Capítulo 294. De Regreso en Greengoat.
[¡¿E-Esta
segura?!]
[¡¿Acaba de
decir todo un ejército?!]
Un par de
guardias en pánico le requirieron al jefe igualmente nervioso que confirmara su
reclamo en el momento en que ellos lo escucharon.
[¡Escucharon
lo que dije! ¡La Princesa lo vio por si misma!]
[Mire, sé
lo que está intentando decir, pero no podemos simplemente...]
Desde que
ellos eran soldados y no gatos negros, los hombres a cargo de la defensa de la aldea
no confiaron en el testimonio de Fran tan fácilmente como lo habían hecho todos
los demás, sin embargo, el jefe los rechazó y los convenció de que era
necesario preocuparse.
[¡Suficiente!
¡Sólo apúrense! ¡Ustedes necesitan llegar a Greengoat y a todas las aldeas
circundantes y darles a conocer la noticia!]
[Señor, por
favor entienda. Solo tenemos que asegurarnos de ello primero. No podemos
simplemente reportar lo que escuchamos.]
Sí, no está
funcionando. Tal parece que tendremos que intervenir un poco.
[Es verdad.
¿No cree?]
[No es
realmente lo que estoy intentando decir aquí...]
[Tomaré la
responsabilidad. Rápido. Muévanse.]
Fran activó
su habilidad Coerción mientras
hablaba con los guardias. Para el registro, Fran nunca los amenazó. Fran
simplemente les había hecho comprender su lugar en la metafórica cadena
alimenticia. Como hombres-bestia, los guardias respetaran a aquellos que son
más fuertes que ellos, por lo que Fran solo hizo lo más natural, demostrando su
fuerza para enfatizar que ellos deberían escucharla.
[L-Lo
entiendo.]
Y ciertamente,
ellos inmediatamente se volvieron obedientes.
[Partiremos
inmediatamente. De hecho, iré en este instante.]
[Yo misma
iré a Greengoat.]
[¿Realmente?]
[Nn. Más
rápido así. Le dejaré responsables de la evacuación. Aldeas cercanas.]
[¡Sí, Señora!
Nos aseguraremos de que se haga.]
El jefe de
la aldea estaba tan lleno de energía que respondió rápidamente en lugar de los
guardias.
[Entonces
vamos ahora. Urushi.]
[¡On!]
Nosotros
sabemos exactamente dónde se encuentra Greengoat en relación con nuestra
ubicación actual, así que nos elevamos por el cielo y nos dirigimos
directamente hacia el lugar. Tuvimos que hacer que Urushi se esforzara un poco
más allá de sus límites para conseguir llegar allí de manera oportuna, pero
valió la pena. Conseguimos acortar el viaje, el cual nos había llevado más de
cuatro horas la primera vez, a menos de una cuarta parte de eso; Sesenta y
nueve minutos fue todo lo que necesitó el Urushi
Express para transportarnos a Greengoat.
Una parte
de mí se sintió tentada a que nuestro compañero lobo nos llevara directamente hasta
la puerta del gobernador, pero finalmente decidí no hacerlo. Caer sin ser
invitados sería una idea terrible. Tendríamos que dar demasiadas explicaciones acerca
de porque lo hicimos y realmente no tenemos suficiente tiempo para pasar por
algo como eso.
Sin más
opción, reprimimos ardientes nuestras emociones y nos detuvimos en la puerta de
Greengoat.
No nos
molestamos en que Urushi se encogiera. Él se acercó a la puerta con nosotros aun
mostrando su forma más grande. Naturalmente, tener a un enorme lobo cerca de
una de las entradas de la ciudad en medio de la noche provoco que los guardias
entraran en pánico, pero realmente no pudimos evitarlo. Es una emergencia.
Necesitábamos guardar hasta el último segundo que pudiéramos.
[Soy la
Princesa del Rayo Negro. Necesito conversar con el gobernador. Emergencia.
Déjame pasar ahora.]
[C-Claro,
¡me pondré a trabajar en ello!]
