domingo, 17 de febrero de 2019

Tensei Shitara Ken Deshita 286


Capítulo 286. Un Banquete con la Tribu Gato Negro.

Los gatos negros estaban exaltados. Continuaron conversando con entusiasmo mientras nos dirigíamos de regreso hacia la aldea. Contrarios a sus alegres estados de ánimo, sus conversaciones fueron bastante serias. Intentando seriamente crear grupos y aprender más acerca de las áreas en donde ellos podrían cazar seres malvados. Los alrededores de Schwarzekatze se encuentran casi completamente desprovistos de monstruos, por lo que sus únicas opciones son dirigirse a la capital o zarpar hacia Gilbard, el continente desde donde Fran y yo acabábamos de llegar.
Me alegra que estén motivados, pero también estoy un poco preocupado. Probablemente morirán si ellos se presionan tan duro desde el comienzo. Podríamos haberlos motivado demasiado.

[Podría ser una buena idea permanecer un tiempo en Schwartzekatze y entrenar a estos chicos un poco.]
(Pero entonces no habrá subasta.)
Fran negó con su cabeza en desaprobación.
[Sí, lo sé, pero estoy algo preocupado de que ellos salgan y se maten sin realmente hacer algo, ¿sabes?]
(No puedo quedarme. Necesito mantener la promesa.)
[No estoy realmente seguro de si podríamos llamar a lo que sucedió una promesa. Sé que Gallus nos dejó aquella carta y todo eso, pero nunca le enviamos una respuesta. Técnicamente no le hemos prometido nada a nadie.]
(Aun así, no.)
[Bueno… si tú lo dices.]
Fran rechazó firmemente mi sugerencia y no dejó espacio para una negociación. Ella puede volverse sorprendentemente terca cuando se trata de cosas como esta. La joven gata negra odia ser indecisa. Fran siempre se apega a cualquier cosa que haya decidido sin pensarlo dos veces. No tiene sentido discutir con ella, así que encogí mis hombros metafóricos y me rendí.
Quería que Fran se ocupara de los otros Gatos Negros, pero no está dispuesta retroceder en sus palabras. Su fuerza de resolución es una de las cosas más encantadoras de Fran, después de todo.
Los Gatos Negros que nos había acompañado en el asalto comenzaron a jactarse de sus hazañas en el momento en que regresamos a la aldea. Hablaron acerca de cómo habían matado a los goblins y de cómo habían sido testigos del heroico despliegue de fuerza de Fran. Todos y cada uno de ellos tenían sus voces llenas de orgullo y fervor. Incluso aquellos que habían decidido no volver a luchar hablaron bien del encuentro.
Siendo testigo de la vigorizada juventud, el jefe de la aldea hizo una reverencia a Fran.
[Gracias, Princesa del Rayo Negro. No puedo agradecerle lo suficiente por lo que usted ha hecho.]
[No fue gran cosa.]
Fran se encogió de hombros.
[Es por nosotros. Nuestra tribu finalmente ha ganado el vigor y la determinación que le faltaba. Nada de esto hubiese sido posible sin usted. Debo agradecerle por todo lo que ha hecho. Usted hizo que nosotros nos enorgulleciéramos de ser Gatos Negros.]
[Bueno.]
Fran se detuvo por un momento para abrir su Almacenamiento Dimensional y extraer una parte de su contenido. Específicamente, ella sacó todas las armaduras que acababa de tomar de los goblins.
[Esto, ¿puedo dejarlo aquí?]
Todas están hechas de hierro. En cuanto a un veterano concierne, son inútiles. Pero aun así son bastante buenas en comparación con lo que la mayoría de los aventureros recién iniciados podrían conseguir.
[Lo siento, no puedo seguirle. ¿Qué es lo que usted quiere decir?]
El jefe se rascó la nuca mientras miraba a Fran con una clara mirada de confusión.
[No lo necesito.]
[¡¿U-Usted está ofreciendo dárnoslo?! No podemos aceptarlo. Estoy bastante seguro de que usted obtendría una buena cantidad de dinero si lo vendiera, por lo que es mejor que usted lo retenga.]
[No es gran cosa. Tengo suficiente dinero.]
[¿E-Esta segura? ¿Realmente podemos tener todo esto?]
[Nn.]
[¡M-Muchas gracias! ¡Me aseguraré de que los jóvenes aldeanos los aprovechen!]
[Nn. Bien. Entonces esto también.]
[¡¿N-Nos está dando todo eso?!]
Los ojos del jefe de la aldea prácticamente salieron de sus cuencas en el momento en que Fran descargó un montón equipamientos que habíamos estado guardando dentro de su almacenamiento. Equipamientos que habíamos saqueado de los cadáveres de goblins, bandidos, piratas y todo lo demás que habíamos matado en nuestro viaje. La mayor parte de ello se encuentra roto, pero nada más allá de la reparación. El material de cuero puede ser cosido de nuevo, mientras que el metal puede fundirse y reforzarse.
La razón por la cual no habíamos vendido nada de esto fue porque el gremio solo trata con partes de monstruos. Las armaduras y similares necesitan ser llevadas a tiendas y a comerciantes, y ni Fran ni yo realmente queríamos pasar por la molestia de venderlos todo.
[No necesito esto. Me molesta venderlas. Estaría contenta si las toma.]
[¡Gracias! ¡Muchas gracias!]
El jefe comenzó a llorar. Él había interpretado las acciones de Fran como generosidad, y sus palabras como un pretexto.
Él parece realmente conmovido. Es una pena que Fran realmente estuviese diciendo la verdad. Ella solo decidió darle todo esto porque es demasiado perezosa para venderlas.

