domingo, 24 de febrero de 2019

Tensei Shitara Ken Deshita 294


Capítulo 294. De Regreso en Greengoat.

[¡¿E-Esta segura?!]
[¡¿Acaba de decir todo un ejército?!]
Un par de guardias en pánico le requirieron al jefe igualmente nervioso que confirmara su reclamo en el momento en que ellos lo escucharon.
[¡Escucharon lo que dije! ¡La Princesa lo vio por si misma!]
[Mire, sé lo que está intentando decir, pero no podemos simplemente...]

Desde que ellos eran soldados y no gatos negros, los hombres a cargo de la defensa de la aldea no confiaron en el testimonio de Fran tan fácilmente como lo habían hecho todos los demás, sin embargo, el jefe los rechazó y los convenció de que era necesario preocuparse.
[¡Suficiente! ¡Sólo apúrense! ¡Ustedes necesitan llegar a Greengoat y a todas las aldeas circundantes y darles a conocer la noticia!]
[Señor, por favor entienda. Solo tenemos que asegurarnos de ello primero. No podemos simplemente reportar lo que escuchamos.]
Sí, no está funcionando. Tal parece que tendremos que intervenir un poco.
[Es verdad. ¿No cree?]
[No es realmente lo que estoy intentando decir aquí...]
[Tomaré la responsabilidad. Rápido. Muévanse.]
Fran activó su habilidad Coerción mientras hablaba con los guardias. Para el registro, Fran nunca los amenazó. Fran simplemente les había hecho comprender su lugar en la metafórica cadena alimenticia. Como hombres-bestia, los guardias respetaran a aquellos que son más fuertes que ellos, por lo que Fran solo hizo lo más natural, demostrando su fuerza para enfatizar que ellos deberían escucharla.
[L-Lo entiendo.]
Y ciertamente, ellos inmediatamente se volvieron obedientes.
[Partiremos inmediatamente. De hecho, iré en este instante.]
[Yo misma iré a Greengoat.]
[¿Realmente?]
[Nn. Más rápido así. Le dejaré responsables de la evacuación. Aldeas cercanas.]
[¡Sí, Señora! Nos aseguraremos de que se haga.]
El jefe de la aldea estaba tan lleno de energía que respondió rápidamente en lugar de los guardias.
[Entonces vamos ahora. Urushi.]
[¡On!]
Nosotros sabemos exactamente dónde se encuentra Greengoat en relación con nuestra ubicación actual, así que nos elevamos por el cielo y nos dirigimos directamente hacia el lugar. Tuvimos que hacer que Urushi se esforzara un poco más allá de sus límites para conseguir llegar allí de manera oportuna, pero valió la pena. Conseguimos acortar el viaje, el cual nos había llevado más de cuatro horas la primera vez, a menos de una cuarta parte de eso; Sesenta y nueve minutos fue todo lo que necesitó el Urushi Express para transportarnos a Greengoat.
Una parte de mí se sintió tentada a que nuestro compañero lobo nos llevara directamente hasta la puerta del gobernador, pero finalmente decidí no hacerlo. Caer sin ser invitados sería una idea terrible. Tendríamos que dar demasiadas explicaciones acerca de porque lo hicimos y realmente no tenemos suficiente tiempo para pasar por algo como eso.
Sin más opción, reprimimos ardientes nuestras emociones y nos detuvimos en la puerta de Greengoat.
No nos molestamos en que Urushi se encogiera. Él se acercó a la puerta con nosotros aun mostrando su forma más grande. Naturalmente, tener a un enorme lobo cerca de una de las entradas de la ciudad en medio de la noche provoco que los guardias entraran en pánico, pero realmente no pudimos evitarlo. Es una emergencia. Necesitábamos guardar hasta el último segundo que pudiéramos.
[Soy la Princesa del Rayo Negro. Necesito conversar con el gobernador. Emergencia. Déjame pasar ahora.]
[C-Claro, ¡me pondré a trabajar en ello!]
