◇
Diez días
después, tanto los estiletes como las tablillas que se convertirán en mi karuta se terminaron. Por supuesto, las
tablillas para el díptico de Benno
que él había pedido también se encontraban hechas. Benno, muy entusiasmado,
trajo su díptico lujosamente
elaborado al vendedor de cera y lo hizo llenar para terminarlo.
“Ahora
bien, Maine,” Benno me dice. “¿Cómo usas esto?”
Después de
regresar a la Compañía Gilberta, Benno saca su díptico con entusiasmo. Lutz
mira el suyo con gran interés.
“Esto es algo
que podemos utilizar para tomar notas mientras nos encontramos fuera de casa. Haciendo
uso del estilete que se encuentra en este anillo de aquí, puede escribir en la
parte cerosa de aquí. Desde que está dimensionado para poder sostener un lado
de él con una mano, y como es una superficie sólida, es mucho más fácil
escribir en él que en un papel, ¿no? Y su mayor atractivo es que no necesita
que alguien a su lado sostenga un tintero mientras escribe.”
Benno
escribe inmediatamente su nombre en el centro del díptico que está sosteniendo.
El estilete graba las líneas en la cera a medida que viaja a través de ella,
dejando trazas blancas a lo largo de la superficie.
“... Ya
veo, la cera captura lo que escribes.”
“Así es,”
le digo. “Y cuando usted lo cierre, las palabras no se borrarán como lo hacen
cuando está trabajando con una pizarra. Sin embargo, esta es una herramienta solo
para tomar notas, por lo tanto, cuando llegue a casa, necesita transferir lo
que ha escrito en papel o en una pizarra para guardarlo. Una vez que haya
terminado de copiar las cosas, utilice la parte plana del estilete para así suavizar
la cera, permitiéndole reutilizarla... probablemente.”
No es como
si hubiese hecho algo así anteriormente. Sólo leí sobre esto en un libro. Es
algo que había leído acerca de cómo los recaudadores de impuestos solían utilizarlos
en los viejos tiempos para poder tomar notas mientras todavía montaban sus
caballos.
“Incluso si
la cera se vuelve vieja y escamosa, simplemente podría rasparla y rellenarla
con cera fresca. ... ¿Usted cree que esto es algo que podríamos hacer un
producto?”
Benno pasa sus
dedos por el grabado de la cresta de su tienda y su nombre. “...Es algo que
comerciantes o nobles, que saben cómo leer y escribir, usarían. Considerando el
nivel de la clientela, nosotros necesitaríamos asegurar un taller de
carpintería que tenga experiencia en el grabado para así poder agregar adornos a
los marcos como este. Pero poder escribir las cosas inmediatamente, sin
necesidad de tinta, es muy conveniente.”
“¿Piensa
que vendería?”
“Creo que
se venderá a los comerciantes, pero no estoy muy seguro sobre la nobleza. Al
fin y al cabo, ellos tienen asistentes, así que suelen tener plumas y tinta a
mano. ...Sin embargo, a sus asistentes les podría resultar útil.”
“Estoy de
acuerdo. Se me ocurrió la idea mientras estaba observando a Fran. Además, si
vamos a venderlos para que los asistentes los utilicen, entonces no necesitarían
estar tan adornados, lo cual mantendría bajo su costo.”
“Muy bien entonces,
compraré los derechos.”
Le vendé
los derechos a Benno en su totalidad. Desde que hay que hacer cosas como los
estiletes, el Taller de Maine actualmente no podría fabricar los dípticos.
Además, ahora lo que quiero es dinero real frente a mí.
“Por
cierto, Maine, ¿qué estás haciendo con esas tablillas?”
Él señala
mi bolsa, donde un montón de tablillas están sacudiéndose libremente. En este
mundo, no existen bolsas gratuitas proporcionadas como parte de tu compra. Si piensas
comprar algo, necesitas traer tu propia bolsa de compras reutilizable. Cuando
termine de hacer esas tarjetas, probablemente sería una buena idea pedirle a mi
padre que haga una caja para que así sean fáciles de guardar.