◇◇◇

Y así, el resto del día trascurrió pacíficamente. Esa noche, Schwartzekatze celebró un banquete. La ciudad organizó una gran fiesta, todo para darle la bienvenida a Fran. Su tierra es infértil, así que realmente no entendíamos bien dónde obtendrían el dinero o los suministros para celebrar este evento.
El jefe nos informó que él planeaba agotar las raciones de emergencia de la aldea. Por supuesto, no había forma de que pudiésemos permitirle eso. Habíamos venido a visitar, no a drenar los recursos del pueblo. Terminamos suministrando toda la comida en su lugar. Había un montón de cosas en nuestro almacenamiento. Carnes, verduras, granos, huevos y pescado de todas partes.
Al principio, los gatos negros habían dudado en utilizar nuestros alimentos. De hecho, incluso intentaron negarse, pero Fran finalmente los obligó a aceptarlos explicando que ella realmente necesitaba limpiar el gigantesco desorden que era su inventario. Ella les dijo que tenía tanta comida que sería literalmente imposible que ella terminara todo, y que necesitaba que los aldeanos de Schwartzekatze la ayudaran con ello.
Una vez más, el jefe de la aldea terminó ahogado en lágrimas de alegría. Había pensado en Fran como una especie de héroe desde el principio, pero ahora, él había empezado a verla incluso como algo más que eso.
La esposa del jefe nos había enseñado una receta tradicional de los gatos negros para un estofado. El sabor aparentemente es un poco mediocre, pero aun así lo encontré bastante interesante por la forma en que se hace. Es cocinado en una olla con forma extraña. La tinaja grande es gruesa como una pared y posee la forma general de una bola de equilibrio. Cocinar en ella había calentado toda la habitación, probablemente debido a algo similar al efecto del infrarrojo lejano.
La carne y los tubérculos que llenaron la olla se ablandaron extremadamente rápido. La esposa del jefe de la aldea añadió dos condimentos principales: sal y un condimento fermentado semejante a la salsa de soja. Luego, ella simplemente dejó la olla sobre una hoguera y dejó que se cociera, revolviendo ocasionalmente hasta que estuviese espesa y almibarada.
Con todo, resultó algo parecido a un guiso de estilo japonés. Decidí no solo memorizar la receta, sino también mejorarla para poder hacerle a Fran una versión más sabrosa de la sopa que había alimentado a su pueblo durante generaciones.
La esposa del jefe de la aldea también había sentido curiosidad por nuestras recetas, así que le enseñamos cómo elaborar un inventario, específicamente de huesos y vegetales.
Ella no había sido la única cocinando. Muchos otros aldeanos se habían unido también. Allí terminó siendo una tonelada entera de comida, como cabría esperar de un banquete. Todos los aldeanos estaban súper emocionados de ver la gran cantidad que ellos tenían para comer.
Ellos iniciaron el banquete prácticamente adorando a Fran. Muchos de los gatos negros bailaron mientras entonaban las canciones que siempre se repetían cuando enfrentaban dificultades.
Al principio, el ambiente había sido casi solemne. Pero a medida que pasaba la hora, la gente comenzó a emborracharse. Se animaron y comenzaron a volverse todos festivos. Bebieron juntos, cantaron fuera de tono las canciones y bailaron de una manera alegre que contrastaba bruscamente con la atmósfera reverente con la que había comenzado el banquete.
Aunque muchos se encontraban borrachos, los aldeanos no pudieron olvidar su aprecio. Comenzaron a amontonarse alrededor de Fran; Todos querían agradecerle al menos una vez.
Todos dejaban el círculo en cuanto expresaban sus palabras de agradecimiento, pero el número de personas reunidas a su alrededor no disminuyó en lo más mínimo. De hecho, más y más comenzaron a formar la fila y amontonarse a su alrededor cuando el alcohol comenzó a llegar a ellos.
[¿Te encuentras bien, Fran?]
(Nn. Bien.)
Ella parece feliz.
Es cierto, para ella, debería ser un sueño hecho realidad. Ella siempre había querido evolucionar, tanto por su propio bien, como por su tribu.
La enorme cantidad de gatos negros continúo cantando toda la noche con sonrisas en sus rostros. Fran permaneció en silencio, y su expresión permaneció como siempre, pero puedo decir que ser el centro de atención le había traído alegría.
Realmente quiero animar a Fran a permanecer un poco más, sin embargo sé que ella no cambiará de opinión. No tengo dudas de que me dirá que quiere irse en unos días. Pero saben qué, está bien. Todo lo que importa es que Fran disfrute el tiempo que pase aquí.