Él está haciendo un gran trabajo para mantener su calma, sin embargo, estoy totalmente convencido de que está en pleno modo pánico en su interior justo ahora. La situación de todo este escenario es desproporcionada. A considerar, este tipo iba casualmente a hacer su patrullaje nocturno, solo para que repentinamente un lobo gigante cayera frente a él. Si yo fuera él, habría esperado morir. Y ni siquiera fue eso. Lo siguiente que él supo fue que vio a una linda chica montada sobre aquel lobo, solo para descubrir que ella es la Princesa del Rayo Negro. Y que ella tiene asuntos con alguien muy alto en la cadena de mando. Si el escenario no fuese estresante, entonces no sé cómo sería uno. Debe apestar mucho ser él en estos momentos.
Su sorpresa era clara. De hecho, el hombre se encontraba tan sorprendido que accedió a nuestra solicitud sin realizar una pregunta. Simplemente asintió mientras abría la puerta apresuradamente.
[Gracias.]
Como hoy era un caso especial, Fran no desmontó de Urushi. Ella lo llevó por la ciudad y lo hizo volar por encima de los edificios de los que está compuesta. El lobo voló recto como una flecha y llegó a la casa del señor, la mansión que se encuentra en el centro de esta ciudad, en cuestión de segundos.
[¡¿Qué?!]
[¡¿Un lobo?!]
Gritó uno de los guardias. Su compañero hizo un comentario similar.
[Esta. ¿Casa del Gobernador?]
[¿Huh? Esperen, ¿usted podrías ser la Princesa del Rayo Negro?]
El hombre más intrépido se adelantó y comenzó a hablar con Fran.
[Nn. ¿Entonces? ¿Esta, Casa del Gobernador?]
[¡S-Sí, Señora! ¡Es esta!]
[Necesito reunirme con él. Urgente.]
[P-Por favor espere un segundo. ¡Haré que alguien le haga saber eso inmediatamente!]
[Rápido. Entraré si toma más de diez minutos.]
Conociendo que Fran iba totalmente en serio, el hombre palideció. Inmediatamente hizo que el otro guardia se moviera. A diferencia de su compañero, él permaneció inmóvil manteniendo sus ojos sobre Fran vigilándola, pero no estoy muy seguro de si realmente esté a la altura de tal trabajo. Me pareció más bien que se había quedado pasmado por el miedo.
[¿P-Podrías contarme un poco más sobre ese asunto tan urgente suyo?]
Fue intimidado hasta el punto de tartamudear, pero, sin embargo, logró hacer su trabajo.
[Se lo diré al gobernador.]
[M-Muy bien, entiendo.]
El guardia sabía muy bien que no debía meter su nariz en algo confidencial, por lo tanto él rápidamente abandonó el tema.
[Esta ciudad, ¿tiene caballeros?]
[Los tenemos. Hay una orden que sirve directamente bajo el mando del gobernador.]
Es bueno escuchar eso. Me imagino que los caballeros de este país son bastante fuertes.
El compañero del guardia regresó justo cuando estábamos a punto de preguntarle sobre la cantidad de caballeros presente en el lugar. Woah, eso fue rápido. Solo le tomó como cinco minutos.
[¡N-Nuestro señor dice que se reunirá con usted inmediatamente! ¡Sígame!]
[Nn.]
Esperaba que el guardia nos guiara a una habitación para audiencias, pero en cambio él nos guio a un edificio más pequeño ubicado no muy lejos de la entrada de la mansión, uno aparentemente construido para recibir invitados de una base más noble.
El señor, Marmanno, nos estaba esperando en el interior. Su voluminoso y musculoso cuerpo estaba expuesto bajo su camisón delgado y translúcido. Al verlo en lo que era básicamente una bata, contrastó su imagen muscular hasta tal punto que probablemente me hubiese reído sin control si no estuviésemos atrapados en una emergencia.
[Bienvenida, Princesa del Rayo Negro. No la había visto por estas partes durante cuatro días completos.]