Él está
haciendo un gran trabajo para mantener su calma, sin embargo, estoy totalmente
convencido de que está en pleno modo pánico en su interior justo ahora. La
situación de todo este escenario es desproporcionada. A considerar, este tipo iba
casualmente a hacer su patrullaje nocturno, solo para que repentinamente un
lobo gigante cayera frente a él. Si yo fuera él, habría esperado morir. Y ni
siquiera fue eso. Lo siguiente que él supo fue que vio a una linda chica
montada sobre aquel lobo, solo para descubrir que ella es la Princesa del Rayo
Negro. Y que ella tiene asuntos con alguien muy alto en la cadena de mando. Si el
escenario no fuese estresante, entonces no sé cómo sería uno. Debe apestar
mucho ser él en estos momentos.
Su sorpresa
era clara. De hecho, el hombre se encontraba tan sorprendido que accedió a
nuestra solicitud sin realizar una pregunta. Simplemente asintió mientras abría
la puerta apresuradamente.
[Gracias.]
Como hoy era
un caso especial, Fran no desmontó de Urushi. Ella lo llevó por la ciudad y lo
hizo volar por encima de los edificios de los que está compuesta. El lobo voló
recto como una flecha y llegó a la casa del señor, la mansión que se encuentra
en el centro de esta ciudad, en cuestión de segundos.
[¡¿Qué?!]
[¡¿Un lobo?!]
Gritó uno
de los guardias. Su compañero hizo un comentario similar.
[Esta.
¿Casa del Gobernador?]
[¿Huh?
Esperen, ¿usted podrías ser la Princesa del Rayo Negro?]
El hombre
más intrépido se adelantó y comenzó a hablar con Fran.
[Nn. ¿Entonces?
¿Esta, Casa del Gobernador?]
[¡S-Sí,
Señora! ¡Es esta!]
[Necesito
reunirme con él. Urgente.]
[P-Por
favor espere un segundo. ¡Haré que alguien le haga saber eso inmediatamente!]
[Rápido.
Entraré si toma más de diez minutos.]
Conociendo
que Fran iba totalmente en serio, el hombre palideció. Inmediatamente hizo que
el otro guardia se moviera. A diferencia de su compañero, él permaneció inmóvil
manteniendo sus ojos sobre Fran vigilándola, pero no estoy muy seguro de si
realmente esté a la altura de tal trabajo. Me pareció más bien que se había quedado
pasmado por el miedo.
[¿P-Podrías
contarme un poco más sobre ese asunto tan urgente suyo?]
Fue
intimidado hasta el punto de tartamudear, pero, sin embargo, logró hacer su
trabajo.
[Se lo diré
al gobernador.]
[M-Muy
bien, entiendo.]
El guardia
sabía muy bien que no debía meter su nariz en algo confidencial, por lo tanto
él rápidamente abandonó el tema.
[Esta
ciudad, ¿tiene caballeros?]
[Los
tenemos. Hay una orden que sirve directamente bajo el mando del gobernador.]
Es bueno
escuchar eso. Me imagino que los caballeros de este país son bastante fuertes.
El
compañero del guardia regresó justo cuando estábamos a punto de preguntarle
sobre la cantidad de caballeros presente en el lugar. Woah, eso fue rápido.
Solo le tomó como cinco minutos.
[¡N-Nuestro
señor dice que se reunirá con usted inmediatamente! ¡Sígame!]
[Nn.]
Esperaba
que el guardia nos guiara a una habitación para audiencias, pero en cambio él nos
guio a un edificio más pequeño ubicado no muy lejos de la entrada de la
mansión, uno aparentemente construido para recibir invitados de una base más
noble.
El señor,
Marmanno, nos estaba esperando en el interior. Su voluminoso y musculoso cuerpo
estaba expuesto bajo su camisón delgado y translúcido. Al verlo en lo que era
básicamente una bata, contrastó su imagen muscular hasta tal punto que
probablemente me hubiese reído sin control si no estuviésemos atrapados en una
emergencia.
[Bienvenida,
Princesa del Rayo Negro. No la había visto por estas partes durante cuatro días
completos.]