“Estas
serán un ‘karuta’,” le contesto. “Aún
no están terminadas. El siguiente paso será que yo dibuje sobre ellas.”
“¿Dibujar
sobre ellas?”
“La mitad
de estas tarjetas serán de cara, donde escribiré una de las letras del alfabeto
y dibujaré algo que comience con esa letra. Por ejemplo…”
Abro mi
propio díptico. En un lado, realizo
un dibujo y en el otro invento una oración sobre ese dibujo en el acto. Para la
tarjeta frontal, escribo una E mayúscula y hago el dibujo de un estilete, y
para la tarjeta del texto escribo “Estilete.
Algo que se usa para escribir en un díptico.”
Cuando se
lo muestro a Benno, él me mira fijamente, extremadamente perplejo.
“¿Tú... vas…
a dibujar todo tú misma?”
“¿Ese es mi
plan...?”
No puedo
dejarle esto a alguien que no sepa nada sobre el karuta. Y estoy planeando ser quien
termine el regalo de Gil para él. Cuando digo eso orgullosamente, Lutz se ve
muy preocupado.
“Maine,
deja que alguien más lo haga. Especialmente las imágenes. Yo... no tengo idea
de lo que se supone que es eso. Gil quedará perplejo si se lo das así.”
“Eres buena
con las letras,” Benno agrega, “pero tus habilidades de dibujo son bastante
malas.”
Su despiadada
evaluación hace que mi aliento se atasque en mi garganta. No pienso que sea
particularmente terrible en el dibujo. Al menos, en mis días en Urano, nadie me
dijo que era mala en eso.
“...Y-Yo, ¡no
soy mala dibujando! Por supuesto, es un poco caricaturesco, así que puedo ver a
partir de dónde viene, ¡pero esto es vanguardista! El mundo se pondrá al corriente
con mi estética en poco tiempo, ¡así que está bien!”
“No tengo
idea de lo que está diciendo,” Benno dice, “pero debes enfrentar los hechos.
Deja los dibujos a otra persona. ¿Lo entiendes?”
...Y-Yo, no
soy mala dibujando.
◇◇◇
No estuve
completamente convencida de que lo que me dijeron fuese cierto, por lo que al
día siguiente, en mi habitación en el templo, les pedí su opinión a mis
asistentes.
“...Aunque
eso fue lo que el Maestro Benno dijo al respecto,” les digo, terminando mi
explicación.
Delia observa
el dibujo en mi díptico con los ojos
muy abiertos. “Como dijo el Maestro Benno, es bastante horrendo, ¿no? ¿No ha
visto un cuadro antes?”
“Ella tuvo
que haber visto todos los que están en los pasillos cuando va a la oficina del Sacerdote
Principal, ¿verdad?,” Gil responde. “Creo que ella es mala dibujando.”
Sus
palabras penetran profundamente en mi corazón. Me dirijo a Fran, pero él frunce
su ceño con amargura, desviando un poco su mirada.
“...Sin
duda es un estilo muy singular,” él me dice.
Las salas
de adoración, las puertas y los pasillos del templo están cubiertos de
esculturas y pinturas religiosas, y los oficios de los sacerdotes vestidos de
azul están llenos de todo tipo de obras de arte. Mis asistentes, que crecieron
en el templo y no han visto nada más que hermosas pinturas en el interior, son
especialmente duros con su crítica. Parece que ellos no estarán satisfechos a
menos que sean realistas y exquisitamente detallados.
“Hermana Maine,
¿quizás usted podría confiarle las pinturas a Wilma?,” Fran Sugiere. “Ella
recibió algo de entrenamiento en los aspectos básicos de la pintura gracias a
una sacerdotisa con túnica azul hace algún tiempo.”
