Capítulo 276. Castillo Real de Vestia
Guendalfa
nos guío fuera del Gremio de Aventureros y nos llevó hacia la calle después de vanagloriarse
de que nos presentaría a Kiara. Su enorme cuerpo separó a la bulliciosa
multitud como el agua, por lo que fue muy fácil para nosotros seguirlo. Podíamos
ver el Castillo Real desde el Gremio de Aventureros, sin embargo, aquello no
significaba que estuviese cerca. Así de grande es; su puro tamaño desorienta mi
sentido de la distancia. Nos tomó veinte minutos caminando desde el Gremio de
Aventureros hasta la puerta del Castillo Real. Cuando nos acercamos, vimos que
las paredes alrededor del castillo son tan altas y anchas como las paredes que
rodean Vestia. Incluso tienen un foso cavado alrededor del castillo como una
serpiente fangosa incrustada en la tierra, finalizando con un puente levadizo
de madera y una portería en la parte superior.
[Este
castillo ha sido diseñado como el último bastión de la ciudad. Si parece
necesario, el castillo puede volverse un bastión completamente armado y
fortificado. Cualquier enemigo que logre romper los muros de la ciudad tendrá que
lidiar con un segundo.]
Guendalfa nos
explicó. Él parecía haber decidido desempeñar el papel de guía turístico para
nosotros.
Cuando nos
acercamos, un guardia apareció desde una casa al lado del puente levadizo ubicada
en el lado de la ciudad.
[Alto. Están
ahora entrando al castillo real. Todos quienes desean pasar deben primero
validar sus identidades.]
Guendalfa
se acercó a la guardia.
[Soy
Guendalfa, hijo del Patriarca de la Tribu Rinoceronte. ¡Conmigo se encuentra la
Princesa del Rayo Negro misma! Yo responderé por su identidad en mi honor.
También llevo una carta de recomendación del Maestro del Gremio de Vestia.]
Él le
entregó una tarjeta negra y una carta sellada al guardia. Después de abrir la
carta y leer cuidadosamente el contenido, el guardia nos miró con incredulidad.
[Podrías
conseguir una audiencia con el Rey con esta carta.]
¿Audiencia
con el Rey? ¿Qué clase de recomendación nos dio ese Maestro del Gremio? Ha
puesto demasiada fe en nosotros por completar una misión de entrega.
Bueno, esto
tendría sentido si el Maestro del Gremio hubiese planeado darle a Fran esta
recomendación desde un principio utilizando la solicitud como un pretexto para
dársela. El Gremio probablemente quiere construir lazos con el primer Gato
Negro que evolucionó desde la caída de su tribu. Fran bien podría ser una
leyenda viviente, y debido a eso, el gremio quiere obtener su favor temprano.
Del mismo modo, el Señor de las Bestias le había entregado una cresta con su
insignia personal grabada en Ulmutt justo después del torneo. Probablemente pensando
lo mismo.
En
realidad, considerando su personalidad como cabeza de músculo, probablemente
no. Pero Royce, su ayudante, definitivamente habría pensado que establecer una
relación de trabajo con Fran rápidamente era prudente dadas sus circunstancias.
Insté a
Fran que le entregara al guardia la cresta. Esto probablemente sea una forma de
identificación más confiable, pensé que no había ningún daño en mostrarla.
[Nn.]
[¡Esto
es...!]
Los ojos
del guardia se ensancharon de sus cuencas. Guendalfa también miró las dagas en
la cresta.
[P-P-Por favor,
espere un momento, señora.]
El guardia tartamudeó
y corrió de regreso al interior de su estación de guardia. Lo vimos sostener la
cresta por encima de un fragmento de cristal, el cual destelló brevemente tras su
activación. Después, el guardia corrió de regreso hacia nosotros y cautelosamente
le devolvió la cresta a Fran.
[A-Aquí
está regreso su identificación, señora. Todo está en orden. ¡Por favor entre!]
Señaló a
sus espaldas y las puertas del portal cruzaron lentamente el puente levadizo.
[¡Increíble!
Incluso tenía con usted la cresta del Señor de las Bestias. No me necesitaba en
absoluto. Debería haber dejado a alguien como yo atrás.]
[No es
verdad.]
Fran tenía
razón. Incluso si nosotros no hubiésemos necesitado a Guendalfa para pasar por
las puertas, él realmente ayudó a suavizar el proceso escoltándonos e
interactuando con el guardia en nuestro nombre. Más importante aún, su compañía
nos había hecho lucir como el auténtico asunto. Estoy seguro de que los
guardias habrían dudado más de nosotros y habrían pasado más tiempo
investigando nuestros motivos si él no hubiese estado presente. Tengo que admitir
que el cambio en su actitud realmente nos había beneficiado. El comportamiento
de Guendalfa había sido una sorpresa, pero de ninguna manera no tenía
precedentes. Goldalfa también se había vuelto más respetuoso con Fran después
de perder con ella en un combate individual.
Después de
pasar a través de las puertas del lado del castillo, Fran y yo notamos otro
conjunto de paredes establecidas en el camino.