[Nn.
Gracias por acceder a la reunión.]
[No es gran
cosa. Cualquier solicitud suya que yo pueda completar es una solicitud que
estoy dispuesto a considerar por lo menos. Y reunirme con usted, incluso a esta
hora, no es nada particularmente preocupante. Personalmente, yo hubiese
preferido estar bien vestido, pero decidí no perder el tiempo después de
escuchar que solo vino a instancias de un asunto urgente.]
¿Entonces él
solo decidió reunirse con Fran inmediatamente por quién era ella? Maldita sea,
esa reputación suya seguramente está siendo útil últimamente.
[Sin
problemas. Luce bien en usted.]
[Sus
palabras son muy amables. Pero de todos modos, suficientes bromas. Estoy seguro
de que usted desea ir al punto. ¿Cuál es ese asunto tan urgente del cual me han
estado hablando los guardias? ¿Quizás usted averiguo más acerca de los
asesinos?]
[No, eso
no.]
[Hmm... ya no
tengo ideas. No puedo decir que soy capaz de imaginar otra cosa más realista.]
[Norte.
Todo un ejército de monstruos se aproxima.]
[¿Usted acaba
de decir todo un ejército?]
[Nn. En
tierra baldía al norte de Schwartzekatze. Dirigido hacia el Sur.]
[¿Cuántos
de ellos hay?]
[Nn...]
Fran
inclinó la cabeza hacia un lado mientras trataba de averiguar cómo transmitir
sus pensamientos.
[Suficiente
para llenar toda la tierra baldía.]
[¡¿Toda la
tierra baldía...?! Seguramente no es algo que está diciendo en broma, ¿no?]
[No es
broma. Verdad. Lo juro por mi vida.]
[E-Eso es ir demasiado lejos, ¡Fran!]
Santa
mierda, hablando de irse por la borda.
[Es verdad,
así que no hay problema]
[Tienes un punto, pero no es lo que estoy intentando
decir. Nunca digas que vas a jurar algo por sobre tu vida nunca más, ¿de
acuerdo?]
[¿Nn?...
¿Está bien?]
Fran no pareció
entender muy bien lo que le estaba diciendo, pero confía en mí, así que de
todos modos estuvo de acuerdo.
[¿Una estampida...?]
El
gobernador comenzó a murmurar sus pensamientos sobre el asunto cuando convencí
a Fran para que valorara más su propia vida.
[No, no
puede ser correcto. Esa área no tiene mazmorras.]
Las dudas
de Marmanno están justificadas. Entendí exactamente de dónde venía. Él es el Señor
de Greengoat, así que no hay manera de que él no supiera si existen mazmorras en
los alrededores, incluso si hubiesen existido en el pasado. Tampoco tiene
sentido que la invasión sea causada por una mazmorra recién creada. Las
mazmorras recién creadas no poseen los medios para producir decenas de miles de
tropas.
[¿Alguna
otra cosa en el norte?]
[No puedo
pensar en algo que pudiese valer la pena mencionar. Están el Reino Eldia al
noreste y Bashar al noroeste. Sin embargo, la inexplorada cordillera de
montañas hacia el norte funciona como una barrera natural. Dudo que las tropas
de ambos países puedan cruzarla.]
Según
Marmanno, las únicas criaturas que vivían en esas montañas son los monstruos
que se han adaptado a ella. Su clima es demasiado duro para humanos y hombres-bestia
puedan soportarlo. Es por aquella razón que el país desplegó escasas tropas al
norte.
Espera,
pero entonces... ¿De dónde demonios vinieron todos esos monstruos? Hmmm Oh,
espera, cierto. Eso no es importante en este momento. Necesitamos descubrir
cómo vamos a lidiar con todos esos monstruos primero.
[Necesito
ejército.]
[...]
Marmanno frunció
su ceño. La expresión de su rostro fue de consternación.
[Lo lamento
mucho, pero nuestro ejército no puede ser desplegado inmediatamente.]
Las
palabras que salieron de su boca fueron exactamente opuestas a las que habíamos
esperado.