Capítulo 280. Greengoat.
Raymond extendió
un gran mapa y se lo entregó a Fran.
[Schwarzkatze
se encuentra ubicado cerca del pie de estas montañas las cuales sirven como
nuestra frontera. Es un viaje de tres a cuatro días en un carruaje con cuernos,
pero sospecho que usted posee medios para cubrir esta distancia más
rápidamente. En ese caso, le sugiero que realice una parada en Greengoat. Es
uno de los centros comerciales más grandes del país. Muchas carreteras
convergen en él.]
[Nn.
Gracias.]
[Y aquí
está la carta de recomendación que el Señor de las Bestias me ordenó escribir
para usted.]
Raymond le
entregó a Fran una carta adornada con un elegante sello de cera.
[Creo que
eso es todo en la agenda. Si no tiene más preocupaciones, me disculparé aquí.
Que su viaje sea seguro y próspero.]
Raymond
salió de la habitación. Él ya se marchó y tenemos todo lo que buscábamos, así
que ya va siendo hora de que nosotros también nos marchemos.
[Me iré
también.]
[Aww, ¿ya?]
[Nn. Adiós
Kiara, Guen.]
[Adiós
Fran. Y huh... sobre eso... cuando nos conocimos...]
[Nn. Sin
problema. Te perdono.]
[¿Hmm? ¿Qué
fue eso? ¿Por qué te perdona, mocoso? ¿Qué le hiciste?]
[¡N-Nada!
No hice nada...]
[Guen busco
una pelea.]
[¡Gahhhhh!]
Guendalfa
cubrió su cabeza con sus manos y se encogió en el suelo.
Fran
explicó en detalles nuestro primer encuentro con Guendalfa, comenzando con él siendo
un arrogante hijo de p**a y acabando con Fran derribándolo de un solo golpe.
Después de escuchar nuestra historia, Kiara dirigió una furiosa mirada a
Guendalfa.
[¡No lo
puedo creer! ¿Por qué sigues tan obsesionado con tu tío?]
Kiara le gritó,
perforando su puño en la parte superior de su cráneo
[¡No estoy
obsesionado! No podría preocuparme menos por ese traidor. Él--]
Guendalfa
tartamudeó mientras evitaba mirar a la enfadada gata anciana.
[¡Esto es
lo que te vuelve un maldito mocoso! Tienes más de 20 años y sigues lanzando
rabietas por la partida de Gold. Es un honor servir al Señor de las Bestias, y
no deberías pensar en ello de otra forma.]
[Pero--]
[¡Sin
peros! Deja de ser tan malditamente inmaduro. Sé que solo estás enojado porque
él dejó la tribu sin decírtelo primero. Supéralo.]
[Urk...]
Guendalfa
no pudo encontrar una manera de responderle, así que solo se sentó enojado en
el suelo con su ceño fruncido. Kiara se volvió hacia la criada, Mia.
[Mia. Saca
a este mocoso de mi habitación.]
[Entendido,
Lady Kiara.]
Mia agarró
a Guendalfa por el cuello y lo arrastró fuera de la habitación. Kiara se volvió
hacia Fran y le dio un abrazo.
[Regresa y
visítame.]
[Nn. Kiara,
no te esfuerces demasiado.]
[¡Hahaha!
No puedo prometerte eso. Estoy tratando de evolucionar, después de todo.]
[Nn. Entonces
presionarse a ti misma lo suficiente para evitar la muerte.]
Tal parece
que tanto Kiara como Fran son del tipo de personas que constantemente se
esfuerzan para alcanzar sus metas. Puedo proteger a Fran en su camino, sin
embargo, no puedo decir lo mismo de Kiara. Espero que se mantenga a salvo, por
el bien de Fran.
[No moriré.
¡No me he sentida así de viva en años!]
Ella se
movió hacia la puerta abierta.
[De hecho,
me siento tan bien que, ¿por qué no simplemente me adelanto hacia los seres
malvados? Creo que simplemente te acompañaré---]
[No tan
rápido, Lady Kiara.]
Mia
apareció repentinamente detrás de Kiara y la agarró por el hombro.
[¡Maldita
sea Mia! ¡Déjame ir! ¿Cómo llegaste aquí tan rápido? Creí haberte dicho que expulsarás
a ese mocoso.]