[Nn. Gracias por acceder a la reunión.]
[No es gran cosa. Cualquier solicitud suya que yo pueda completar es una solicitud que estoy dispuesto a considerar por lo menos. Y reunirme con usted, incluso a esta hora, no es nada particularmente preocupante. Personalmente, yo hubiese preferido estar bien vestido, pero decidí no perder el tiempo después de escuchar que solo vino a instancias de un asunto urgente.]
¿Entonces él solo decidió reunirse con Fran inmediatamente por quién era ella? Maldita sea, esa reputación suya seguramente está siendo útil últimamente.
[Sin problemas. Luce bien en usted.]
[Sus palabras son muy amables. Pero de todos modos, suficientes bromas. Estoy seguro de que usted desea ir al punto. ¿Cuál es ese asunto tan urgente del cual me han estado hablando los guardias? ¿Quizás usted averiguo más acerca de los asesinos?]
[No, eso no.]
[Hmm... ya no tengo ideas. No puedo decir que soy capaz de imaginar otra cosa más realista.]
[Norte. Todo un ejército de monstruos se aproxima.]
[¿Usted acaba de decir todo un ejército?]
[Nn. En tierra baldía al norte de Schwartzekatze. Dirigido hacia el Sur.]
[¿Cuántos de ellos hay?]
[Nn...]
Fran inclinó la cabeza hacia un lado mientras trataba de averiguar cómo transmitir sus pensamientos.
[Suficiente para llenar toda la tierra baldía.]
[¡¿Toda la tierra baldía...?! Seguramente no es algo que está diciendo en broma, ¿no?]
[No es broma. Verdad. Lo juro por mi vida.]
[E-Eso es ir demasiado lejos, ¡Fran!]
Santa mierda, hablando de irse por la borda.
[Es verdad, así que no hay problema]
[Tienes un punto, pero no es lo que estoy intentando decir. Nunca digas que vas a jurar algo por sobre tu vida nunca más, ¿de acuerdo?]
[¿Nn?... ¿Está bien?]
Fran no pareció entender muy bien lo que le estaba diciendo, pero confía en mí, así que de todos modos estuvo de acuerdo.
[¿Una estampida...?]
El gobernador comenzó a murmurar sus pensamientos sobre el asunto cuando convencí a Fran para que valorara más su propia vida.
[No, no puede ser correcto. Esa área no tiene mazmorras.]
Las dudas de Marmanno están justificadas. Entendí exactamente de dónde venía. Él es el Señor de Greengoat, así que no hay manera de que él no supiera si existen mazmorras en los alrededores, incluso si hubiesen existido en el pasado. Tampoco tiene sentido que la invasión sea causada por una mazmorra recién creada. Las mazmorras recién creadas no poseen los medios para producir decenas de miles de tropas.
[¿Alguna otra cosa en el norte?]
[No puedo pensar en algo que pudiese valer la pena mencionar. Están el Reino Eldia al noreste y Bashar al noroeste. Sin embargo, la inexplorada cordillera de montañas hacia el norte funciona como una barrera natural. Dudo que las tropas de ambos países puedan cruzarla.]
Según Marmanno, las únicas criaturas que vivían en esas montañas son los monstruos que se han adaptado a ella. Su clima es demasiado duro para humanos y hombres-bestia puedan soportarlo. Es por aquella razón que el país desplegó escasas tropas al norte.
Espera, pero entonces... ¿De dónde demonios vinieron todos esos monstruos? Hmmm Oh, espera, cierto. Eso no es importante en este momento. Necesitamos descubrir cómo vamos a lidiar con todos esos monstruos primero.
[Necesito ejército.]
[...]
Marmanno frunció su ceño. La expresión de su rostro fue de consternación.
[Lo lamento mucho, pero nuestro ejército no puede ser desplegado inmediatamente.]
Las palabras que salieron de su boca fueron exactamente opuestas a las que habíamos esperado.