[¿Otra
pared?]
[Sí. El
castillo está justo detrás de ella.]
[¿Por qué
dos paredes?]
[La pared delante
de nosotros separa a los nobles y las personas comunes. El exterior está
designado como habitaciones para guardias y sirvientes. Y también funciona como
un lugar para que los comerciantes realicen sus negocios. Detrás de la pared es
donde encontrarás a todos los nobles.]
[¿Cómo
entrar?]
[Permítame
mostrarle. Por favor sígame.]
Caminamos a
lo largo de la pared y encontramos una masiva puerta tan grande como la entrada
a la ciudad. Hay lo que parece ser una gran mansión construida junto a la
puerta. Guendalfa nos condujo hacia el interior. El vestíbulo del edificio es
enorme. Contiene suficiente espacio para alojar cómodamente a varias docenas de
personas, además de los numerosos guardias y otros miembros del personal que ya
se encuentran estacionados. El rinoceronte nos llevó hasta el mostrador y habló
con una recepcionista.
[Soy
Guendalfa, y conmigo está la Princesa del Rayo Negro. Estamos aquí para
solicitar una audiencia con mi maestra, Kiara.]
[Muy bien,
nosotros procesaremos su solicitud. Por favor, permítanos guiarlo a una sala de
espera privada mientras tanto.]
La mirada
de Fran se movió con curiosidad de un lado a otro mientras un guardia nos
guiaba a través de la mansión. Subimos escaleras y pasillos, pasando por muchas
salas de espera decoradas antes de llegar finalmente a nuestro destino.
[Como ve, la
familia real hizo construir esta mansión como una extravagante sala de espera
junto a las puertas. Ellos querían tantos salones y habitaciones privadas como
les fuese posible. Con una seguridad tan alta como está, llevará tiempo
procesar incluso la solicitud de entrada para una sola persona. Y realmente, no
podrían mantener a nobles haciendo fila como si esto se tratará de un puesto de
un festival, ¿verdad?]
Guendalfa nos
dijo, retomando su papel como nuestro guía turístico,
El guardia
se detuvo frente a una puerta intrincadamente esculpida y la abrió. Dentro se
encuentra la habitación más espléndidamente decorada que hemos visto, completa
con un sofá y dos sillones alrededor de una mesa para café. También contiene
una chimenea, un escritorio adornado con una silla a juego, una estantería y
una ventana que deja que la suave luz del sol se filtre. Fran y Guendalfa se
sentaron en el sofá, y Guendalfa se hundió un poco más en los cojines que Fran.
Después de un par de minutos, alguien llamó a la puerta. Una criada entró con
un carrito con té recién hecho y una variedad de pasteles. En el momento en que
la criada puso la comida sobre la mesa para café, Fran lanzó sobre ella.
Guendalfa hizo lo mismo después de esperar un momento a que Fran tomara el
primer bocado. Ambos compañeros hambrientos devoraron los bocadillos que fueron
presentados en menos de un minuto.
Después de
dejar escapar un suspiro de satisfacción, Guendalfa una vez más comenzó a
hablar.
[Realmente usted
es algo, Princesa del Rayo Negro.]
[¿Nn?]
Fran dijo,
tomando una taza de té.
[Como ve,
esta habitación fue hecha para entretener a las personas de noble nacimiento.
Normalmente, personas comunes no se sentiría muy bien permaneciendo en un lugar
tan elegante, pero usted luce como si estuviese en casa. La comida también. Las
cosas que nos trajeron era algo de clase alta, pero usted las tomó como si
fuesen algo común.]
[Igualmente.]
[Bueno por
supuesto. Soy un noble, así que esto es bastante normal para mí.]
Fran y yo
nos quedamos mirando.
¡Pero qué
demonios! ¡¿Él tiene sangre azul?! ¿Cómo demonios aún tiene nobleza dada la
actitud con la cual vaga por ahí?
[¿Qué? ¿Por
qué usted está tan sorprendida? Sé que no parezco un noble, pero mi padre es
técnicamente el Patriarca de toda una tribu de hombres-bestias, por lo que yo estoy
acostumbrado a todas las campanas y adornos que vienen con el estatus.]
Después de
esa sorprendente revelación, alguien llamó a la puerta.
[Perdónenme.
Madame Fran, Señor Guendalfa, Lady Kiara los verá ahora.]
La puerta se
abrió y dos criadas estaban esperando por nosotros. Nosotras las seguimos a lo
profundo del castillo, pasando por grandes salones de banquetes y amplios salones
de baile en el camino.
[Solía
poder encontrarla en los campos de práctica en las afueras del castillo. Pero últimamente
su salud ha empeorado, por lo que ha estado confinada en su habitación.]
[¿Mala
salud? ¿Estará bien?].
[También
estoy preocupado. Ella se está volviendo muy vieja. Pero el hecho de que nos
dejen verla significa que ella está bien.]
No se puede
evitar. Ella ya tiene 70 años.
[Finalmente es la hora de conocer a Kiara.]
(Nn.)