[Tuve el
presentimiento de que usted intentaría huir mientras me encontrara lejos, por
lo que simplemente lo dejé en el pasillo a la vuelta de la esquina.]
[¡Nrrrgh!]
Después de
una breve lucha, Kiara dejó de intentar escapar de la criada.
[Al parecer
no podré ir, ¿podrías quedarte un poco más conmigo?]
[No puedo.
Necesito partir.]
[Ya veo. En
ese caso, ¡regresa a visitarme!]
[¡Lo haré!]
Con eso, dejamos
la habitación de Kiara. Dimos vuelta en la esquina y encontramos a Guendalfa
sentado en el suelo, todavía malhumorado, por lo que Fran le pidió que nos
acompañara. Guendalfa pareció recuperarse y felizmente él nos acompañó fuera del
castillo, y se mantuvo con nosotros hasta llegar a las puertas de entrada de la
ciudad.
[Bien
entonces. Mantente a salvo, Princesa del Rayo Negro.]
[Nn.
Igualmente. Deja de buscar peleas.]
[Haha, sí.
Aprendí mi lección de la manera más difícil.]
Una vez
afuera, Fran convocó a Urushi en su forma real y lo montó.
[¡Vamos
Urushi! ¡Vamos!]
[¡On!]
Urushi
corrió por el cielo. Dejamos la capital alrededor del mediodía. Solo después de
viajar unas ocho horas, finalmente fuimos capaces de ver algunas luces de una
ciudad emergiendo desde más allá del horizonte.
[Es bastante tarde Fran. Supongo que es
Greengoat en la distancia. Vayamos abajo y encontremos una posada donde podamos
comer y descansar. Podemos seguir viajando por la mañana.]
[Nn.
Urushi, desciende.]
◇◇◇
2 horas más
tarde, Fran yace contenta en la cama, después de haber terminado de cenar.
¿Qué
demonios pasó? ¡Cruzamos esta ciudad demasiado cómodamente! Nadie intentó
llamar nuestra atención cuando llegamos a la puerta de la ciudad y el guardia
nos dejó pasar sin problemas. Y nadie intentó meterse con nosotros cuando estamos
vendiendo en el gremio los restos de monstruos tampoco. Incluso ellos no nos perturbaron
durante el proceso de registro. Lo juro por Dios, estoy tan acostumbrado a que
Fran sea acosada que verla ser dejada en paz realmente me molesta más. Oh,
mierda, acabo de poner un hechizo sobre nosotros ¿cierto? ¿Va a pasar algo
terrible en Greengoat ahora?
[Maestro,
¿qué sucede?]
[Nada realmente grande. Pienso que es extraño
que nadie en Greengoat se haya metido con nosotros aún.]
[¿Eso es
malo?]
[No lo es. Lo dejaré pasar.]
Decidí
dejar el asunto a un lado y permitir que Fran descansara. Sorprendentemente, la
mañana siguiente fue igual de tranquila. Así que conseguimos salir de Greengoat
sin ningún problema.
¿Entonces
nada sucedió mientras nos encontrábamos en Greengoat? Bueno, maldita sea,
supongo que realmente hay una primera vez para todo, después de todo.
Tan pronto
como pensé eso, Fran y yo vimos a dos aventureros parados a ambos lados de la
carretera, a unos veinte metros de donde nos encontramos. Ellos no están
haciendo nada, aparte de merodear y observar sospechosamente sus alrededores.
Actualmente estamos montando Urushi, así que disminuimos la velocidad y
mantuvimos la guardia alta porque nos dirigieron sus miradas, pero nuevamente,
no pasó nada. Al pasar junto a ellos, vimos que esos dos aventureros no eran hombres-bestia,
sino humanos. Pensé que estábamos a salvo después de pasarlos, pero a
continuación tres aventuraros más a caballo aparecieron desde el lado de la
carretera y se detuvieron frente a nosotros, bloqueando nuestro camino hacia
adelante. Dos más salieron y se detuvieron detrás de nosotros. Terminamos
siendo rodeados.
[Uf. ¡Conseguimos
llegar aquí a tiempo!]
[¡Sí! ¿Qué demonios
es ese lobo? ¡Es estúpidamente rápido!]