“¿Huh?
¿Entrenamiento básico? ¿Los asistentes pueden hacer cosas como esas también?
“...Para
cumplir los deseos de nuestros maestros, los asistentes debemos ser capaces de
hacer muchas cosas.”
Fran explica
que, después del bautismo de un huérfano, este se convierte en un aprendiz de
sacerdote vestido de gris, ayudando en el trabajo subordinado de limpiar los salones
de adoración y los pasillos, lavar la ropa, etc. Los asistentes juzgan a esos
aprendices considerando su seriedad e inteligencia, y seleccionan a algunos
niños entre ellos para que se conviertan en asistentes aprendices.
Cuando se
convierten en asistentes aprendices, pasan de vivir en el orfanato a vivir en
el área de los nobles. Si bien en gran parte continúan haciendo el mismo
trabajo que antes, también tienen todo el conocimiento que necesitarán para ser
atenderlos en sus cráneos.
“Y como
tal,” Fran concluye, “mientras que los modales y la etiqueta necesarios para
recibir adecuadamente a los invitados son necesarios que todos los asistentes
aprendan, cada sacerdote o sacerdotisa puede aprender cosas vastamente
diferentes.”
“Básicamente,”
Delia agrega, “justo como hay sacerdotisas aprendices que aprenden a ofrecer
flores, hay sacerdotes aprendices que estudian matemáticas.”
“Ah, hah,”
digo pensativamente cuando terminan su explicación, luego me dirijo a Gil. Al
final, probablemente es mejor escuchar lo que la persona que recibe el presente
tiene que decir.
“Gil, ¿qué
te parece? ¿Debería pedirle a Wilma que haga los dibujos?”
“¿Huh? ¿Yo?
¿Por qué yo?” Él me dice.
Él parece
completamente desconcertado de que le esté preguntando, así que le explico la
razón por la cual se lo entrego como recompensa.
“...Todos
los días, tu metiste comida en el orfanato para todos los niños pequeños, ¿no? Fuiste
quien trabajó más duro por el bien de esos niños, así que esta es tu
recompensa.”
“Una
recompensa, ¿huh? Hmmm...”
Después de
decir eso, Gil se queda en silencio. Sin embargo, por alguna razón, a medida
que pasa el tiempo, su rostro se está volviendo cada vez más rojo hasta que
finalmente cubre su rostro con sus manos. “No puedo. No puedo decirlo,”
murmura. ”Es demasiado vergonzoso.” Él gimotea y gime, caminando en círculos en
el lugar.
Me
pregunto, ¿quizás él posee algún tipo de sentimiento divertido hacia Wilma? ¿O
simplemente podría avergonzarse de pedirle ayuda? De todas maneras, mientras
espero pacientemente a que él termine sus extrañas deliberaciones, él repentinamente
levanta la vista, como si hubiese tomado una decisión trascendental.
“... ¡O
bien, muy bien! Si no tiene tiempo de hacerlo usted misma, puede preguntarle a
Wilma. ...yo, yo solo quiero que haga la escritura. Su letra, es bastante
bonita, eso, um... ¡aaaargh!”
Él sale
corriendo de la habitación, volando por las escaleras, la vergüenza claramente fue
demasiado para él pudiese manejarla. Momentos después, escucho el fuerte golpe
de una puerta que se cerró de golpe. Supongo que él se ha encerrado en su habitación
y actualmente tiembla debido a su vergüenza.
“...
Hermana Maine,” Fran dice, “¿qué hará?”
“Gil no
está acostumbrado ser alabado. Pensé que era adorable cómo, incluso a pesar de
su timidez, trató tan desesperadamente de elogiar mi letra, así que creo que
haré todo lo posible para escribir las tarjetas de texto.”
“Muy bien,”
responde, obviamente conteniendo su sonrisa, “entonces le pediré ayuda a Wilma
con la parte frontal de las tarjetas.”
Y así,
terminamos decidiendo que dejaría dibujar la parte frontal de las tarjetas a
Wilma. Fran, sintiendo un punto de pausa en la conversación, gira para irse y regresar
al trabajo, así que, lo llamo a toda prisa.
Fran,
espera un momento. Esto es para ti."
“… ¿Para
mí?”
Le muestro
el díptico que había hecho para él. El tamaño es diferente, desde que está
escalado para que se ajuste fácilmente a su mano, pero coincide con el mío.
“Tú eres quien
tiene más trabajo, ¿no? Solo tengo un asistente en el completo sentido de la
palabra, pero acepté la dirección del orfanato. Coordinar todo debe ser
terriblemente difícil. Has estado trabajando muy duro y estoy realmente, realmente
agradecida. Me gustaría recompensar tus esfuerzos.”
Le explico
cómo utilizar el díptico. Luego,
cuando le digo que tuve la idea cuando lo vi tener problemas en la puerta del
templo el otro día, sonríe encantado y sus parpados se contraen.
“Para tener
una idea y luego convertirla en un producto real... Hermana Maine, me esforzaré
por aprender a manejar perfectamente su condición física, para poder cumplir
con sus expectativas.”
“Nada podría
complacerme más,” le contesto.
Cuando Fran
me quita su díptico con suavidad,
noto que Delia lo ha estado mirando con envidia. Ella es tan fácil de leer como
siempre.
“Esto es
para ti, Delia,” le digo, metiendo mi mano en mi bolso. “Aunque no has ido al
orfanato, cuando Gil no está aquí, tú trabajas duro, sola, limpiando el primer
piso, y cuando Fran no se encuentra, trabajas duro para recibir a mis
visitantes, y me gustaría reconocer eso.”
“¿Qué es
esto?”
“Esto es
una pizarra y un lápiz de pizarra. Por favor, úsalos para practicar tu
escritura. Después de todo, un asistente debería poder escribir cartas dictadas
por su maestro, ¿o no debería?”
Escribo el
nombre de Delia en la pizarra y entonces se la entrego. Sus ojos se aferran
intensamente sobre la escritura. Pensé que podría haber una posibilidad de que
ella, a diferencia de Gil, ya supiera algo del alfabeto, pero ahora me pregunto
si nadie le había enseñado algo de lectura mientras ella se encontraba con el Maestro
del Templo.
“Este es tu
nombre,” le digo. “Es lo primero que deberías aprender para poder escribir. ¿Está
bien?”
Después de
un tiempo, Gil finalmente se calma lo suficiente como para dejar su habitación,
y también le entrego una pizarra. Inmediatamente, él y Delia comienzan a
competir por sus estudios. Entonces, para asegurarme de que estoy
proporcionando el mejor ejemplo que aprender, presto una atención meticulosa a
medida que empiezo a escribir cada una de las letras en el Karuta. Para las tarjetas de texto, elijo cosas que serían fáciles
para que Wilma, quien había sido criada dentro del templo, dibujara, como
pasajes de las escrituras o imágenes de los dioses.
Cuando
Benno ve el producto terminado, con mis escritos y los dibujos de Wilma, quiso
comprarme los derechos inmediatamente, pero creo que quiero que el Taller de Maine
quien las elabore, por el bien de esos niños. Benno, en última instancia, aún consiguió
el monopolio sobre ellas, pero como el taller las hará, y como puedo cobrar una
tarifa por tener la idea, negocio un contrato donde obtendré el treinta por
ciento de las ganancias. Ahora, gracias a esto, cuando el Karuta comience a vender, comenzaré a ver un poco de ingresos.
Yo, después
de conseguir asegurar mis finanzas, dejo escapar un gran suspiro de alivio,
pensando en las cosas por venir. Me pregunto, ¿si se venderían otros juguetes
educativos u otros tipos de entretenimiento?