[Los chicos
en el suelo deberían habernos señalado antes.]
Uno de los
hombres desmontó.
[¡Oi tú!
¿Eres Fran, la Princesa del Rayo Negro?]
[Nn.]
Él hizo una
horrible sonrisa. Los otros 4 aventureros desmontaron y se movieron hacia el
interior, apretando el círculo alrededor de Fran.
¿Estos
tipos seriamente piensan atacarnos cuando Urushi se encuentra libre? Urushi
está incluso en su forma completa. ¿Son valientes? ¿O simplemente estúpido?
[Bueno
entonces. ¡Puede ser un poco repentino, pero perderás tu vida aquí!]
[Si quieres
maldecir algo, ¡maldice el día que naciste como hombre-bestia!]
Los cinco
aventureros cada uno metieron la mano en sus bolsas y sacaron una gran bola
púrpura. Los evalué.
[¡Fran! Esas bolas crean trozos venenosos de
niebla que debilitan todo lo que hay en ellos. Probablemente esto sea demasiado
débil para afectarte, sin embargo creo que te tele-transportaré por si acaso.
Urushi. Tienes la habilidad Anular [Veneno]. Ve tras ellos.]
[On]
Los hombres
lanzaron las bolas directamente a Fran, pero yo la tele-transporté al cielo
antes de que llegaran. Las estadísticas de los aventureros son tan bajas que
sentí que los estaba mirando en cámara lenta. Después de perder su objetivo,
las bolas explotaron, cubriendo el área debajo de nosotros con una espesa
niebla púrpura.
[¿La
atrapamos?]
Al momento
siguiente, una enorme sombra negra emergió desde la niebla y levantó al hombre
con sus mandíbulas. Después de sacudir violentamente su cabeza de lado a lado
unas cuantas veces, la sombra aflojó su agarre y envió al cadáver masticado del
hombre volando.
[¡Hiiii-!]
Los otros
cuatro giraron la cola y corrieron, pero Urushi fue muy rápido para ellos. Dos
de los hombres consiguieron que sus cabezas fueran masticadas y los otros dos
fueron atrapados bajo sus enormes patas. Los primeros dos hombres que estaban
monitoreando el camino fueron perforados por lanzas de Magia [Oscuridad].
Revisé
nuestros alrededores mientras descendíamos para ver si había más atacantes,
pero eran estos siete.
[¡Buen
chico!]
[¡Ooonn!]
Cinco de
los siete hombres están muertos. Los dos últimos debían desangrarse en un par
de minutos. Los sané rápidamente pero los dejé bajo las patas de Urushi. Fran
les dio una patada para despertarlos. Opusieron un poco de resistencia, pero
nuestro proceso probado y indiscutible de que Fran los golpeara hasta la muerte
y entonces los sana una y otra vez les hizo aflojar rápidamente sus lenguas.
[¡Realmente
no sé quién nos contrató! ¡Nunca vi su cara!]
[El tipo
nos acaba de dejar el dinero así como estas bolas de veneno.]
[Nos dijo
que esas cosas podrían someter incluso al hombre-bestia más poderoso.]
[¡Nos
mintió!]
[¡Por favor
no me mates! ¡Nos engañaron!]
(Maestro. ¿Qué hacemos?)
[Creo que deberíamos llevarlos a los
guardias. Ya no son una amenaza y no parecen tener más compañeros, así que es
seguro entregarlos. Probablemente ellos son peones desechables o algo así. No
estoy muy seguro de por qué nos perseguían en realidad en primer lugar, pero si
tuviera que adivinar, diría que probablemente fueron enviados para acosarte. No
hay forma de que alguien con medio cerebro pueda esperar que los matones de su
nivel puedan vencernos.]
(Nn. Bueno.)
Nos
dirigimos de regreso nuevamente a la ciudad con los dos matones colgando de la
boca de Urushi.
(Maestro, ¿sucede algo?)
Fran
inclinó su cabeza mientras nos acercábamos a las puertas de la ciudad.
[N-Nah, no es nada. No te preocupes por eso.]
(Nn. Bueno.)
Santa
mierda, no puedo creer que casi se diera cuenta. No puedo decirle que ser
atacado por estos tipos en realidad me hizo sentir aliviado...